mayo 2015

11:37:00 a.m.
Agencia Zenit

San Francisco de Asís dará el título a la nueva encíclica

El director de la Librería Editora Vaticana, padre Giuseppe Costa, adelantó que el documento papal dedicado a la protección de la creación se presentará a mediados de junio y se titulará "Laudato sii"

Roma, 31 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Staff Reporter | 0 hits

“Laudato sii” (Alabado seas) podría ser el título de la próxima encíclica del papa Francisco dedicada a la protección de la creación, que se publicaría a mediados del mes de junio, dijo ayer por la tarde el director de la Librería Editora Vaticana (LEV), padre Giuseppe Costa, en declaraciones a la agencia SIR de la Conferencia Episcopal Italiana. “Muchas editoriales en el extranjero se han interesado ya por la publicación de la encíclica en sus países”, aseguró el sacerdote salesiano.

El posible nombre del documento papal está tomado del Cántico de las Criaturas de san Francisco de Asís, que fue escrito en dialecto de Umbria en torno al 1226, y es considerado el texto más antiguo de la literatura italiana. En este célebre poema, el Poverello glorifica al Señor y loa las maravillas de la creación.

El 13 de marzo del 2013, el cardenal Jorge Mario Bergoglio se convirtió en el primer pontífice que tomaba el nombre de Francisco, lanzando de ese modo un primer mensaje al mundo.“Para mí [Francisco de Asís] es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación; en este momento, también nosotros mantenemos con la creación una relación no tan buena, ¿no? Es el hombre que nos da este espíritu de paz, el hombre pobre”, explicó a los periodistas.

En la homilía de la Misa de inauguración de su pontificado ante dignatarios de todo el planeta, el Santo Padre afirmó que el fundador de la Orden Franciscana “nos enseña a tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el medio ambiente en que vivimos”. En este sentido, invitó a los presentes a “ser custodios de la naturaleza creada, del proyecto de Dios inscrito en la naturaleza; custodios de los demás y custodios del medio ambiente”. Y pidió que “no dejemos que los signos de destrucción y de muerte se sumen al caminar de nuestro mundo”.

Durante el vuelo de regreso de Corea del Sur, el Pontífice comentó también a los periodistas que el primer borrador de la encíclica, elaborado por el equipo del cardenal Peter Turkson, resultaba demasiado voluminoso, pues incluía contribuciones de muchos expertos. Así, el Papa adelantó que el texto final sería mucho más breve y dejaría de lado las discusiones, porque “una encíclica debe ser magisterial, basada en certezas. Las hipótesis se pueden mencionar en las notas como tales hipótesis, pero no en el cuerpo de la encíclica, que es un documento doctrinal y requiere certeza”.

Francisco nunca ha ocultado su enorme preocupación ante el que considera uno de los más grandes desafíos de la humanidad, la custodia de la creación. En la audiencia general del 21 de mayo de 2014, subrayó que “la creación no es una propiedad, de la cual podemos disponer a nuestro gusto; ni, mucho menos, es una propiedad sólo de algunos, de pocos”. “La creación es un don, es un don maravilloso que Dios nos ha dado para que cuidemos de él y lo utilicemos en beneficio de todos, siempre con gran respeto y gratitud”, insistió entonces.

El propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, habló recientemente con el Papa sobre su esperada encíclica dedicada a la ecología. Tras su encuentro con el Santo Padre en el Vaticano, el dirigente de Naciones Unidas señaló que este documento “transmitirá al mundo que proteger nuestro medio ambiente es un imperativo moral urgente y un deber sagrado para toda la gente con fe y conciencia”.

11:37:00 a.m.
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Beato Juan Bautista Scalabrini - 1 de junio

«Mártir de la verdad, padre de los migrantes y apóstol del catecismo. Fue obispo de Piacenza, fundador de los Misioneros de San Carlos (Scalabrinianos), y cofundador de las Hermanas Apóstoles del Sagrado Corazón»

Madrid, 31 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Isabel Orellana Vilches | 0 hits

Se definió a sí mismo diciendo que era: «uno que se pone de rodillas ante el mundo para implorar como una gracia el permiso de hacerle el bien». Perfecta descripción de este defensor de la «unidad en la verdad». Nació en Fino Mornasco, Como, Italia, el 8 de julio de 1839. Pertenecía a una familia de clase media. Era el tercero de ocho hermanos. El rezo comunitario del rosario, la devoción materna por Cristo crucificado y por María, entre otras, fueron lecciones inolvidables que aprendió en su hogar, aunque en sus hermanos calaron de forma desigual. Uno estuvo a punto de ser encarcelado por temas económicos, y otro tuvo que emigrar perdiendo la vida en la travesía. Los restantes destacaron en la política y en la universidad. Sus hermanas estuvieron cerca de él. Una alumbró a dos sacerdotes, y la benjamina respaldó generosamente sus proyectos y fue artífice de otros. Por su afán en compartir la fe con sus amigos, mientras estudiaba en el Instituto, se veía que estaba abocado a la consagración.

A los 18 años su padre le condujo al seminario. Fue ordenado en 1863 con un expediente impecable, impregnado de su grandeza humana y espiritual. Versado en ciencias modernas, políglota, inquieto e inteligente, cifró su afán evangelizador en el continente asiático. Contaba con la bendición materna que rogó hincándose de rodillas. Pero el prelado le disuadió diciéndole: «Tus Indias están en Italia». Comenzó siendo coadjutor de una modesta parroquia, misión breve porque el obispo pronto le encomendó otras. En 1867 se produjo una epidemia de cólera y por su heroica acción con los damnificados fue galardonado civilmente. Ese mismo año fue designado vicerrector del seminario; sería también su rector. Allí ejerció la docencia.

En esa época tomó contacto con el beato Luigi Guanella, que se ocupaba de los emigrantes, y con dos científicos: Serafino Balestra, admirable por su labor con los sordomudos, y Antonio Stoppani que era, además, escritor. Los tres dejaron su huella en él. Y otro tanto sucedió con Jeremías Bonomelli, entonces arcipreste de Lovere, que sería nombrado obispo. Ambos se influenciaron entre sí compartiendo similares afanes. En 1870 fue nombrado párroco de San Bartolomé. Su quehacer apostólico y formativo era extraordinario. Fundó un jardín de infantes, promovió la obra de San Vicente destinada a niños enfermos y creó un oratorio para jóvenes. Se ocupó de los sordomudos a los que ayudó de manera decisiva aplicando el método fonético de su amigo Balestra. También se implicó activamente en temas socio-laborales teniendo siempre como trasfondo el elemento espiritual. Allí escribió un catecismo para niños y dictó una serie de conferencias sobre el Concilio Vaticano I que no pasaron desapercibidas para Pío IX.

No tenía más que 36 años cuando ocupó la sede episcopal de Piacenza a la que fue elevado en 1876. Durante casi tres décadas actuó como un pastor infatigable, ejemplar. Tenía la agenda repleta con la administración de sacramentos, predicación, asistencia y educación al clero y a su grey. Visitó cinco veces las 365 parroquias de la diócesis a pie o a caballo, ya que aún no había llegado el progreso. Realizó tres sínodos, reformó los estudios eclesiásticos, consagró doscientas iglesias, etc. Y se preocupó por infundir en todos el amor por la comunión frecuente y la Adoración Perpetua. En 1895, junto al padre Giuseppe Marchetti, fundó la congregación de Hermanas Apóstoles del Sagrado Corazón.

Pero su acción más representativa la llevó a cabo con los emigrantes. Conocía perfectamente el drama del éxodo de los que partían de Italia con el ideal americano en sus corazones y la esperanza de una vida mejor. Muchos hallaron frustrados sueños y fe. Viendo el peligro que corrían de perderla, en 1887 instituyó la congregación de los Misioneros de San Carlos (Scalabrinianos), aprobada por León XIII, para darles asistencia religiosa y humana. A él se debe el traslado de santa Francisca Javier Cabrini a América en 1889 para socorrer a niños, huérfanos y enfermos italianos. El beato nunca abandonó a sus emigrantes. Visitó a los que se hallaban en América del Norte y del Sur en dos ocasiones.

Su consigna fue: «Hacerme todo a todos para ganarlos a todos para Cristo». Y ciertamente lo consiguió. Tuvo dilección por los pobres, especialmente los «vergonzosos» (personas que gozaron de gran posición venidos a menos por la crisis), así como por los prisioneros. Fundó un instituto para sordomudos, organizó la asistencia a las obreras del arroz, impulsó la sociedad de mutuo socorro, asociaciones de obreros, cajas rurales y cooperativas. Con sus propios bienes rescató del hambre a millares de campesinos y obreros. Para ello vendió sus caballos, así como el cáliz y la cruz pectoral obsequios de Pío IX. Fue el creador del primer Congreso catequético nacional, y fundador de la primera revista italiana de catequesis. ¿El secreto? Sus numerosas horas de adoración ante el Santísimo Sacramento. Decía que la oración «es la parte más viva, más fuerte, más poderosa del apostolado».

Era un apasionado de la cruz que solía apretar junto a su pecho suplicando: «Haz que me enamore de la cruz», y de María, de la que hablaba con vehemencia en las homilías que pronunciaba. Impulsor de las peregrinaciones a santuarios marianos, donó las joyas de su madre para coronar a la Virgen. A su paso fue dejando el sello de su amor por la Iglesia y el pontífice. Llevaba trazada en sus labios la bendición del perdón. Es memorable y profético el discurso que pronunció en el «Catholic Club» de Nueva York en 1901 sobre la emigración. El 1 de junio de 1905 falleció agotado por tantas fatigas. Antes exclamó: «¡Señor, estoy listo. Vamos!». Juan Pablo II lo beatificó el 9 de noviembre de 1997 denominándolo «mártir de la verdad», aunque ya era mundialmente conocido como el «padre de los Migrantes», y «apóstol del Catecismo», título otorgado por Pío IX. En 1961, alumbradas por su enseñanza, nacieron las Misioneras Seglares Escalabrinianas.

