junio 2013

10:58:00 a.m.


Papa Francisco. Foto: News.va


Papa Francisco. Foto: News.va



VATICANO, 30 Jun. 13 / 10:20 am (ACI/EWTN Noticias ).- En un mensaje a los participantes en la VI Jornada de los jóvenes en Lituania, el Papa Francisco les señaló que “el amor de Cristo y su amistad no son una ilusión –Jesús en la cruz muestra cuán concretos son– ni están reservados sólo para algunos”.


El Santo Padre les remitió estas reflexiones para “su crecimiento espiritual y su misión en la Iglesia y en el mundo”, con ocasión de la fecha de clausura del evento, que ha llevado como lema “Yo los llamo amigos”.


“Jesús quiere ser su amigo, su hermano, maestro de la verdad y de la vida”, les dijo el Papa, al mismo tiempo que les señaló que “esta amistad de Jesús, que nos trae la misericordia y el amor de Dios, es ‘gratuidad’ puro don. Él no les pide nada a cambio, sólo les pide que lo reciban”.


Francisco les indicó a los jóvenes que “Jesús quiere amarlos por lo que son, incluso en su propia fragilidad y debilidad, para que, tocados por su amor, puedan ser renovados”.


El Papa les recordó a los jóvenes que “el encuentro con el amor de Dios en la amistad con Cristo es posible, en primer lugar, en los Sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Reconciliación”, y añadió que “Jesús siempre nos perdona”.


El Santo Padre también les señaló a los jóvenes la importancia del rezo del Rosario, pues en él “nos dirigimos a la Virgen María para que nos guíe hacia una unión cada vez más estrecha con su Hijo Jesús”, y añadió que “el Rosario es un medio eficaz para abrirnos a Dios, porque nos ayuda a vencer el egoísmo y a brindar paz a los corazones, en las familias, en la sociedad y en el mundo”.


Al concluir su mensaje, el Papa exhortó a los participantes en el evento a que “¡No tengan miedo de vivir la fe! Sean testimonios de Cristo en sus ambientes cotidianos, con sencillez y valentía ... mostrando el rostro de la misericordia y el amor de Dios, que siempre perdona, anima, da esperanza”.


Etiquetas: Vaticano, jóvenes, Papa Francisco



10:15:00 a.m.


Papa Francisco


Papa Francisco



VATICANO, 30 Jun. 13 / 10:06 am (ACI/EWTN Noticias ).- En sus palabras previas al rezo del Ángelus, frente a los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco subrayó la importancia de aprender a escuchar a nuestra conciencia, pues el espacio “de la escucha de Dios”.


El Santo Padre indicó que “debemos aprender a escuchar más a nuestra conciencia. Pero ¡atención! Esto no significa seguir el propio yo, hacer aquello que me interesa, que me conviene, que me gusta... ¡No es esto!”.


“La conciencia es el espacio interior de la escucha de la verdad, del bien, de la escucha de Dios; es el lugar interior de mi relación con Él, que habla a mi corazón y me ayuda a discernir, a comprender el camino que debo recorrer, y una vez tomada la decisión, a ir adelante, a permanecer fiel”.


El Papa señaló que “el Evangelio de este domingo muestra un pasaje muy importante en la vida de Cristo: el momento en que – como escribe san Lucas – ‘Jesús tomó la firme decisión de ponerse en camino hacia Jerusalén’. Jerusalén es la meta final, donde Jesús, en su última Pascua, debe morir y resucitar, y así llevar a cumplimiento su misión de salvación”.


“Desde aquel momento, luego de aquella ‘firme decisión’, Jesús apunta directamente hacia a la meta, y también a las personas que encuentra y que le piden seguirlo, dice claramente cuáles son las condiciones: no tener una morada fija; saberse despegar de los afectos humanos; no ceder a la nostalgia del pasado”. Sin embargo, apuntó el Santo Padre, “Jesús también les dice a sus discípulos, encargados de precederlo en el camino hacia Jerusalén para anunciar su paso, que no impongan nada: si no encontrarán disponibilidad a recibirlo, continúen, vayan adelante. Pero Jesús no impone jamás, Jesús es humilde, Jesús invita. Si tú quieres ven. Y la humildad de Jesús es así. Él nos invita siempre. No impone”.


