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6:31:00 a.m.

ASIA - Se abre camino un modelo de empresa centrado en el ser humano, según la Laudato Sí

Bangkok (Agencia Fides) – Son 22 los países asiáticos que han mostrado interés y se han unido a la iniciativa promovida por el Banco Mundial “Human centered business model: a holistic approach to a new model of doing business”. La iniciativa nace de la convicción de que la crisis trascendental actual exige soluciones innovadoras para combatir la desigualdad, el conflicto social, la contaminación, el agotamiento de los recursos naturales, el cambio climático y el deterioro de los paisajes urbanos y rurales. Todo ello son problemáticas muy presentes y discutidas en varios países asiáticos, donde las comunidades cristianas siempre han dado su contribución, sobre todo después de la publicación de la Encíclica Laudato si’.
El “Global Forum on law, justice and development”, de la Banca Mundial, ha promovido un nuevo modelo de hacer empresa, centrado en el ser humano, en sintonía con la urgencia de volver a pensar en las modalidades de producción, según la Agenda Onu 2030 para el desarrollo Sostenible. Esta agenda indica claramente “la necesidad de individuar modalidades socialmente responsables de producir y consumir, compatibles con la búsqueda de una ganancia justa pero también con la cohesión social y el respeto por el medio ambiente”.
Según la información de la Agencia Fides, el proyecto, que ha encontrado eco en los países asiáticos y ha ganado el interés de muchos líderes cristianos, tiene como objetivo contribuir a desarrollar y experimentar en el terreno un nuevo modelo de empresa económicamente sostenible, respetuoso de los derechos humanos, del medio ambiente y de las comunidades locales en las se introduce.
El proyecto pretende involucrar de forma activa a los actores institucionales y privados y se estructura entorno a seis pilares: seguir los principios-guía (producir en el respeto de los objetivos globales de desarrollo sostenible); crear nuevas formas jurídicas; elaborar modalidades innovativas de financiación y soluciones fiscales para sostener las empresas que adoptan este modelo; presentar políticas de empresa respetuosas de la legalidad y de los estándares ambientales y éticos; garantizar formación y sistemas de apoyo técnico especializados, en la fase de lanzamiento de las nuevas empresas, haciendo recurso a la colaboración con universidades, asociaciones profesionales, comunidades locales. (PA) (Agencia Fides 28/2/2017)


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6:15:00 a.m.

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 28 Feb. 2017 ).- El papa Francisco durante la misa celebrada este lunes por la mañana en la residencia Santa Marta, comentando el evangelio del día y de la respuesta que es necesario dar a Jesús, aseguró que quien elige a Dios y no a las riquezas, recibirá todo.

En estos días precedentes a la cuaresma la Iglesia “nos invita a reflexionar sobre la relación entre Dios y las riquezas”, en la parábola del joven rico, que elige las riquezas y no seguir a Jesús”. El comentario de Jesús asusta un poco a los discípulos, comentó Francisco: “Cómo es difícil que un rico entre en el Reino de los cielos. Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja”.

El Evangelio del día  muestra a Pedro que interroga al Señor sobre aquellos han dejado todo. Como si “Pedro les pasase la cuenta al Señor”. “Este se fue y ¿nosotros?. La respuesta de Jesús es: ‘Yo os digo: no hay ninguno que haya dejado todo sin que reciba todo’, con la medida desbordante con la cual Dios otorga sus dones”.

“No hay ninguno que haya dejado casa, hermanos o hermanas o madres o padres o hijos o campos por causa mía y por causa del Evangelio, que no reciba ahora en este tiempo cien veces tanto en casas, hermanos, hermanas, madres, campos y la vida eterna en el tiempo que vendrá’”. Y el Papa subraya: “Todo. El Señor no sabe dar menos que todo. Cuando Él dona algo, se dona así mismo, que es todo”.