8:27:00 a.m.
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El Papa en el Ángelus: 'El misterio de la Trinidad abraza nuestra vida'

Texto completo. Francisco invita a elevar el tono, recordando para qué existimos, trabajamos, luchamos y sufrimos. Además, recuerda el testimonio de amor del nuevo beato Louis Edouard Cestac

Vatican City, 31 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Staff Reporter | 0 hits

En la solemnidad de la Santísima Trinidad, el papa Francisco rezó este domingo la oración del Ángelus desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, ante una multitud que le atendía en la Plaza de San Pedro.

Dirigiéndose a los fieles y peregrinos venidos de todo el mundo, que le acogieron con un largo y caluroso aplauso, el Pontífice les dijo:

"Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! ¡Buen domingo!

Hoy celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad, que nos recuerda el misterio del único Dios en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La Trinidad es comunión de personas divinas, las cuales son una con la otra, una para la otra y una en la otra: esta comunión es la vida de Dios, el misterio de amor del Dios Vivo. Y Jesús nos ha revelado este misterio. Él nos ha hablado de Dios como Padre; nos ha hablado del Espíritu; y nos ha hablado de sí mismo como Hijo de Dios. Y así nos ha revelado este misterio. Y cuando, resucitado, ha enviado a los discípulos a evangelizar a las gentes, les dijo que los bautizaran “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

Este mandato, Cristo lo confía en todo tiempo a la Iglesia, que ha heredado de los Apóstoles el mandato misionero. Lo dirige también a cada uno de nosotros, que, gracias al Bautismo, formamos parte de su comunidad.

Por lo tanto, la solemnidad litúrgica de hoy, al tiempo que nos hace contemplar el misterio estupendo del cual provenimos y hacia el cual vamos, nos renueva la misión de vivir la comunión con Dios y vivir la comunión entre nosotros, basados en el modelo de esa comunión de Dios. Estamos llamados a vivir no los unos sin los otros, encima o contra los otros, sino los unos con los otros, por los otros y en los otros. Esto significa acoger y testimoniar concordes la belleza del Evangelio; vivir el amor recíproco y hacia todos, compartiendo alegrías y sufrimientos, aprendiendo a pedir y conceder el perdón, valorizando los diversos carismas, bajo la guía de los pastores. En una palabra, nos ha encomendado la tarea de edificar comunidades eclesiales que sean cada vez más familia, capaces de reflejar el esplendor de la Trinidad y de evangelizar, no sólo con las palabras, sino con la fuerza del amor de Dios, que habita en nosotros.

La Trinidad, como mencionaba, es también el fin último hacia el cual está orientada nuestra peregrinación terrenal. El camino de la vida cristiana es, en efecto, un camino esencialmente 'trinitario': el Espíritu Santo nos guía al conocimiento pleno de las enseñanzas de Cristo. Y también nos recuerda lo que Jesús nos ha enseñado. Y Jesús, a su vez, ha venido al mundo para hacernos conocer al Padre, para guiarnos hacia Él, para reconciliarnos con Él. Todo, en la vida cristiana, gira alrededor del misterio trinitario y se cumple en orden a este misterio infinito. Intentemos, por tanto, mantener siempre elevado el 'tono' de nuestra vida, recordándonos para qué fin, para cuál gloria existimos, trabajamos, luchamos, sufrimos. Y a cuál inmenso premio estamos llamados.

Este misterio abraza toda nuestra vida y todo nuestro ser cristiano. Lo recordamos, por ejemplo, cada vez que hacemos la señal de la cruz: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y ahora los invito a hacer todos juntos, y en voz alta, esta señal de la cruz ¡todos juntos! 'En nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo'.

En este último día del mes de mayo, el mes mariano, nos encomendamos a la Virgen María. Ella, que más que cualquier otra criatura, ha conocido, adorado, amado el misterio de la Santísima Trinidad, nos guíe de la mano; nos ayude a percibir, en los eventos del mundo, los signos de la presencia de Dios, Padre e Hijo y Espíritu Santo; nos obtenga amar al Señor Jesús con todo el corazón, para caminar hacia la visión de la Trinidad, meta maravillosa a la cual tiende nuestra vida. Le pedimos también que ayude a la Iglesia a ser, misterio de comunión, a ser siempre una Iglesia comunidad hospitalaria, donde toda persona, especialmente pobre y marginada, pueda encontrar acogida y sentirse hija de Dios, querida y amada.

Al término de estas palabras, el Santo Padre rezó la tradicional oración mariana:

Angelus Domini nuntiavit Mariae...

Al concluir la plegaria, el Pontífice recordó que este domingo es proclamado beato el sacerdote Louis-Edouard Cestac:

"Hoy en Bayonne, Francia, es proclamado beato el sacerdote Louis Edouard Cestac, fundador de las Religiosas Siervas de María; su testimonio de amor a Dios y al prójimo es para la Iglesia un nuevo aliciente para vivir con alegría el Evangelio de la caridad".

A continuación, llegó el turno de los saludos que tradicionalmente realiza el Santo Padre:

"Saludo a todos, queridos romanos y peregrinos: las familias, los grupos parroquiales, las asociaciones, las escuelas. De manera particular, saludo a los fieles de La Valletta (Malta); Cáceres (España) y Michoacán (México); los procedentes de Caltanissetta, Soave, Como, Malonno y Persico Dosimo; el grupo de Bovino, con los “Caballeros de Valleverde”. Saludo a los chicos que han recibido o se preparan para recibir la Confirmación, animándoles a ser gozosos testigos de Jesús".

El Obispo de Roma se refirió también a una peregrinación mariana en Polonia:

"Al término del mes de mayo me uno espiritualmente a las muchas expresiones de devoción a María Santísima; de modo particular menciono la gran peregrinación de los hombres al Santuario de Piekary, en Polonia, que tiene como tema: “La familia: casa acogedora”.  

Hoy hay muchos polacos en la Plaza, ¿eh? ¡Muchos! ¡Déjense ver!

La Virgen ayude a toda familia a ser 'casa acogedora'".

Asimismo, invitó a participar en la tradicional procesión del Corpus Chisti, que se llevará a cabo el próximo jueves en Roma:  

"El próximo jueves, en Roma, viviremos la tradicional procesión del Corpus Christi. A las 19, en la Plaza de San Juan de Letrán, celebraré la Santa Misa, y entonces adoraremos al Santísimo Sacramento caminando hasta la Plaza de Santa María la Mayor. Les invito desde ahora a participar en este solemne acto público de fe y amor a Jesús Eucaristía, presente en medio de su pueblo".

Al despedirse, el Papa invitó a los fieles presentes a santiguarse:

"Antes de terminar, hacemos una vez más el signo de la cruz en voz alta, todos, 'en nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo', recordando el misterio de la Santísima Trinidad".

Como de costumbre, Francisco concluyó su intervención diciendo:

"Les deseo a todos un buen domingo. Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!"

(Texto traducido y transcrito del audio por ZENIT)

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8:27:00 a.m.
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Contemplativos en medio de nosotros

'Palabra y Vida' del arzobispo de Barcelona

Barcelona, 31 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Staff Reporter | 0 hits

Los contemplativos viven entre nosotros. Por su estilo de vida los vemos muy poco. Han hecho una opción por el silencio y la oración en su entrega a Dios. La vida de los contemplativos y las contemplativas, es decir, la de los monjes y las monjas de clausura, suscita sorpresa y curiosidad en nuestro ambiente social, tan fuertemente marcado por la secularización. ¿Qué sentido tiene esta vida? Cuando estamos celebrando el quinto centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús, podemos afirmar que la vida de estas personas nos recuerda la primacía que debería tener Dios en la vida de cada uno de nosotros.

Julien Green, un novelista cristiano, hace años se preguntaba: "¿Cuántas personas hay entre nosotros que hayan experimentado el sentimiento de la presencia de Dios?" Al hombre de hoy, inmerso en la desazón y el ruido, apenas le queda tiempo para probar el gusto sabrosísimo de la oración y de la presencia de Dios en su vida. Sin embargo, hay hombres y mujeres que se sienten llamados a dedicar toda su vida a la oración, al trabajo y a la vida de comunidad en el seno de un monasterio contemplativo. Son personas que han tomado esta decisión para toda la vida y son muy felices.

En este tiempo nuestro de escasez de vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa activa o apostólica, es muy significativo que no faltan las peticiones de ingreso en la vida de los monasterios. Son jóvenes que aman la vida, son solidarios con los hermanos y están comprometidos en la transformación del mundo. Su vida contemplativa en un monasterio no es de ninguna manera una evasión del mundo, un desentenderse de la sociedad. La vida contemplativa es expresión del amor a Dios y no se puede amar auténticamente a Dios sin amar a la humanidad.

La vida contemplativa realiza plenamente a las personas que han recibido esta vocación, porque Dios llena maravillosamente todos nuestros anhelos. ¿Has visitado alguna vez una comunidad contemplativa? Es una buena experiencia, que interpela y suscita muchas preguntas como éstas: ¿Qué valor damos a Dios en nuestra vida? ¿Qué relación creemos que existe entre Dios y la creación, entre Dios y la vida? ¿Qué valor damos a la oración y al silencio en nuestra vida personal y familiar?

Los contemplativos y las contemplativas son muy necesarios para la Iglesia y para la sociedad. Aunque parece una paradoja, estas personas que han dejado el mundo son muy solidarias y están muy cerca de las necesidades eclesiales y de las inquietudes, las tristezas y los sufrimientos de los hombres y las mujeres, sus hermanos. Son personas que viven con los ojos puestos en Jesucristo y con el corazón abierto a las necesidades de los hermanos. Nos llevan a todos en su oración y en su impetración ante Dios. Este domingo dedicado a la Santísima Trinidad, la Iglesia nos propone recordar a estas personas que rezan y nos muestran la primacía que Dios debe tener en la vida de todos los cristianos.