Todo esto nos hace pensar, dijo el Papa, particularmente en “la importancia que, también para Jesús, tuvo la conciencia: el escuchar en su corazón la voz del Padre y seguirla”.


“Jesús, en su existencia terrenal, no estaba, por así decirlo, condicionado por un ‘control remoto’: era el Verbo encarnado, el Hijo de Dios hecho hombre, y a un cierto punto tomó la firme decisión de subir a Jerusalén por última vez; una decisión tomada en su conciencia, pero no solo: con el Padre, en plena unión con Él!”.


Jesús, indicó el Santo Padre, “ha decidido en obediencia al Padre, en escucha profunda, intima de su voluntad. Y por esto la decisión era firme, porque fue tomada con el Padre. En el Padre, Jesús encontraba la fuerza y la luz para su camino”.


“Y Jesús era libre. En aquella decisión era libre. Jesús a nosotros los cristianos nos quiere libres como Él. Con aquella libertad que viene de este diálogo con el Padre, de este diálogo con Dios”.


Francisco remarcó que “Jesús no quiere cristianos egoístas, que sigan el propio ‘yo’, que no hablan con Dios, ni cristianos débiles, cristianos que no tienen voluntad, cristianos a control remoto, incapaces de creatividad, que buscan siempre conectarse con la voluntad de otro, y no son libres. ¡Jesús nos quiere libres!”.


“Y ¿dónde se consigue esta libertad? En el diálogo con Dios en la propia conciencia. Si un cristiano no sabe hablar con Dios, no sabe escuchar a Dios en su propia conciencia no es libre”.


Francisco señaló que recientemente “hemos tenido un ejemplo maravilloso de cómo es esta relación con Dios en la propia conciencia. Un reciente ejemplo maravilloso, el Papa Benedicto XVI nos ha dado este gran ejemplo”.


“Cuando el Señor en la oración, le ha hecho comprender cuál era el paso que debía dar. Ha seguido, con gran sentido de discernimiento y valor, su conciencia, o sea la voluntad de Dios que hablaba a su corazón. Y este ejemplo de nuestro Padre nos hace mucho bien a todos nosotros, como un ejemplo que debemos seguir”.


El Papa también recordó que “la Virgen, con gran simplicidad, escuchaba y meditaba en lo más íntimo de sí misma la Palabra de Dios y aquello que sucedía a Jesús. Siguió a su Hijo con íntima convicción, con firme esperanza”.


“Que María nos ayude a convertirnos cada vez más en hombres y mujeres de conciencia - con conciencia libre, porque en la conciencia tiene lugar el diálogo con Dios – hombres y mujeres capaces de escuchar la voz de Dios y de seguirla con decisión”, concluyó.


Etiquetas: Vaticano, Ángelus, Papa Francisco



6:06:00 a.m.
(RV).-“Escuchar a nuestra conciencia”, ha sido la invitación del Obispo de Roma en la reflexión previa a la oración mariana del ángelus, con los miles de peregrinos reunidos en la plaza del Santuario de San Pedro, el último domingo de junio en Roma en un mediodía soleado y caluroso.



La “firme decisión” de Jesús de ponerse en camino a Jerusalén donde debe morir y resucitar, fue el tema del Evangelio subrayado por Papa Francisco, para afirmar que es una decisión que Jesús no toma solo sino con el Padre y también la importancia que ha tenido para Jesús la conciencia: el escuchar en su corazón la voz del Padre y seguirla libremente, no “telecomandado”.



“La conciencia es el espacio interior del de la escucha de la verdad, del bien, de la escucha de Dios; es el lugar interior de mi relación con Él, que habla a mi corazón y me ayuda a discernir, a comprender el camino que debo recorrer, y una vez tomada la decisión, a ir adelante, permanecer fiel”.