Entretanto hay una palabra en este pasaje del Evangelio, ‘junto a persecuciones’. Esto es otro modo de pensar, porque “la plenitud de Dios es una plenitud aniquilada en la cruz”. Francisco reconoció que “No es fácil, no es fácil esto”.

¿Cuál es la señal que yo voy adelante en este dar todo y recibir todo?, el Pontífice lo indica en la Primera Lectura: ‘Glorifica al Señor con el ojo atento. En cada ofrenda muestra alegre tu rostro, con alegría, consagra tu diezmo. Da al Altísimo según el don de Él recibido y con el ojo contento según tu voluntad’. Ojo contento, alegre en el rostro, alegría, contento”. En cambio al joven rico “se le obscureció el rostro y se fue entristecido”, porque no fue capaz de recibir” esta plenitud aniquilada”.

El Santo Padre citó al santo chileno Alberto Hurtado: “Trabajaba siempre, dificultad tras dificultad. Trabajaba para los pobres… Fue realmente un hombre que creó caminos en ese país… La caridad para la asistencia a los pobres… Pero fue perseguido, tantos sufrimientos. Pero cuando estaba justamente allí aniquilado en la cruz, su frase era: “Contento Señor, Contento”.

Francisco concluyó su homilía pidiendo al Señor que nos enseñe a ir por ese camino de la plenitud aniquilada de Jesucristo y decir siempre y sobre todo en las dificultades. “Contento, Señor, contento”.

6:02:00 a.m.

(RV).- Seguir al Señor que nos da todo y no buscar las riquezas. Lo pidió el Santo Padre Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. Al comentar el Evangelio del día, el Papa insistió en la “plenitud” que Dios nos dona: una plenitud “anonadada” que culmina en la Cruz.

“No se puede servir a dos patrones”, o servimos a Dios o a las riquezas. En la víspera del Miércoles de Ceniza, Francisco subrayó que, en los días que preceden a la Cuaresma, la Iglesia “nos hace reflexionar sobre la relación entre Dios y las riquezas”. De ahí que haya recordado el encuentro entre el “joven rico, que quería seguir al Señor, pero que al final, era tan rico que eligió las riquezas”.

Dios se da totalmente en medida rebosante

El comentario de Jesús – observó el Papa Bergoglio – asusta un poco a los discípulos: “Cuán difícil es que un rico entre en el Reino de los Cielos. Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja”. Hoy – dijo Francisco – el Evangelio de Marcos nos muestra a Pedro mientras pregunta al Señor que será de ellos que han dejado todo. Parece casi – comentó el Santo Padre – que “Pedro le estaba pasando la cuenta al Señor”:

“No sabía qué decir: ‘Sí, éste se ha ido, ¿pero nosotros?’. La respuesta de Jesús es clara: ‘Yo les digo: no hay nadie que haya dejado todo sin recibir todo’. ‘He aquí que nosotros hemos dejado todo’. ‘Recibirán todo’, con aquella medida desbordante con la que Dios da sus dones. ‘Recibirán todo. No hay nadie que haya dejado casa o hermanos, o hermanas, o madres, o padres, o hijos, o campos por mi causa o por causa del Evangelio, que no reciba ya ahora, en este tiempo, cien veces más en casas, hermanos, hermanas, madres, campos, y la vida eterna en el tiempo que vendrá’. Todo. El Señor no sabe dar menos que todo. Cuando Él da algo, se da a sí mismo, que es todo”.

Sin embargo, añadió el Pontífice, “hay una palabra”, en este pasaje del Evangelio, “que nos hace reflexionar: recibe ya ahora en este tiempo cien veces en casas y hermanos, junto a persecuciones”.