+ Lluís Martínez Sistach
Cardenal arzobispo de Barcelona

8:27:00 a.m.
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La Limosna

Catequesis para la familia

Madrid, 31 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Staff Reporter | 1 hit

La limosna o colecta en dinero o especies, forma parte de las ofrendas.

“También se puede presentar dinero y otras donaciones para los pobres o para la iglesia que los mismos fieles pueden presentar o que pueden ser recolectadas en la iglesia y que se colocarán en el sitio oportuno de la mesa eucarística”. (1)

Este momento es el más oportuno para enseñar a los más pequeños la solidaridad con los hermanos que sufren o que carecen de lo más indispensable para vivir.

En muchos templos es común que no solo se de limosnas en dinero sino también en alimentos, que reparte caritas de la Parroquia a los ancianos y enfermos o a las personas necesitadas.

Sería conveniente enseñar a los niños a privarse de pequeños gustos durante la semana, para que con lo ahorrado se entregue el domingo como limosna, durante la colecta, ya sea en comida que no se eche a perder o con dinero.

Se coloca cerca del altar una gran canasta para recolectar los donativos en comida, y los niños pasan a dejar su limosna en especie.

Esto es una respuesta a la pregunta que muchos pequeños se hacen, ¿Cómo puedo ayudar a los pobres o a la Iglesia si no trabajo, ni tengo dinero?

También se trata de enseñar a compartir de lo poco que tenemos y no solo dar lo que nos sobra. Recordemos el pasaje de la viuda: “En aquel tiempo, alzando Jesús la mirada, vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, y dijo: De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir”. (2)

Después los primeros cristianos también compartían sus bienes. “Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes y repartían el precio entre todos, según la necesidad de cada uno. (3)

Que este acto nos enseñe a vivir en comunión de bienes con la Santa Madre Iglesia y con los más necesitados.

(1) INSTRUCCIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO N° 73 párrafo 4°.

(2) San Lucas 21, 1-4.

(3) Hechos, 2, 44-45.

Por: Maria del Rayo

6:05:00 a.m.

"Este misterio abraza toda nuestra vida y todo nuestro ser cristiano -dijo el Papa en la reflexiómn previa a la oración del Ángelus-. Lo recordamos, por ejemplo, cada vez que hacemos la señal de la cruz: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y ahora los invito a hacer todos juntos – y con voz fuerte - la señal de la cruz ¡todos juntos! En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".

Texto completo traducido del Italiano de la reflexión del domingo de la Solemnidad de la Trinidad

«¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días! Y ¡Buen domingo!

Hoy celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad, que nos recuerda el misterio del único Dios en tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La Trinidad es comunión de Personas divinas, las cuales son una con la otra, una para la otra y una en la otra: esta comunión es la vida de Dios, el misterio de amor del Dios Vivo. Y Jesús nos ha enseñado este misterio. Él nos ha hablado de Dios como Padre; nos ha hablado del Espíritu; y nos ha hablado de Sí mismo como Hijo de Dios. Y así nos ha revelado este misterio.  Y cuando, resucitado, ha enviado a los discípulos a evangelizar a todos los pueblos  les dijo que los bautizaran «en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28,19)

Este mandato, Cristo lo encomienda en todo tiempo a la Iglesia, que ha heredado de los Apóstoles el mandato misionero. Lo dirige también a cada uno de nosotros, que, gracias al Bautismo, formamos parte de su Comunidad.

Por lo tanto, la solemnidad litúrgica de hoy, al tiempo que nos hace contemplar el misterio estupendo - del cual provenimos y hacia el cual vamos - nos renueva la misión de vivir la comunión con Dios y vivir la comunión entre nosotros, sobre el modelo de esa comunión de Dios. No estamos llamados a vivir ‘los unos sin los otros, encima o contra los otros’, sino ‘los unos con los otros, por los otros y en los otros’. Ello significa acoger y testimoniar concordes la belleza del Evangelio; vivir el amor recíproco y hacia todos, compartiendo alegrías y sufrimientos, aprendiendo a pedir y conceder el perdón, valorizando los diversos carismas, bajo la guía de los Pastores. En una palabra, se nos encomienda la tarea de edificar comunidades eclesiales que sean cada vez más familia, capaces de reflejar el esplendor de la Trinidad y de evangelizar, no sólo con las palabras, sino con la fuerza del amor de Dios, que habita en nosotros.

La Trinidad, como había empezado a decir, es también el fin último hacia el cual está orientada nuestra peregrinación terrenal. El camino de la vida cristiana es, en efecto, un camino esencialmente ‘trinitario’: el Espíritu Santo nos guía al conocimiento pleno de las enseñanzas de Cristo. Y también nos recuerda lo que Jesús nos ha enseñado. Su Evangelio; y Jesús, a su vez, ha venido al mundo para hacernos conocer al Padre, para guiarnos hacia Él, para reconciliarnos con Él. Todo, en la vida cristiana, gira alrededor del misterio trinitario y se cumple en orden a este misterio infinito. Intentemos pues, mantener siempre elevado el ‘tono’ de nuestra vida, recordándonos para qué fin, para cuál gloria nosotros existimos, trabajamos, luchamos, sufrimos. Y a cuál inmenso premio estamos llamados.

Este misterio abraza toda nuestra vida y todo nuestro ser cristiano. Lo recordamos, por ejemplo, cada vez que hacemos la señal de la cruz: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y ahora los invito a hacer todos juntos – y con voz fuerte - la señal de la cruz ¡todos juntos! En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En este último día del mes de mayo, el mes mariano, nos encomendamos a la Virgen María. Que Ella - que más que cualquier otra criatura, ha conocido, adorado, amado el misterio de la Santísima Trinidad - nos guíe de la mano; nos ayude a percibir, en los eventos del mundo, los signos de la presencia de Dios, Padre Hijo y Espíritu Santo; nos obtenga amar al Señor Jesús con todo el corazón, para caminar hacia la visión de la Trinidad, meta maravillosa a la cual tiende nuestra vida. Le pedimos también que ayude a la Iglesia a ser, misterio de comunión, a ser siempre una Iglesia comunidad hospitalaria, donde toda persona, especialmente pobre y marginada, pueda encontrar acogida y sentirse hija de Dios, querida y amada».

(Traducción del italiano: Cecilia de Malak)

(from Vatican Radio)

12:16:00 p.m.
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Programa oficial de la visita del papa Francisco a Turín

Con motivo de la ostensión de la Sábana Santa y el bicentenario del nacimiento de don Bosco. El Santo Padre mantendrá un encuentro estrictamente privado con su familia piamontesa

Vatican City, 30 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Staff Reporter | 0 hits

La Sala de Prensa de la Santa Sede ha hecho público este sábado el programa oficial de la visita pastoral del papa Francisco a Turín (Italia), que tendrá lugar los próximos días 21 y 22 de junio.

A continuación, la programación completa difundida hoy por el Vaticano:

Domingo 21 de junio

6:30 a.m. Salida en automóvil desde el Vaticano hacia el aeropuerto de Ciampino.
7:00 a.m. Despegue desde el aeropuerto de Ciampino hacia Turín.
8:00 a.m. Llegada al aeropuerto de Turín- Caselle. Traslado en automóvil a la Placita Real.
8:30 a.m. En la Placita Real: Encuentro con el mundo del trabajo. Discurso del Santo Padre. Terminado el encuentro, el Papa va andando hasta la Catedral.
9:15 a.m. En la Catedral: Oración ante la Síndone y ante el altar del beato Pier Giorgio Frassati.
10:00 a.m. Traslado desde la Catedral a la Plaza Vittorio.
10:45 a.m. En la Plaza Vittorio: Celebración de la Eucaristía, homilía y Ángelus. Al final de la Misa, el Santo Padre se traslada en automóvil al Arzobispado.
1:00 p.m. En el Arzobispado: Almuerzo con los jóvenes detenidos de la cárcel menor “Ferranti Aporti”, algunos inmigrantes y 'sin techo' y una familia romaní.
2:30 p.m. Traslado desde el Arzobispado al Santuario de la Consolación.
2:40 p.m. En el Santuario de la Consolación: Visita y oración privada
2:45 p.m. Traslado desde el Santuario de la Consolación a la Basílica de María Auxiliadora.
3:00 p.m. En la Basílica de María Auxiliadora: Encuentro con los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora. En la plaza situada antes de la Basílica, el Papa saluda a los jóvenes educadores y animadores de los oratorios. Discurso del Santo Padre.
4:00 p.m. Traslado en automóvil a la Iglesia del Cottolengo.
En la Iglesia del Cottolengo: Encuentro con los enfermos y discapacitados. Discurso del Santo Padre.
5:30 p.m. Traslado en automóvil desde el Cottolengo a la Plaza Vittorio.
6:00 p.m. En la Plaza Vittorio: Encuentro con los jóvenes. Preguntas. Discurso del Santo Padre. Al finalizar el Encuentro con los jóvenes, el Papa regresa al Arzobispado.
7:30 p.m. En el Arzobispado: cena y descanso.

Lunes 22 de junio

8:45 a.m. El Santo Padre deja el Arzobispado y se desplaza en automóvil al Templo Valdense.
9:00 a.m En el Templo Valdense: Encuentro ecuménico. Discurso del Santo Padre.
10:15 a.m. El Papa deja el Templo Valdense y vuelve al Arzobispado. Allí, se reúne privadamente con algunos familiares suyos, celebra la eucaristía y almuerza con ellos.
4:30 p.m. Breve encuentro en el Arzobispado con los miembros del Comité de la Ostensión, los organizadores y patrocinadores de la visita.
5:00 p.m. El Santo Padre parte en automóvil hacia el aeropuerto de Turín-Caselle. Durante el trayecto, el Pontífice es saludado por los jóvenes de “Estate Ragazzi”.
5:30 p.m. Despegue desde el aeropuerto de Turín- Caselle.
6:30 p.m. Llegada al aeropuerto de Ciampino, en Roma. Traslado en automóvil al Vaticano.