El gran ejemplo actual de seguimiento de la conciencia del Obispo Emérito de Roma, Benedicto XVI, en relación al paso que debía dar, y también la gran simplicidad de María que escuchaba y meditaba la palabra de Dios en su interior, sirvió al Sucesor de Pedro para invitar a todos a “convertirnos en hombres y mujeres de conciencia, capaces de escuchar la voz de Dios y de seguirla con decisión”.



Jesuita Guillermo Ortiz- RV



June 30, 2013 at 07:12AM

6:06:00 a.m.
(RV).- «Yo los llamo amigos», destacando el lema inspirado en las palabras de Jesús (Jn 15,15) de la VI Jornada de los jóvenes en Lituania, el Santo Padre se une espiritualmente con gran alegría a los numerosos chicos y chicas que se han dado cita en Kaunas. Y evocando la palabra del Señor, les ofrece algunas breves reflexiones para «su crecimiento espiritual y su misión en la Iglesia y en el mundo». Así se lee en el mensaje que ha enviado, con motivo de la celebración de la juventud lituana, que termina este domingo.



Reiterando que «Jesús quiere ser su amigo, su hermano, maestro de la verdad y de la vida», que les revela el camino a seguir para llegar a la felicidad, a la realización de ellos mismos, siguiendo el proyecto de Dios para cada uno de ellos, el Obispo de Roma hace hincapié en que «esta amistad de Jesús, que nos trae la misericordia y el amor de Dios, es ‘gratuidad’ puro don. Él no les pide nada a cambio, sólo les pide que lo reciban. Jesús quiere amarlos por lo que son, incluso en su propia fragilidad y debilidad, para que, tocados por su amor, puedan ser renovados».



Tras recordar que «el encuentro con el amor de Dios en la amistad con Cristo es posible, en primer lugar, en los Sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Reconciliación», el Papa Francisco destaca una vez más la misericordia divina - «Jesús siempre nos perdona». Así como la importancia de la escucha de la Palabra, para crecer en la amistad con Cristo, sin olvidar la belleza de la oración contemplativa, sencilla, accesible a todos, sin distinción alguna, de edad o de cultura, como es el rezo del Santo Rosario.



«En el Rosario nos dirigimos a la Virgen María para que nos guíe hacia una unión cada vez más estrecha con su Hijo Jesús», subraya también el Santo Padre, añadiendo luego que «el Rosario es un medio eficaz para abrirnos a Dios, porque nos ayuda a vencer el egoísmo y a brindar paz a los corazones, en las familias, en la sociedad y en el mundo».





El Mensaje del Papa Francisco a lo queridos jóvenes lituanos, termina recordando que «el amor de Cristo y su amistad no son una ilusión - Jesús en la cruz muestra cuán concretos son – ni están reservados sólo para algunos. Y exhortándolos a buscar con sinceridad y confianza esta amistad, los invita a sentirse parte viva de la Iglesia, comprometidos en la evangelización, en comunión con los hermanos en la fe y con sus Pastores. «¡No tengan miedo de vivir la fe! Sean testimonios de Cristo en sus ambientes cotidianos, con sencillez y valentía ... mostrando el rostro de la misericordia y el amor de Dios, que siempre perdona, anima, da esperanza». Con especial atención a los más pobres y más vulnerables, recuerda asimismo el Santo Padre, encomendando luego a los jóvenes lituanos a San Casimiro, patrono de este amado país y a María, para que los acompañe junto con su Bendición, que el Papa extiende a toda la nación de Lituania.



June 30, 2013 at 06:59AM

4:50:00 a.m.

El arzobispo de La Plata: evitar los ajenos a nuestra cultura cristiana. Proponer uno cristiano para el bautismo


Roma, 30 de junio de 2013 (Zenit.org) Redacción | 0 hitos


El arzobispo de La Plata, Héctor Aguer reflexiono a esta semana en directa TV sobre “la importancia del nombre cristiano”, porque “los nombres que muchas veces le ponen a los niños” como los “de culturas exóticas y otros (…) no tienen nada que ver con nuestra realidad concreta, de argentinos y de católicos”.