El don de Dios es una plenitud anonadada, el estilo del cristiano es la Cruz

Y dijo que esto es “entrar” en “otro modo de pensar, en otro modo de actuar. Jesús se da a sí mismo todo, porque la plenitud de Dios es una plenitud anonadada en la Cruz”:

“Éste es el don de Dios: la plenitud anonadada. Y éste es el estilo del cristiano: buscar la plenitud, recibir la plenitud anonadada y seguir por aquel camino. No es fácil, no es fácil esto. ¿Y cuál es el signo, cuál es la señal de que yo voy adelante en este dar todo y recibir todo? Lo hemos escuchado en la Primera Lectura: ‘Glorifica al Señor con ojo contento. En cada ofrenda muestra tu rostro feliz, con alegría consagra tu diezmo. Da al Altísimo según el don recibido de Él y con ojo contento según tu voluntad’. Ojo contento, rostro feliz, alegría, ojo contento… El signo de que nosotros vamos por este camino del todo y nada, de la plenitud anonadada, es la alegría”.

San Alberto Hurtado ejemplo de alegría en el Señor en medio de las tribulaciones

En cambio – dijo también el Papa – al joven rico “se le oscureció el rostro y se fue entristecido”. “No fue capaz de recibir, de acoger esta plenitud anonadada – añadió – como los Santos o el mismo Pedro la acogieron. Y en medio de las pruebas, de las dificultades, tenían un rostro feliz, ojos contentos y alegría del corazón”. Y éste – evidenció Francisco – “es el signo”. A la vez que concluyó su homilía recordando la figura del Santo chileno Alberto Hurtado:

“Trabajaba siempre, dificultad tras dificultad, tras dificultad… Trabajaba por los pobres… Verdaderamente fue un hombre que trazó un camino en aquel país… La caridad para la asistencia a los pobres… Pero fue perseguido. Tantos sufrimientos. Pero él, cuando estaba precisamente allí, anonadado en la cruz, decía: ‘Contento, Señor, Contento’, ‘Feliz, Señor, feliz’. Que él nos enseñe a ir por este camino, que nos dé la gracia de ir por este camino, un poco difícil, del todo y nada, de la plenitud anonadada de Jesucristo, y decir siempre, sobre todo en las dificultades: ‘Contento, Señor, contento’”.

(María Fernanda Bernasconi – RV).

(from Vatican Radio)


6:02:00 a.m.

«Simple y humilde trabajador de la viña del Señor»

(RV).- «Que en nuestros corazones, en el corazón de cada uno esté siempre la alegre certeza de que el Señor está a nuestro lado, no nos abandona, está cerca de nosotros y nos envuelve con su amor ¡Gracias!».

Fue el deseo de Benedicto XVI en su última audiencia general (27 de febrero de 2013) entre los aplausos de los miles de peregrinos de tantas partes del mundo que gritaban su nombre con mucho cariño.

«Gracias por vuestro amor y apoyo. Que experimentéis siempre la alegría de tener a Cristo como el centro de vuestra vida», fue el último tuit del Papa Benedicto XVI, el 28 de febrero de 2013, 17 días después de aquel 11 de febrero, memoria de Nuestra Señora de Lourdes, cuando anunció su renuncia.

«Confiemos siempre en el poder de la misericordia de Dios», había tuiteado en la víspera (10 de febrero de 2013), añadiendo: «Todos somos pecadores, pero su gracia transforma y renueva nuestra vida».

Con cariño y devoción queremos recordar las primeras palabras, de Benedicto XVI, el 19 de abril de 2005, cuando acaba de ser elegido para guiar a la Iglesia universal, como hizo durante casi ocho años con sabiduría, dulzura, humildad y firmeza:  

«Queridos hermanos y hermanas: después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor.

Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones.

En la alegría del Señor resucitado, confiando en su ayuda permanente, sigamos adelante. El Señor nos ayudará y María, su santísima Madre, estará a nuestro lado. ¡Gracias!»

Como habían hecho el día de su elección, las campanas de todas las iglesias de Roma acompañaron también los últimos momentos del Pontificado del Papa Joseph Ratzinger, mientras salía del Vaticano y sobrevolaba la Ciudad Eterna, en el helicóptero blanco que le llevó a Castelgandolfo.

«¡Vayamos juntos hacia adelante con el Señor por el bien de la Iglesia y del mundo!»