12:16:00 p.m.
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Santa Bautista (Camila) de Varano - 31 de mayo

«La Pasión de Cristo: única razón, alimento y luz de vida para esta santa, que atravesó la juventud seducida por los placeres mundanos hasta que se convirtió. Se hizo ofrenda suplicando la reconciliación dentro de la Iglesia»

Madrid, 30 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Isabel Orellana Vilches | 0 hits

Se entregó generosamente a Cristo después de haber experimentado los goces mundanos que formaban parte de la clase social a la que pertenecía. Nació en Camerino, Macerata, Italia, el 9 de abril de 1458. Y aunque era hija ilegítima del príncipe Julio César de Varano y de Cecchina di maestro Giacomo, no le faltó el cariño de su padre y de su esposa Juana Malatesta. Hasta que llegó el momento de su conversión, esta mujer despierta e inteligente recibió una sólida formación conforme a los cánones renacentistas. Ello incluía el conocimiento de la literatura clásica y el dominio del latín. Aprendió a pintar, dominaba los juegos de mesa, y no se privó de los bailes de salón frecuentados por personas de su alcurnia.

Espiritualmente, cuando tenía alrededor de 10 años su inocente corazón quedó encendido por las palabras que oyó pronunciar a Domenico da Leonessa. Entonces elevó a voto la costumbre de meditar todos los viernes en la Pasión de Cristo y de verter alguna lágrima por Él, como le sugirió el bondadoso fraile. Cumplió esta promesa fielmente: «Por virtud del Espíritu Santo, aquella santa palabra quedó impresa de tal manera en mi tierno e infantil corazón, que ya nunca marchó del corazón ni de la memoria». Fray Pacífico da Urbino, otro insigne franciscano, le animó a perseverar en esta práctica piadosa. Pero a los 18 años quedó hechizada por lo fútil. Pesaron en su ánimo las ansias de vivir y de divertirse, quedando inmersa en el fulgor de la corte en la que determinados comportamientos escandalosos no se consideraban tales. «Todo el tiempo –recordó de forma retrospectiva– lo pasaba en serenatas, bailes, paseos, en vanidades y en otras cosas juveniles y mundanas que de éstas se siguen». Después añadiría: «Bienaventurada aquella criatura que por ninguna tentación deja el bien comenzado». Lo decía por experiencia, porque hasta los 21 años se debatió entre grandes luchas espirituales.

Aún seducida por los placeres, un persistente impulso interior le invitaba a seguir a Dios. En la Cuaresma de 1479 experimentó la gracia de comprender el don de la virginidad y el llamamiento a la vida consagrada. Eligió el convento de Santa Clara, pero al comunicar esta decisión a su padre no recibió su beneplácito. Firme en su propósito, dos años más tarde logró vencer la obstinación paterna y pudo ingresar en el monasterio de Urbino. Allí tomo el nombre de Bautista, inusual para una mujer en esa época.

El príncipe, aceptando que inevitablemente no podría desposarla con alguien de rancio abolengo, ni proveerla de una vida llena de riquezas, como había soñado, secundó el anhelo de su hija restaurando y ampliando el monasterio de Santa María Nuova. Debió pensar que era la mejor dote que podía ofrecerle sin ser rehusada por ella que había elegido la pobreza franciscana. Además, el convento estaba ubicado cerca de sus posesiones lo que emocionalmente tenía su enjundia para él, ya que al menos la mantendría en su entorno. A este lugar se trasladó Camila en 1484, después de profesar, junto a ocho religiosas. Durante su estancia, por indicación de su confesor Antonio de Segovia, redactó diversos tratados en medio de las numerosas gracias y favores celestiales que recibió; entre ellos se encuentra La pureza del corazón.

Pasó por etapas de gran aridez que expuso minuciosamente en su obra Vida espiritual. Esas experiencias fueron forjando su imparable ascenso espiritual que estuvo marcado por las renuncias, en medio de las cuales ofrendó su amor a Dios sin escatimar esfuerzos. Era el signo de una vida ascética impecable que tenía como soporte, junto a la Eucaristía y a la oración continua, esta aspiración: «entrar en el Sagrado Corazón de Jesús y ahogarse en el océano de sus dolorosísimos sufrimientos». En ese tiempo la Iglesia se estremecía por el impacto que las tesis luteranas estaban teniendo en Alemania. Paralelamente, la desidia, origen de tantos desmanes, se había apoderado del espíritu de muchos eclesiásticos. Y Camila se afligía viendo tambalearse los cimientos de la unidad. Por eso, en su oración y entrega incluía específicamente la intención de obtener de Cristo la gracia de la conversión y, con ella, la reconciliación dentro de la Iglesia.

En su corazón revivía su amor por el Redentor, suplicando: «haz que yo te restituya amor por amor, sangre por sangre, vida por vida». Pronto se le presentó la ocasión de cumplir tan ferviente deseo. En 1501 se desencadenó una aterradora tragedia familiar. Alejandro VI excomulgó al príncipe de Varano y lo privó de sus derechos. Al tiempo, arrasaron Camerino y asesinaron al padre y tres hermanos de Camila. Solo uno de ellos se libró de la muerte. La santa, en medio de su dolor, elevó sus súplicas por ellos al cielo y perdonó al asesino. El lema de su vida era: «‘Hacer el bien y sufrir el mal’, y sufrirlo no solos, sino con Jesús en la cruz». Al año siguiente vio con preocupación que la masacre de Camerino podía reproducirse en el convento. Y huyendo del asedio de los Borgia, que ponía en peligro la vida de sus hermanas, partió a Fermo. No se diluyó el alto riesgo y como los señores de Fermo podían sufrir represalias por haberle dado cobijo, se dirigió a Atri, Nápoles, teniendo a su lado a Isabel Piccolomini Todeschini, que estaba casada con Mateo de Aguaviva de Aragón.

La muerte del papa Borgia le permitió regresar a Camerino. Después, coincidió que su hermano Juan, el único que había sobrevivido al asalto, fue nombrado jefe de estado de la ciudad por el papa Julio II. Este pontífice en 1505 encomendó a Camila la fundación de un nuevo monasterio en Fermo. Luego ella abrió otro en San Severino Marche ocupándose también de formar a las monjas. De ambos fue reelegida abadesa en diversas ocasiones. Su vida se apagó el 31 de mayo de 1524 a consecuencia de la peste que se desató en Camerino. Tenía 66 años, 43 de los cuales habían discurrido en la intimidad del claustro. Gregorio XVI la beatificó el 7 de abril de 1843. Benedicto XVI la canonizó el 17 de octubre de 2010.

12:16:00 p.m.
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Yo me apunto a Religión

Carta semanal del obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández. "Elegir la clase de Religión para los hijos es el ejercicio de un derecho, no es un privilegio"

Córdoba, 30 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Demetrio Fernández | 0 hits

Está abierto el plazo para la matriculación en los cursos de primaria y secundaria, donde se pide la participación en la clase de Religión católica en la escuela. Atentos los padres de familia, atentos los alumnos para no dejar pasar el plazo, y renovar una vez más el compromiso de apuntarse a Religión. La clase de Religión te enseña a ser mejor discípulo de Jesús, a conocer tu historia religiosa, a comprometerte en la vivencia de una auténtica vida cristiana, a ser solidario con el amor de Cristo con todos los desfavorecidos de la tierra. Si eres católico, apúntate a clase de Religión católica. Si haces la primera comunión, si acudes a confirmarte, sería una incoherencia no apuntarte a Religión católica en tu escuela.

Es asombroso el alto porcentaje de padres y de alumnos que solicitan la clase de Religión en la diócesis de Córdoba, tanto en los centros públicos como en los concertados. Es como un referéndum, que año tras año revalida esta elección, con la que está cayendo. Contrasta este altísimo porcentaje de peticiones con la cantidad de pegas que encuentran los padres y los profesores para cumplir este sagrado deber, que es un derecho reconocido en la legalidad vigente, en la Constitución española y en las leyes. A veces, podíamos pensar que se intenta por todos los medios eliminar esta asignatura, porque no se favorece, sino que se obstaculiza lo más posible. A pesar de todo, los padres siguen pidiendo Religión católica para sus hijos en un altísimo porcentaje: más del 90 % en primaria y más del 70 % en secundaria.

En mis visitas pastorales, no dejo de acudir a la escuela, y me reciben con gran alegría los alumnos. Agradezco la buena acogida, salvo rarísimas excepciones, por parte del equipo directivo, el consejo escolar, los padres y los alumnos. Se trata de un verdadero acontecimiento pedagógico del Centro, en el que la inmensa mayoría de alumnos son católicos y alumnos de Religión católica. Ellos lo demandan, no se lo impidamos.

Tener clase de Religión católica en la escuela no es ningún privilegio de los católicos. Es sencillamente el reconocimiento de un derecho a la libertad religiosa, que incluye la libertad de enseñanza, y asiste a los padres al elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos. Porque la responsabilidad de la educación corresponde en primer lugar a los padres. Elegir la clase de Religión para los hijos es el ejercicio de un derecho, no es un privilegio. Y al elegir la clase de Religión católica, los padres y los alumnos tienen derecho a ser respetados en este ideario, no sólo en esta clase sino en todas las demás, no enseñando nada que pueda herir la sensibilidad católica del alumno, que se está formando. Y esos mismos alumnos, que han elegido libremente la Religión como asignatura, tienen derecho a que el Obispo los visite. El Obispo, por tanto, visita las aulas no invocando un privilegio del pasado que hay que superar, sino como un derecho de los niños y jóvenes de hoy. Los derechos de los niños deben ser respetados por todos.