Lo hizo en el programa semanal “Claves para un Mundo Mejor” de América TV y el texto fue enviado a la redacción de ZENIT por el director y conductor del programa, Tito Garabal.


“No solo porque el chico --precisó el arzobispo de La Plata--va a llevar ese nombre toda la vida, sino porque el sentido de elegir para un niño un nombre cristiano es que pueda invocar la intercesión de la Santísima Virgen (…) o del santo cuyo nombre se le impone” y para que “pueda tomar a ese santo por modelo”, añadió el prelado.


Propuso además “hacer una especie de campaña” proponiendo la imposición de nombres cristianos y si “al chico lo llevan a bautizar cuando el nombre ya está estampado en el trámite civil” se puede “proponer que si el chico no tiene un nombre cristiano se le añada en la ceremonia del Bautismo” .


Texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer


“Muchos de ustedes, seguramente, habrán asistido y más de una vez quizás, a la celebración del bautismo de un niño. Recuerden como comienza el rito bautismal. Después del saludo inicial el sacerdote, o el diácono, hacen esta pregunta a los padres de la criatura: ¿qué nombre le pusieron a su hijo? Los papás responden; ese es el rito de imposición del nombre”.


“Se me ocurrió conversar con ustedes acerca de este punto porque hay algo que me ha llamado la atención: los nombres que muchas veces se ponen a los niños. Hay en las familias tradiciones respecto de esto; se repite el nombre del abuelo o del bisabuelo, que atraviesa varias generaciones. Además, en algunos ambientes, era muy común, por ejemplo en los ambientes rurales, el poner el nombre del santo del día: se fijaban en el almanaque y se le ponía al bebé el santo que correspondía. A veces se producían chascos fenomenales. Imagínense un nombre que quizá hoy día suena extravagante; y no ha faltado el caso de un nene o una nena que acabaron llamándose “Fiesta Cívica” por haber nacido un 25 de mayo o un 9 de Julio”.


“No obstante en esos tiempos y lugares existía la intención de poner un nombre cristiano, y esa es la cuestión: poner un nombre cristiano”.


“Lo que advierto en la actualidad es que se buscan nombres de culturas exóticas y otros que, a lo mejor, expresan cosas significativas en esa cultura originaria pero que no tienen nada que ver con nuestra realidad concreta, de argentinos y de católicos, por lo menos sociológicamente católicos”.


“Aquí hay algo interesante, no solo porque el chico va a llevar ese nombre toda la vida, sino porque el sentido de elegir para un niño un nombre cristiano es que pueda invocar la intercesión de la Santísima Virgen en alguna de sus títulos y advocaciones o del santo cuyo nombre se le impone. Además, ese gesto implica que si el chico lleva luego efectivamente una vida cristiana, lo que es de desear, pueda tomar a ese santo por modelo”.


“Aquí hay algo que no debe ser desechado, porque tiene que ver con, la trasmisión de una cultura cristiana. Felizmente todavía hay muchísimos padres que bautizan a sus niños, y esto no es un dato menor, porque me parece que expresa el aprecio de la vida cristiana por una gran parte de nuestro pueblo”.


“Les propongo a ustedes esta reflexión porque me parece que tenemos que hacer una especie de “campaña”. Ustedes conocerán, a lo mejor, parientes o amigos, matrimonios jóvenes que esperan un niño y sobre el nombre que pondrán a la criatura; quizá se puede sugerir que elijan un nombre cristiano”.


“Hay manías o modas que se repiten y luego el chico queda para toda la vida con ese nombre que a lo mejor dentro de 20 o 30 años suena más extravagante que llamarse hoy día, por ejemplo, Policarpo. De paso, ¿Saben que quiere decir Policarpo?: significa fruto abundante. Hay ciertos nombres de la tradición cristiana que tienen un sentido muy bello, muy noble y no solamente del punto de vista religioso sino también humano. En este tema se trata de tener un poco de discreción, pero implica también un reconocimiento de lo que significa el Bautismo”.