Allí las campañas de las iglesias de toda la diócesis de Albano recibieron su llegada. A las campanadas se unieron las oraciones de los fieles del mundo, que junto con las miles de personas, que habían acudido a esa localidad lacial escucharon con conmoción sus palabras improvisadas de despedida, gratitud y bendición:

«Queridos amigos estoy feliz por estar con ustedes, rodeado por la belleza de la Creación y de su simpatía, que me complace.

¡Gracias por su amistad y cariño!

Ustedes saben, que el día de hoy es distinto al de otras veces precedentes. Ya no soy Sumo Pontífice de la Iglesia Católica  – hasta las ocho aún lo seré, luego ya no -.

Soy simplemente un peregrino que comienza la última etapa de su peregrinación en esta tierra.

Pero quisiera una vez más, con mi corazón, amor y oración, con mi reflexión, con todas mis fuerzas interiores trabajar por el bien común y el bien de la Iglesia y de la humanidad.

Me siento muy apoyado por vuestra simpatía. ¡Vayamos juntos hacia adelante con el Señor por el bien de la Iglesia y del mundo!    

Les imparto con todo mi corazón mi bendición. Gracias y buenas noches».

(CdM – RV)

(from Vatican Radio)


6:01:00 a.m.

ÁFRICA/CONGO RD - Ficha técnica: las áreas de crisis denunciadas por los obispos

martes, 28 febrero 2017

Kinshasa (Agencia Fides) - “Estamos profundamente entristecidos por la multiplicación de puntos de inseguridad y violencia que se están generando en casi todo el territorio nacional y sugieren una balcanización de la República Democrática del Congo”, afirman los Obispos congoleños en un mensaje enviado a la Agencia Fides.
Los obispos citan las siguientes áreas de crisis:
1) Nord-Kivu, afligido por masacres repetidas entre las poblaciones locales, atribuidas a presuntos rebeldes del ADF/NALU en el Territorio de Beni y por ataques de grupos étnicos en el Territorio de Lubero y de Rutshuru. Inquieta además el regreso de los ex rebeldes del M23;
2) Tanganyika marcado por los enfrentamientos sangrientos entre Bantu y Batwa (pigmeos), con el consiguiente desplazamiento forzado de las poblaciones y abandono de los cultivos;
3) Kasai, Kasai-Central y Kasai-Oriental, perturbadas por las incursiones de las milicias que hacen referencia al jefe tradicional Kamwina Nsapu (véase Fides 27/2/2017);
4) Kongo Central está afectado por el fenómeno místico-político Bundu dia Mayala enfrentamientos mortales;
5) La capital Kinshasa se ve sacudida por actos de vandalismo y homicidios durante las manifestaciones.
La Iglesia también está sufriendo actos de vandalismo desde el inicio del año. Han sido saqueados el Seminario Mayor de Malole en Kananga y las parroquias de Saint-Dominique en Kinshasa-Limete, Saint-Kizito y Saint-Martin en Lubumbashi, Bon Pasteur en Boma, Sainte Marie de Lukalaba en Mbujimayi en la diócesis de Luiza: Saint-Matthias en Mubinza, Saint-Jean en Yangala, Sainte-Thérèse en Dibandisha y Saint-Bonifacio en Ngwema. (L.M.) (Agencia Fides 28/2/2017)


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5:44:00 a.m.

(RV).- Seguir al Señor que nos da todo y no buscar las riquezas. Lo pidió el Santo Padre Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. Al comentar el Evangelio del día, el Papa insistió en la “plenitud” que Dios nos dona: una plenitud “anonadada” que culmina en la Cruz.

“No se puede servir a dos patrones”, o servimos a Dios o a las riquezas. En la víspera del Miércoles de Ceniza, Francisco subrayó que, en los días que preceden a la Cuaresma, la Iglesia “nos hace reflexionar sobre la relación entre Dios y las riquezas”. De ahí que haya recordado el encuentro entre el “joven rico, que quería seguir al Señor, pero que al final, era tan rico que eligió las riquezas”.