Un Estado aconfesional no significa un Estado que ignora la Religión, y menos aún un Estado que la persigue o pretende eliminarla. El Estado aconfesional no tiene como oficial ninguna religión, pero respeta todas dentro de una legalidad de convivencia, e incluso contribuye a su pervivencia. En España más de un 90 % de ciudadanos se confiesan católicos. La presencia de la Religión en la escuela no hace daño a nadie, y beneficia a todos los que la eligen.

Es momento, por tanto, de estar atentos, queridos padres. No se os olvide hacer constar esta petición en vuestro centro de enseñanza. Apoyad a los profesores de Religión. Es por el bien de vuestros hijos, que son también hijos de la Iglesia católica. Jóvenes, apuntaos a la clase de Religión. En ella aprendes muchas cosas de tu religión católica, que te ayudan a conocer y a formarte como católico. Defiende tus derechos. Si vas siendo responsable, date cuenta de que ser católico no es cosa de nombre, sino de verdad.

Profesores de Religión, os agradezco vuestra dedicación a esta tarea. Conozco vuestras dificultades y cómo os abrís camino en medio de ellas. Apelo a vuestra conciencia de católicos militantes y confesantes en medio de una sociedad que mira de lado la religión o que la desprecia. Os animo a ser testigos con vuestra vida, con vuestra profesionalidad y vuestra competencia ante estos niños y jóvenes que se os confían. La Iglesia y los padres de estos niños os lo agradecemos.

Con mi afecto y bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

10:40:00 a.m.
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Francisco a los hijos de los presos: "¡No dejen de soñar nunca!"

El Papa se reunió este sábado con unos 600 pasajeros del "Tren de los niños", una iniciativa del Consejo Pontificio de la Cultura dirigida a menores en situaciones difíciles

Vatican City, 30 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Staff Reporter | 0 hits

El “Tren de los niños” ha llegado este sábado por la mañana a la estación ferroviaria de la Ciudad del Vaticano, trayendo como pasajeros a los hijos de los presos y presas de las cárceles de Roma, Latina, Bari y Trani, para mantener un encuentro con el papa Francisco en el Aula Pablo VI.

El Santo Padre ha sido acogido por unos 600 menores en medio de los aplausos, y ha conversado con ellos de manera informal durante unos veinte minutos. “¡No dejen de soñar nunca!”, ha aconsejado el Pontífice a los pequeños. Francisco les ha invitado también a rezar juntos el Padrenuestro antes de impartirles su bendición apostólica, ha informado Radio Vaticano.

En esta tercera edición, el Consejo Pontificio de la Cultura ha elegido como tema la idea del “Vuelo”, ya que ha querido ofrecer a los protagonistas de esta iniciativa un día “en el que puedan volar” y escapar con la fantasía de su realidad cotidiana, tanto de los muros de la prisión como de la separación forzosa de sus familias. Por este motivo, los chicos y chicas han encontrado al Papa con unas simbólicas cometas de colores.

Un año más, el evento ha sido promovido por el Atrio de los Niños y patrocinado por Ferrocarriles del Estado italiano. Dirigido a menores en situaciones difíciles, tiene como objetivo promover valores desde temprana edad, a través de la enseñanza y la formación.

7:31:00 a.m.
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El Papa invita a defender a los más frágiles de la sociedad

Francisco recibió este sábado a la Asociación Ciencia y Vida. Advirtió que las muertes en el trabajo y por desnutrición, así como dejar morir a los inmigrantes que viajan en barcazas en el Canal de Sicilia, son un atentado contra la vida humana

Vatican City, 30 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Staff Reporter | 0 hits

El papa Francisco ha recibido este sábado a los participantes en un congreso organizado por la Asociación Ciencia y Vida con motivo del décimo aniversario de su fundación, un encuentro que tiene como objetivo reflexionar sobre los “principios antropológicos y científicos de la bioética, con el fin de tutelar y promover la vida humana”.

Durante la audiencia en la Sala Clementina del Vaticano, el Santo Padre ha destacado el servicio que viene realizando esta asociación en favor de la promoción de la vida humana y ha animado a sus miembros a seguir practicando las actitudes de “apertura, atención y proximidad al hombre en cada situación concreta”. En este sentido, el Pontífice les ha indicado que es importante “salir para encontrar y encontrar para sostener”.

En su discurso, difundido por la Sala de Prensa de la Santa Sede, el Papa ha recordado también que el amor de Cristo nos impulsa a ser servidores de los pequeños y de los ancianos, de todo hombre y mujer, a quienes se debe reconocer y tutelar el derecho primordial a la vida.

“La existencia de la persona humana, a la cual ustedes se dedican con solicitud, es su principio constitutivo; es la vida en su insondable profundidad que origina y acompaña todo el camino científico; es el milagro de la vida el que siempre pone en crisis toda forma de presunción científica, restituyendo el primado a la maravilla y a la belleza”, ha proseguido.

Así, Francisco ha reiterado que es Cristo la luz que ilumina el camino para que la ciencia esté siempre al servicio de la vida. “Cuando disminuye esta luz, cuando el saber se olvida del contacto con la vida, se hace estéril”, ha explicado.

Por eso, ha invitado a los presentes “a tener siempre en alto la mirada sobre la sacralidad de toda persona humana, para que la ciencia este verdaderamente al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la ciencia”.

Además, el Obispo de Roma ha subrayado que es importante reconocer el valor inestimable de la vida humana, ya que la vida es ante todo un don de Dios, que genera esperanza y futuro para el hombre y la sociedad.

“El grado de progreso de una civilización se mide por la capacidad de proteger la vida, sobre todo en sus fases más frágiles, más que por la difusión de instrumentos tecnológicos”, ha advertido.

“Cuando hablamos del hombre no nos olvidemos jamás de todos los atentados contra la sacralidad de la vida humana. Es un atentado contra la vida el flagelo del aborto. Es un atentado contra la vida dejar morir a nuestros hermanos en las barcazas en el Canal de Sicilia. Es un atentado contra la vida la muerte en los centros laborales porque no se respetan las condiciones mínimas de seguridad. Es un atentado contra la vida la muerte por desnutrición. Es un atentado contra la vida el terrorismo, la guerra, la violencia; también la eutanasia”, ha señalado.

Finalmente, el Santo Padre ha afirmado que “amar la vida es siempre tener cuidado del otro, quererlo bien, cultivar y respetar su dignidad trascendente”.

4:20:00 a.m.
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‘Cada momento del Santo Padre en Bolivia será mágico’

Bolivia se prepara para recibir la segunda visita de un Pontífice

Vatican City, 30 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Rocío Lancho García | 0 hits

El papa Francisco llegará a La Paz, Bolivia, el 8 de julio a las 16.15. Se encontrará con el presidente Evo Morales en el Palacio de Gobierno y con las autoridades civiles en la Catedral. En total serán tan sólo unas horas las que el Santo Padre pasará en esta ciudad ya que a las 20.00 partirá en avión hacia Santa Cruz. El jueves por la mañana celebrará la Santa Misa en la plaza del Cristo Redentor y por la tarde se reunirán con los sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas en la escuela Don Bosco y a continuación participará en el II Encuentro Mundial de Movimientos Populares en el centro Expoferia. Finalmente, el viernes visitará el centro de reeducación Santa Cruz-Palmasola y después se reunirá con los obispos de Bolivia en la iglesia parroquial de La Santa Cruz.

“Para Bolivia significa una gran visibilidad porque cuando hoy en día en el ámbito internacional se escucha la palabra ‘Bolivia’ en general la gente identifica Bolivia con la ciudad de La Paz, una capital a 4 mil metros de altura y con Evo Morales”. Así lo explica a ZENIT el padre Ariel Beramendi, sacerdote boliviano que trabaja en el Pontificio Consejo de Comunicaciones Sociales. Por eso "la visita del Papa le dará visibilidad a esta nación que está saliendo adelante y que lleva un proceso muy particular a nivel social, económico y religioso. A nivel social está viviendo el tercer mandato de un mismo presidente, en el contexto de un socialismo latinoamericano que ha visto involucrado a varias naciones en la misma dinámica y eso a nivel religioso también ha afectado", observa el sacerdote.  

Por el 'Proceso de Cambio', término que se utiliza mucho por el Gobierno, mucha gente contraria a este proceso ha sido exiliada o perseguida políticamente. En este proceso se ha visto y todavía se ve a la Iglesia como un elemento incómodo porque en ciertos ámbitos es vista como símbolo de ‘colonialismo’, nos explica el padre Beramendi. Y ese contexto social "se ha llevado también a un contexto religioso, donde se han creado asperezas, tensiones y se han querido dividir una acción del episcopado con una acción del Pueblo de Dios".

La llegada del Papa pone bajo las luces a este país que tiene estas dinámicas, que no son conocidas internacionalmente. Bolivia --explica-- es un país que no se conoce quizá por sus elementos más significativos precisamente. "El Papa irá a Santa Cruz, una ciudad que cultural, geográficamente es totalmente distinta. Bolivia podrá mostrar su gran riqueza cultural, religiosa, biodiversidad", añade. 

Del mismo modo, el padre Beramendi indica que un aspecto poco conocido de Bolivia es que hay muchas reducciones jesuíticas, que son patrimonio de la humanidad. Donde la religión vino a evangelizar y los antiguos del lugar fueron evangelizados a través de la música y por lo que hoy en día se ha descubierto y revalorizado en acervo musical y artístico que es inmenso y no se conoce mucho. También esto será favorable para la visita.