“Es verdad que al chico lo llevan a bautizar cuando el nombre ya está estampado en el trámite civil, en el registro del nacimiento y no hay mucho remedio. Sin embargo, puede haber un cierto remedio y yo, a veces, lo sugiero cuando me toca celebrar algún Bautismo; es proponer que si el chico no tiene un nombre cristiano se le añada en la ceremonia del Bautismo, Todavía, unos años después, existe una posibilidad ulterior, cuando el chico va a recibir el Sacramento de la Confirmación. Ahí él mismo puede elegir un nombre cristiano; yo les sugiero a los catequistas precisamente eso: que en el tiempo de preparación vean si el niño o la niña no debe adoptar un nombre cristiano, y que él mismo lo añada, y que ese gesto sirva, de alguna manera, para iluminarle el camino de su vida ulterior”.


“Ustedes pueden pensar que esto es una cosa insignificante, pero multiplicada y generalizada esta iniciativa contribuye a una presencia concreta en la sociedad, es la presencia del hecho cristiano y de la referencia a nuestros orígenes cristianos”.


“A propósito del cambio de nombre o de la imposición del nombre recordemos que hoy es el Día del Papa, Fiesta de San Pedro y San Pablo. ¿Qué debe hacer el Papa cuando lo eligen? Debe adoptar un nombre. Nosotros tenemos el caso afectivamente cercano del Cardenal Bergoglio que cuando fue elegido Sumo Pontífice eligió llamarse Francisco, y ¡vaya si tiene sentido que haya elegido ese nombre! porque de alguna manera se indica una veta espiritual y pastoral del Pontificado. De paso, no nos olvidemos hoy de rezar por el Papa Francisco”.


“Pues bien traslademos eso al caso sencillo del Bautismo de cualquiera de nuestros niños en nuestras parroquias. ¡Hay que pensar en el asunto del nombre, y si se lo va a bautizar, que sea un nombre cristiano!”.



(30 de junio de 2013) © Innovative Media Inc.


4:50:00 a.m.

En diciembre serán sacerdotes. Son de Argentina, Chile, México, Estados Unidos, Canadá, Italia y Alemania


Roma, 30 de junio de 2013 (Zenit.org) Redacción | 0 hitos


El arzobispo de Spoleto-Norcia, Renato Boccardo, ayer ordenó diáconos a 23 legionarios de Cristo en la capilla del Centro de Estudios Superiores de la orden en Roma. En diciembre de 2013, todos ellos serán ordenados sacerdotes por el Cardenal Velasio De Paolis, delegado pontificio para la Legión de Cristo y el Regnum Christi. Se estima que la generación de 2013 de nuevos sacerdotes estará compuesta por 31 legionarios. Lo informó anoche con un comunicado, la oficina de prensa de dicha congregación católica de derecho pontificio.


Durante la homilía Mons. Boccardo subrayó las dimensiones especiales de orden del diácono, deteniéndose en aspectos como la vocación, el servicio y la obediencia. Comentando el tema de la vocación mencionó al inicio de la homilía:


“Por el sacramento que hoy reciben --recordó el arzobispo-- se constituyen en la Iglesia ministros cualificados de la caridad y del servicio. El ministerio diaconal, de hecho, así como aparece en el libro de los Hechos de los Apóstoles y en la tradición viva de la Iglesia, subraya el don del servicio como típica función eclesial”.


“Ustedes eternamente serán signo sacramental de la vocación al servicio por la cual se continúa en la Iglesia la actitud de Cristo, siervo de Yahvé, venido no para ser servido sino para servir” dijo.


Y recordó que “entrando por el diaconado en el orden sagrado ustedes no aspiran a posiciones de prestigio personal sino que en humildad y generosidad ponen todas su vida a disposición de los demás”.


“Y después irán por los caminos benditos de la sabiduría de Dios y de la obediencia. Irán como siervos y no como jefes; como amigos y no como dominadores; como siervos de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Y por su parte Dios bendecirá a sus familias que les han dado la libertad de esta elección y de esta donación”


“El «sí» humilde y trémulo --concluyó-- que hoy dan les acompañe como cruz y como gloria para toda la vida y haga de ustedes signos creíbles del amor de Dios”.