Dios se da totalmente en medida rebosante

El comentario de Jesús – observó el Papa Bergoglio – asusta un poco a los discípulos: “Cuán difícil es que un rico entre en el Reino de los Cielos. Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja”. Hoy – dijo Francisco – el Evangelio de Marcos nos muestra a Pedro mientras pregunta al Señor que será de ellos que han dejado todo. Parece casi – comentó el Santo Padre – que “Pedro le estaba pasando la cuenta al Señor”:

“No sabía qué decir: ‘Sí, éste se ha ido, ¿pero nosotros?’. La respuesta de Jesús es clara: ‘Yo les digo: no hay nadie que haya dejado todo sin recibir todo’. ‘He aquí que nosotros hemos dejado todo’. ‘Recibirán todo’, con aquella medida desbordante con la que Dios da sus dones. ‘Recibirán todo. No hay nadie que haya dejado casa o hermanos, o hermanas, o madres, o padres, o hijos, o campos por mi causa o por causa del Evangelio, que no reciba ya ahora, en este tiempo, cien veces más en casas, hermanos, hermanas, madres, campos, y la vida eterna en el tiempo que vendrá’. Todo. El Señor no sabe dar menos que todo. Cuando Él da algo, se da a sí mismo, que es todo”.

Sin embargo, añadió el Pontífice, “hay una palabra”, en este pasaje del Evangelio, “que nos hace reflexionar: recibe ya ahora en este tiempo cien veces en casas y hermanos, junto a persecuciones”.

El don de Dios es una plenitud anonadada, el estilo del cristiano es la Cruz

Y dijo que esto es “entrar” en “otro modo de pensar, en otro modo de actuar. Jesús se da a sí mismo todo, porque la plenitud de Dios es una plenitud anonadada en la Cruz”:

“Éste es el don de Dios: la plenitud anonadada. Y éste es el estilo del cristiano: buscar la plenitud, recibir la plenitud anonadada y seguir por aquel camino. No es fácil, no es fácil esto. ¿Y cuál es el signo, cuál es la señal de que yo voy adelante en este dar todo y recibir todo? Lo hemos escuchado en la Primera Lectura: ‘Glorifica al Señor con ojo contento. En cada ofrenda muestra tu rostro feliz, con alegría consagra tu diezmo. Da al Altísimo según el don recibido de Él y con ojo contento según tu voluntad’. Ojo contento, rostro feliz, alegría, ojo contento… El signo de que nosotros vamos por este camino del todo y nada, de la plenitud anonadada, es la alegría”.

San Alberto Hurtado ejemplo de alegría en el Señor en medio de las tribulaciones

En cambio – dijo también el Papa – al joven rico “se le oscureció el rostro y se fue entristecido”. “No fue capaz de recibir, de acoger esta plenitud anonadada – añadió – como los Santos o el mismo Pedro la acogieron. Y en medio de las pruebas, de las dificultades, tenían un rostro feliz, ojos contentos y alegría del corazón”. Y éste – evidenció Francisco – “es el signo”. A la vez que concluyó su homilía recordando la figura del Santo chileno Alberto Hurtado:

“Trabajaba siempre, dificultad tras dificultad, tras dificultad… Trabajaba por los pobres… Verdaderamente fue un hombre que trazó un camino en aquel país… La caridad para la asistencia a los pobres… Pero fue perseguido. Tantos sufrimientos. Pero él, cuando estaba precisamente allí, anonadado en la cruz, decía: ‘Contento, Señor, Contento’, ‘Feliz, Señor, feliz’. Que él nos enseñe a ir por este camino, que nos dé la gracia de ir por este camino, un poco difícil, del todo y nada, de la plenitud anonadada de Jesucristo, y decir siempre, sobre todo en las dificultades: ‘Contento, Señor, contento’”.

(María Fernanda Bernasconi – RV).


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