La imagen que en Bolivia se tiene del Santo Padre, es la de un pastor cercano. Esa es la palabra clave, asegura el padre Beramendi. Y además en un Papa “que habla nuestro idioma”, algo que no es indiferente, porque utiliza nuestro lenguaje. Bolivia acogió con cariño y alegría la visita del papa Juan Pablo II hace más de 25 años bajo el lema “Sembradores de justicia y esperanza”, y ahora lo hará con Francisco. Un hombre que conoce bien el drama de los inmigrantes bolivianos en las Villas Miserias en Buenos Aires y conoce también varias ciudades de Bolivia.

El papa Francisco es además muy amigo del cardenal Julio Terrazas, y se alojará en su casa. “Y esa suerte de que el Santo Padre venga y llame a tu puerta la tenemos en Bolivia con la figura de un gran hombre que es el cardenal Terrazas”, asegura el sacerdote boliviano. 

Otro aspecto a destacar es la inmensa labor que conllevan los preparativos. Son muchos los voluntarios que se están implicando para que todo esté listo a la llegada del Santo Padre. Unos preparativos que se han realizado un poco contrarreloj teniendo en cuenta el breve periodo de tiempo que ha habido entre el anuncio oficial y la llegada de Francisco a esta tierra. “Hay que tener en cuenta, que cuando Juan Pablo II fue a Bolivia hubo trece meses para poder prepararlo”, nos cuenta.

Comentando los encuentros concretos que mantendrá el Papa en Bolivia, asegura que es muy arriesgado destacar uno. “Cada momento es muy importante aunque quizá a nivel periodístico hay alguno que ‘venda’ más”, precisa. En concreto sobre la visita a la cárcel Palmasola observa que es una visita a una periferia existencial y el Papa cumple con su misión de cristiano, realizando una obra de caridad y nos da un ejemplo a todos. Y sobre la participación de Francisco en el II Encuentro Mundial de los Movimientos Populares señala que "no es un acto litúrgico, aunque sí un acto pastoral y por tanto de evangelización”.

Finalmente destaca el hecho que el Papa ha elegido Bolivia y visita esta tierra que ya conoce. “Habrá momentos mágicos que él mismo y la providencia se encargarán de realizarlos en momentos de cercanía y solidaridad”, observa Beramendi.

2:35:00 p.m.

(RV).- El Papa Francisco ha recibido el viernes al Presidente del Gobierno de la República de Eslovenia, Miro Cerar, que posteriormente ha encontrado al cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, a quien acompañaba el arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados. Los coloquios se han desarrollado en una atmósfera de cordialidad. Se han constatado las buenas relaciones existentes entre la Santa Sede y la República de Eslovenia y se ha confirmado la voluntad común de continuar el diálogo constructivo sobre los temas bilaterales relativos a las relaciones entre la Iglesia y el Estado, con especial referencia al proceso de reconciliación nacional, a los valores humanos y religiosos, y a la colaboración mutua para el bien común de la sociedad y de los más pobres. (RC-RV)

 

(from Vatican Radio)

2:03:00 p.m.
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Vivir la Trinidad

Reflexiones de Mons. Díaz Díaz de San Cristobal de las Casas

San Cristóbal de las Casas, 29 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Mons. Enrique Díaz Diaz | 0 hits

 

Deuteronomio 4, 32-34. 39-40: “El Señor es el Dios del cielo y de la tierra, y no hay otro”.
Salmo 32: “Dichoso el pueblo escogido por Dios”.
Romanos 8, 14-17: “Ustedes han recibido un espíritu de hijos en virtud del cual podemos llamar Padre a Dios”.
Mateo 28, 16-20: “Bauticen a todos los pueblos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

Hay un precioso mosaico que sirvió como símbolo del Encuentro Mundial de las Familias en Milán en 2012. Cuenta con hermosos colores que ofrecen una oportunidad para purificar nuestros ojos. La luz y el color inicialmente nos atraen. Luego distinguimos las formas, muy sencillas de tres personas: Jesús, José y María. Hay paz en estas tres personas. Una paz que se expresa en los colores y en la luz. José mira hacia lo alto como para tomar inspiración desde el cielo. El cielo se abre y “la Mano de Dios” hace descender una llama de Amor sobre el mundo. En particular “la Llama” baja sobre María que fija sus ojos sobre cada uno de nosotros como se mira a un hijo predilecto. Mientras tanto, con gesto de madre, sostiene los primeros pasos de Jesús que camina hacia nosotros y fija sus ojos en los nuestros como diciendo: “Aquí estoy para ti como un don, un don para tu corazón, un don de amor que nace del corazón de la Trinidad y se encarna en la Sagrada Familia”. Familia de carne y modelo de familia sostenida y cimentada en el Amor Trinitario.

Todos los días iniciamos nuestra jornada “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Todos los días queremos vivir a plenitud esa participación que nos ofrece nuestro Dios Trino y Uno. Pero hoy nuestra celebración tiene un sentido muy especial. Es cierto que cada día, y en especial los domingos, nuestra alabanza y contemplación están dirigidas a nuestro Dios, es cierto que siempre todo lo que hacemos tiene su origen y su finalidad en Él, pero hoy lo queremos hacer de un modo más consciente, detenernos un momento y contemplarlo, experimentar su vida interior, y dejarnos “bañar”, envolver, por su amor. Moisés, en la primera lectura de este domingo, se deshace en elogios y alabanzas a un Dios que ha mostrado su poder a favor del pueblo, que ha creado con amor especial al hombre, que le habla, que lo acompaña, que lo ha sacado de la esclavitud para hacerlo su pueblo. Dios es alguien que se ha revelado, se ha descubierto y ha dejado entrever su rostro en medio del fuego. Se vincula con toda la persona; ha convertido a Israel en su pueblo predilecto; ha pasado a ser su propiedad personal. Todos estos beneficios han sido gratuitos, inmerecidos por parte de los israelitas. Y por eso Moisés le pide al pueblo que no lo olvide, que su ley es ley de vida para mantener la relación con Dios, fuente de felicidad.

Cuando escucho a Moisés hablar y expresarse así de Dios, me resulta extraño oír a quienes afirman que el Dios del Antiguo Testamento es un dios cruel y castigador… Es cierto, es celoso, pero por amor. Pero más extrañas me resultan las imágenes que muchos de nosotros tenemos de Dios, reducido a caricatura de lo que no es. A una especie de tapagujeros para solucionar lo que nuestra ignorancia o pereza no han descubierto. Alguien a quien echarle la culpa de nuestros complejos y fracasos. Alguien lejano y al mismo tiempo inquisidor. Y entonces, cuando se tiene este concepto tan erróneo de Dios, se acaba por negarlo, aunque después se le busque en la belleza, en la justicia, en el deseo de comunidad y de amor.

Si ya en el Antiguo Testamento encontrábamos destellos de esta bondad y belleza de un Dios cercano, con Cristo, “el Verbo hecho carne”, Dios rompe los muros donde lo habíamos encerrado, el cielo, el templo y el santuario, y se hace caminante, compañero, amigo y hermano. Un rostro que descubre y devela un gran misterio y que nos llama a conocerlo y vivirlo: “Ven y lo verás”. “No los llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace su amo, los llamo amigos porque les he dado a conocer todo lo que he aprendido del Padre.” Y nos invita a participar de esa vida, unidad y dinamismo que en compañía del Espíritu están viviendo. Su deseo es que: “todos sean uno como tú en mí y yo en ti somos uno”. Nuestro Dios en su misterio más íntimo no es soledad, sino una familia. Y a esta unidad y vitalidad nos invita el Señor Jesús. Es el misterio que nos quiere revelar, pero no para examinarlo científicamente, sino para vivirlo en amor y amistad. Los científicos ahora se preocupan de las glándulas y hormonas que ayudan o estorban a despertar el amor o la amistad, pero quien ama de verdad, quien es amigo de verdad, no necesita descripciones sino la experiencia del amor. Así también Jesús nos llama y nos invita a vivir en esta armonía, dinámica y creadora, de la Santísima Trinidad, donde todo es unidad, creación y explosión de amor. Como dice San Pablo podemos llamar cariñosamente a Dios “Abbá”, “Papá”, con la sencillez de un niño, guiados por el Espíritu y sostenidos por nuestro hermano Jesús.

¿Hemos vivido esta experiencia a la que nos invita Jesús? ¿Hemos exprimentado la unión y el amor trinitario en nuestras vidas? Entonces no podremos callarlo. El envío de Jesús en el evangelio no tendría ningún sentido si no hemos vivido el amor en primera persona. No tiene sentido “bautizarse”, sumergirse, perderse en la Trinidad, si no estamos llenos del Espíritu de Amor. No es cuestión de aprendizaje, es cuestión de vida, de dejarse amar, de perderse en el infinito de este Dios Trino que nos llena de toda su vida, de su amor y de su Espíritu creador. Nuestro envío tiene el mismo sentido y el mismo poder de Jesús: “Así como el Padre me ha enviado”. Entonces también nosotros somos enviados a proclamar, a vivir y a anunciar el amor que hay en nuestro Dios. Necesitamos compartir lo que nosotros hemos experimentado y a hacer partícipes de este amor a todos los hombres. Día de la Santísima Trinidad, día en que debemos vivir plenamente esta comunión con nuestro Dios, con nuestra familia y con todos nuestros hermanos ¿Cómo lo estamos viviendo?

Dios Padre, que al enviar al mundo al Verbo de verdad y al Espíritu de santidad, revelaste a los hombres tu misterio admirable, concédenos que al profesar la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y adoremos la unidad de su majestad omnipotente. Amén.

2:03:00 p.m.
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Francisco: 'El sufrimiento de los niños es un misterio'

El Papa saluda a un grupo de niños que viajarán a Loreto en 'El tren de la alegría', acompañados por el UNITALSI

Vatican City, 29 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Staff Reporter | 0 hits

El santo padre Francisco ha recibido este viernes por la tarde en la residencia Domus Santa Marta, a un grupo de niños gravemente enfermos, acompañados por sus papás y por algunos voluntarios de la asociación UNITALSI.

Son niños que participan junto a sus seres queridos en las peregrinaciones que se organizan a los santuarios de Lourdes y Loreto, y en particular que viajarán en 'El Tren de la Alegría', que les lleva a Loreto. Los veinte niños, tenían entre 7 y 14 años, pero había algunos también de 2 o 3 años. Lo informó un despacho de la Oficina de prensa de la Santa Sede, precisando que el Papa saludó con cariño a cada uno de ellos.

El Pontífice habló a los allí presentes del misterio del sufrimiento de los niños. “No hay explicaciones: es un misterio... Pienso a la Virgen cuando le han dado el cuerpo muerto de su hijo, herido, sangrando... La Virgen lo ha acariciado. También la Virgen no entendía”, dijo.

El Santo Padre invitó a los papás a no temer de pedir, al Señor. Y a “sentir su mirada sobre nosotros, la mirada de ternura del Padre que dice: también mi hijo ha sufrido...”. El Papa expresó su admiración por el coraje de los papás que rechazan el aborto, e indicó que la interrupción de la maternidad es una falsa solución al problema del sufrimiento.

Y calificó como 'heroico' el hecho de llevar con ánimo el sufrimiento de los niños y la preocupación por el futuro de los hijos, cuando saben que vivirán más que ellos y se quedarán solos en la vida.

Mascia, una niña, se dirigió al Santo Padre, y recordó el anterior encuentro del 31 de mayo de 2013 en el mismo lugar y le aseguró que ellos han rezado mucho por el Papa.

También el papá de un niño enfermo dio su testimonio junto a su esposa, sobre la experiencia al acoger a Andrea María a pesar de su grave enfermedad, tras rechazar el consejo que le dieron de practicar un aborto, porque “Dios les llamó como padres de familia a una vocación más grande”.

El Pontífice además aseguró que rezará por los niños y sus papás, para que el Señor les dé la justa consolación que necesitan, y concluyó animándolos a dirigirse al Señor con insistencia y con confianza.

El encuentro concluyó en la capilla de la residencia, con la oración de un Ave María y la bendición del Papa.

(HSM)

 

2:03:00 p.m.
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San José Marello - 30 de mayo

«Esta lumbrera del episcopado, fundador de la Congregación de Oblatos de San José, y obispo de Acqui, debía a la Virgen su vocación. Fue un gran pastor, director espiritual, y mostró sensibilidad con las necesidades del clero»

Madrid, 29 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Isabel Orellana Vilches | 0 hits

La Iglesia celebra hoy, junto a Fernando III, a Juana de Arco y otros santos y beatos, a José Marello. Nació en Turín, Italia, el 26 de diciembre de 1844. A los 8 años su padre Vincenzo lo llevó a San Martino Alfieri junto a su hermano, donde fueron criados por sus abuelos que se hicieron cargo de ellos tras la muerte de su madre. José comenzó su formación bajo la tutela del maestro Silvestro Ponzo y del párroco Giovanni Battista Torchio. El buen sacerdote hizo una espléndida labor con el muchacho, aunque era extraordinariamente receptivo. Tan aplicado en el estudio que en el estío de 1856, para recompensar su esfuerzo y las excelentes calificaciones que obtuvo, su padre le premió con una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de la Misericordia, en Savona. Cosas de la Providencia. Vincenzo podía haber elegido otro lugar para gratificar la dedicación de su hijo, pero tenía que ser precisamente el santuario. Y es que María esperaba al futuro santo con sus maternales brazos abiertos, y allí mismo le señaló la senda sacerdotal con un apremiante: «¡Hazte sacerdote, entra al seminario!».

José acogió esta petición sin dudarlo. En el mes de octubre de ese año 1856, lo más pronto que pudo, ingresó en el seminario de Asti, preparándose concienzudamente para ser un buen sacerdote. Su progenitor hubiese preferido que se dedicara a los negocios familiares. Y, en principio, la historia se convirtió en aliada suya. José solo pudo permanecer en el seminario tres años que fueron suficientes para mostrar su tesón, inteligencia, y otras muchas virtudes que se abrían paso sin quedar ahogadas en su fuerte carácter. Pero la segunda guerra de independencia del reino de Cerdeña en pugna con Austria, que se inició en 1859, introdujo un paréntesis en su vida, ya que el seminario de Asti fue tomado para destinarlo a los militares.

Primeramente estuvo acogido en el domicilio de una familia local, hasta que en el verano de 1862, una vez culminados los estudios filosóficos en la curia diocesana, regresó a Turín. Vincenzo no ocultó su gozo ante esta nueva opción para la vida de su hijo que comenzó a especializarse en temas comerciales con el fin de llevar la rienda de las posesiones, como él deseaba. Sin embargo, se presentó un inesperado escollo; otro gesto de la Providencia para salirse con la suya. En 1863 José contrajo el tifus y su salud se agravó peligrosamente. Ante tal impedimento fue rotundo: «Papá yo hubiera querido continuar con los estudios para hacerme sacerdote. Tú no has querido y yo te he obedecido. Pero la Virgen viendo los peligros en los que me encuentro, ha escuchado mi oración y está por liberarme. Si tú consientes que yo siga mi camino, me curaré rápidamente, de otro modo, la Virgen me llamará a sí».

Al año siguiente, recuperado de la enfermedad y la crisis que había sufrido por mediación de la Virgen de la Consolación, reingresó en el seminario de Asti. Fue ordenado en septiembre de 1868. Monseñor Carlo Savio que había reparado en sus cualidades lo escogió como secretario; fue un juicio acertadísimo. José puso todo su empeño en la formación moral y religiosa de la juventud, dedicaba largas horas a las confesiones y a la dirección espiritual en Michelerio, organizó cursos para los jóvenes obreros, y compaginaba su labor volcado también en las necesidades del clero. Fue canónigo de la catedral y se ocupó de una casa de reposo que no tenía medios para atender a los desvalidos; además, asistía a los ancianos. Todo ello le permitió conocer desde dentro los entresijos de la labor pastoral, pero en el fondo de su corazón se sentía llamado a la vida contemplativa. Trabajador infatigable, advertía: «El ruido no hace bien, y el bien no hace ruido». Monseñor Savio le aseguró que Dios tenía para él otra misión. En 1869 acompañó al prelado al Concilio Vaticano I. Entre otros cardenales conoció al futuro papa León XIII. En 1873 murió Vincenzo. Dos años más tarde, hallándose en Roma, José mantuvo una audiencia privada con Pío IX.

El 14 de marzo de 1878, en la sede del Instituto Michelerio donde se propuso crear la Compañía de San José, fundó la Congregación de Oblatos de San José. Les dio como modelo al Santo Patriarca encomendándoles de forma particular que difundieran su culto, que formasen a la juventud y que estuviesen al servicio de las iglesias locales, parroquias, orfanatos, escuelas... «Cartujos en casa y apóstoles fuera de casa»; «Sed extraordinarios en las cosas ordinarias», aconsejaba. En 1884 trasladó a los primeros Oblatos al hospicio de Santa Clara, que se convirtió en la casa madre de la congregación.

El 23 de noviembre de 1888 fue designado obispo de Acqui; León XIII no había olvidado al joven virtuoso que conoció en el palacio del Quirinale. Desde el mes de junio de 1889 hasta su muerte en 1895, José ejerció su fecundo ministerio pastoral. Seguía persiguiendo la santidad como la deseaba para todos: «La unión con Dios debe ser ya desde aquí en la tierra nuestro único trabajo como noviciado de aquella unión perfecta que se consumará en el cielo. Todo lo demás debe ir ordenado a esta sola». Su consigna era: «Todos cuiden los intereses de Jesús». Sus visitas pastorales le permitieron conocer directamente las parroquias a las que accedió con los medios de la época, algunos precarios: tren, carro y caballo. En todas ellas fue ganándose el afecto de los fieles.

El 30 de mayo de 1895 el superior de los padres escolapios le invitó a participar en Savona en la celebración del tercer centenario de la muerte de Felipe Neri. Siempre había tenido una frágil salud, y en ese instante no se hallaba precisamente en buen estado, pero dijo: «se celebra la fiesta de san Felipe Neri y si Dios quiere se muere». Así fue. Ese día al terminar de celebrar la Eucaristía en la iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia de Savona, en plena visita pastoral entregó su alma a Dios. León XIII lo denominó «lumbrera del episcopado». Pablo VI lo beatificó el 12 de junio de 1978. Juan Pablo II lo canonizó el 25 de noviembre de 2001.

1:32:00 p.m.
Agencia Zenit

'La visita del Papa a Paraguay tiene ya beneficios inconmensurables'

Entrevista con el embajador de la República de Paraguay ante la Santa Sede, en el marco de la visita del viaje del Santo Padre a este país

Roma, 29 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Rocío Lancho García | 0 hits

Paraguay será uno de los países de América Latina que reciba al Santo Padre el próximo mes de julio. Francisco llegará a este país como “Mensajero de la alegría y de la paz” como dice el lema de la visita, donde estará del 10 al 12 de julio. La Embajada de Paraguay ante la Santa Sede ha organizado una serie de eventos como preparación al viaje papal. Este martes, tuvo lugar un concierto de arpa de la artista Daniela Lorenz con piezas típicas paraguayas.

Los próximos eventos serán el 2 de junio un concierto llamado “La música de las misiones jesuíticas en América del Sur” organizado por la Pontificia Comisión para América Latina de la Santa Sede, conjuntamente con las Embajadas de Ecuador, Bolivia y Paraguay ante la Santa Sede y el 25 de junio una Conferencia sobre "Historia de la Iglesia en el Paraguay" con monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo de Asunción.  

Después del concierto, ZENIT entrevistó al embajador de Paraguay, Esteban Kriskovich, quien indicó los frutos que ya está dejando la visita del Papa en este país y observó que los efectos traumáticos y negativos de la Guerra de la Triple Alianza continúan hasta nuestros días y "creemos que esta visita del papa Francisco puede contribuir para sanar esta herida".

En el marco de la preparación de la visita de la visita del Papa y en ocasión de la Conmemoración del 204° aniversario de la Independencia de la República del Paraguay, la embajada ha organizado este concierto. ¿Qué se desea transmitir con este evento?
-- Kriskovich: Queremos dar a conocer la belleza de la música paraguaya que es fruto de un mestizaje, fruto del encuentro entre la cultura europea barroca cristiana de las misiones jesuíticas y franciscanas del siglo XVII y XVIII, la sensibilidad de los indígenas guaraníes que buscaban la tierra sin mal y la encontraron en las misiones, y la riqueza de la expresión de la naturaleza en sus contenidos melódicos y armónicos onomatopéyicos como los producidos por el arpa paraguaya. La música del arpa paraguaya y la guitarra en nuestro país es también fruto de esta cultura de mestizaje, con grandes artistas paraguayos como Agustín Barrios “Mangoré”, Félix Pérez Cardozo, Agustín Barboza, Digno García, Herminio Giménez, José Asunción Flores, Demetrio Ortiz, entre tantos otros que nos honran. Y en el aspecto clásico la gran enseñanza de la música que en el barroco han hecho en estas tierras los grandes maestros misioneros jesuitas Doménico Zipóli, Antonio Sepp, Martin Smidt, y otros. Hasta ahora su influencia es fuerte en los músicos paraguayos. De hecho, en la visita del Papa tocarán varias magníficas orquestas de niños y jóvenes, como la increíble orquesta de Cateura con instrumentos reciclados, y el gran trabajo de Szarán y Sonidos de la Tierra que llega a niños y jóvenes de todos los rincones del país.

Quedan menos de dos meses para la llegada del Santo Padre a Paraguay. ¿Cómo van los preparativos?
-- Kriskovich: Se está realizando un trabajo excelente. Como siempre en los grandes desafíos, se notará el fruto del esfuerzo y la alta calidad del trabajo cuando se realiza con amor a la patria y con dedicación personal. La Comisión Nacional organizadora de la visita papal, conformada por autoridades de la Iglesia y el Estado, están trabajando ejemplar y excelentemente -nos lo han dicho las mismas autoridades vaticanas-. Creemos que la visita al Paraguay será el broche de oro a esta visita papal a América Latina.

¿Qué supone para Paraguay ser uno de los primeros países que visitará el primer Pontífice latinoamericano?
-- Kriskovich: Es algo que nos honra y nos llena de alegría. Que nos haya elegido entre más de 180 países que le han invitado, de todo el mundo. El pueblo paraguayo está vibrando de felicidad desde que conoció la noticia. No nos queda sino agradecer esta gran deferencia del Santo Padre hacia nuestro pueblo.

El Santo Padre ha hablado de las mujeres paraguayas como las más valerosas de América Latina. ¿Podemos entender que el Santo Padre conoce bien la historia y la realidad de este país?
-- Kriskovich: El Papa conoce muy bien la historia del Paraguay. La de la primera evangelización que dejó raíces profundas realizada por las misiones de los franciscanos y jesuitas, cuyas reducciones constituyeron un testimonio impresionante cultural, religioso, social, hasta que por razones políticas fueron diezmadas en el siglo XVIII. La independencia. La construcción de una nación vanguardista y desarrollada en el siglo XIX, hasta que sucumbió todo ese magnífico desarrollo con la Guerra de la Triple Alianza (de Argentina, Brasil y Uruguay, contra el Paraguay) en donde ocurrió un genocidio americano en el cual murió el 80 por ciento de la población masculina, y había la consigna de que a los paraguayos había que hacerlos desaparecer y matarlos ya en el seno de su madre. Allí es cuando la mujer paraguaya tuvo un rol fundamental en reconstruir el Paraguay, y en palabras del papa Francisco “supo asumir un país derrotado por la injusticia y los intereses internacionales, y ante esa derrota llevó adelante la Patria, la cultura y la fe”. Los efectos traumáticos y negativos de esta guerra continúan hasta nuestros días, y creemos que esta visita del papa Francisco puede contribuir para sanar esta herida.

¿Cuál cree que puede ser el mensaje y el evento más importante de Francisco en Paraguay?
-- Kriskovich: Creo que todos los encuentros tienen un magnífico valor y significado.  Ninguno está de relleno. La visita al excelentísimo señor presidente de la República, don Horacio Cartes, las autoridades nacionales y el cuerpo diplomático. La misa en el Santuario de la Virgen de Caacupé, madre de todos los paraguayos, que en su fiesta reúne a más de la mitad del pueblo paraguayo. La visita al hospital pediátrico “Acosta Ñú”, llamado así porque fue la batalla de la Guerra de la Triple Alianza donde lucharon niños para defender a su patria. Las vísperas con los consagrados en este año de la vida consagrada. El encuentro con la sociedad civil, el mundo de la cultura y la educación. La música de las orquestas con instrumentos reciclados, el ballet que se presentará. La misa del domingo con el gran altar y el impresionante retablo construido con frutos de la tierra con todo un pueblo involucrado en su realización bajo la dirección del artista Koki Ruíz. El ángelus en ocasión del domingo. El encuentro por la tarde con los jóvenes en la costanera de Asunción a orillas del Río Paraguay. La visita y oración que hará en el local del supermercado Ykuá Bolaños donde murieron 500 personas en un incendio. Todos los actos tendrán para el pueblo paraguayo un gran significado.

Creo que la visita del Papa nos llamará a renovar nuestra fe, nuestra esperanza, y nuestra caridad, a nivel personal y como pueblo; nos llamará al desafío de seguir trabajando en una cultura de la paz, del encuentro, de la solidaridad; una cultura de la renovación de la mente iluminada con el mensaje cristiano para que las personas y la sociedad encuentren la vocación auténtica de realización a la cual han sido llamadas en la historia.

¿Qué frutos piensa que dejará esta histórica visita?
-- Kriskovich: Los beneficios serán y son ya inconmensurables. Desde el punto de vista espiritual, será extraordinario. A nivel social y comunitario, ya se están viendo algunos frutos como la gran alegría y entusiasmo que despierta en el pueblo paraguayo y en la región su llegada. La cantidad de gente que quiere colaborar con la visita y se quiere sentir parte de la misma. Asimismo, recordemos que nuestro país será foco de atención mundial durante esos tres días que nos visite el Papa, más aún porque tiene lugar el fin de semana, con la misa y el ángelus del Papa el domingo 12 de julio. El Paraguay desde ahora está ya en la mira mundial en relación al proceso de preparación de la visita. A nivel de turismo y considerando el alto flujo de peregrinos y visitantes, de seguro se reportará en ese aspecto también un gran beneficio a nuestro país.

 

 

 

 

12:59:00 p.m.
Agencia Zenit

Pakistán: construyen una cruz monumental a favor de la libertad religiosa

Se ubica en la entrada del cementerio cristiano más grande de Karachi y tiene 42 metros de altura

Madrid, 29 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Staff Reporter | 0 hits

El empresario cristiano pakistaní Parvez Henry Gill ha decidido levantar en la ciudad de Karachi una cruz de hormigón con dimensiones monumentales. Se trata de una valerosa iniciativa a favor de la libertad religiosa en Pakistán.

Gill pretende que sea una de las cruces más grandes del mundo, precisamente por las grandes dificultades que atraviesan las comunidades cristianas del país. Con 42 metros de altura, sus medidas serán imposibles de ignorar, ya que se aproximan a las de un edificio de 14 pisos. De los 100 trabajadores, unos 20 renunciaron cuando descubrieron el propósito de la construcción. Sin embargo, en la actualidad incluso no creyentes toman parte en las tareas.

El monumento se está construyendo desde hace un año en la entrada del cementerio cristiano de Gora Qabristan, al sur de Karachi, un lugar donde se registran frecuentemente actos de vandalismo por parte de extremistas religiosos, que profanan las lápidas pintándolas o tirando allí su basura.

En declaraciones al Washington Post, el empresario de 58 años ha explicado que la grave situación de discriminación que sufren motiva a las familias a dejar la ciudad. “Quiero que las personas cristianas la vean y decidan quedarse”, ha afirmado Gill. “Será un símbolo de Dios y todos los que la vean dejarán de preocuparse”, ha añadido.

Dado el escenario escogido, muchos cristianos de Karachi temen que una obra de tal magnitud traiga más problemas de los que ya sufren. Su creador reconoce que le han advertido sobre el riesgo que corre su propia seguridad.  

La minoría cristiana de Pakistán vive en situación de peligro constante por las amenazas de los extremistas islámicos. De los 165 millones de habitantes, el 95 por ciento son musulmanes y el 2,5 por ciento, cristianos (de los cuales apenas un millón y medio son católicos), que son considerados ciudadanos de segunda clase. Eso, en el mejor de los casos. Con cierta frecuencia llegan testimonios de secuestros, conversiones forzadas o episodios de violencia.

Ser menos en número no tendría por qué ser un problema si no fuese porque en Pakistán las minorías son perseguidas por radicales suníes, mayoritarios en esta república islámica. Precisamente en Karachi hace dos semanas fue tiroteado un autobús en el que viajaban chiíes, un ataque que dejó más de 40 muertos.

Los cristianos no son ajenos a estas acometidas. El mes pasado, en Lahore, un adolescente fue quemado por profesar esta confesión religiosa y el pasado noviembre una turba de fanáticos linchó e incineró a una pareja de cristianos a la que acusaban de haber quemado un Corán.

Los lugares de culto también son objetivo de los violentos. En marzo, el atentado con bombas de un grupo insurgente en dos iglesias de Lahore causó 15 muertos y 75 heridos, un ataque que recordó al de hace dos años, cuando perdieron la vida más de 100 personas en un asalto suicida a una iglesia de Peshawar.

Agencia Catolica

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