En la ceremonia de ordenaciones acompañaron a los nuevos diáconos algunos familiares llegados a Roma desde diversas partes del mundo, las comunidades de legionarios y los equipos de consagradas y consagrados del Regnum Christi presentes en Roma, así como el padre Sylvester Heereman, L.C., vicario general de la congregación.


Los nuevos diáconos proceden de siete países: Argentina, Italia, Estados Unidos, Chile, México, Alemania y Canadá.


En el grupo de ordenandos se encuentra Alberto Carrara, italiano, médico y profesor de neurobioética en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum; Georg Rota, alemán, quien estudió profesionalmente piano en un conservatorio de música; Luciano Núñez, chileno, que tiene un proyecto de catequesis mediante videos en YouTube en el canal “Imparare Roma”; Frederick Keiser y Matthew Schmitz, de Estados Unidos, que elaboran programas de formación en inglés bajo la divisa “The Brothers in Black” en YouTube; y Matthew Schneider, canadiense, quien impulsa un blog sobre nueva evangelización (http://22Catholic.com).


“Toda la ceremonia fue muy bella --comentó el diácono estadounidense Esteban Zamudio-- pero las letanías de los santos, cuando estábamos postrados, me hizo recordar que no estoy sólo en este camino sino que vivimos la comunión de los santos quienes desde el cielo interceden por mí para llevar adelante esta misión”.


A estos nuevos diáconos se suman cinco legionarios más que han sido ordenados recientemente en Guadalajara y San Luis Potosí, México, y también en Meaux, Francia. En el mes de agosto recibirán la ordenación diaconal tres legionarios más en São Paulo, Brasil.



(30 de junio de 2013) © Innovative Media Inc.


4:50:00 a.m.

30 de mayo. «El misionero santo. Apóstol de Nápoles, defensor de las mujeres prostituidas»


Madrid, 30 de junio de 2013 (Zenit.org) Isabel Orellana Vilches | 6 hitos


Esta alma gemela de san Alfonso María de Ligorio, desde que se encontraron en el camino persiguiendo juntos el mismo ideal, cuando aguardaba ser liberado de este mundo para volar al cielo prometido, manifestó: «La criatura vuelve ya al Creador, el hijo al Padre. Si te place, deseo ir a verte cara a cara; pero no quiero ni morir ni vivir, quiero sólo lo que tú quieres. Tú sabes que cuanto he hecho, cuanto he pensado, todo ha sido para tu gloria». Vivió tan desembarazado de sí, volcado incansablemente en remediar las turbias jornadas de los oprimidos, dedicando especial atención a las mujeres inmersas en la sordidez de los bajos fondos, tan ajeno a los riesgos que corría, y con tal afán por llegar a tiempo, que su salud se desplomó irremisiblemente cuando tenía 42 años.


Nació en Nápoles el 12 de septiembre de 1702. Su padre Angelo Sarnelli era un prestigioso jurista napolitano, sagaz para los negocios con los que obtuvo el título nobiliario de barón de Ciorani, localidad en la que Gennaro pasó algunas temporadas. Era el cuarto de ocho hermanos. En su adolescencia un hecho marcó el ritmo que iba a seguir su vida: la beatificación de Francisco de Regis ya que, impactado por ella, decidió hacerse jesuita. Dos circunstancias indujeron a su padre a negarle el permiso: su endeble organismo y la edad. Tenía 14 años y su padre juzgaba que debía centrarse en los estudios; después, podría reconsiderar su decisión. Aceptó su consejo y, siguiendo la tradición familiar, cursó leyes. Después de doctorarse en 1722, ejerció la abogacía durante unos años. Sin relegar al olvido la fe, meditaba y seguía yendo a misa en la que diariamente recibía la Eucaristía, de la que era devoto. Se integró en una congregación formada por abogados y médicos regida por los Píos Operarios, una de cuyas acciones apostólicas se desarrollaban en el hospital de Incurables. Otro ilustre jurista, que iba a ser una de las glorias de la Iglesia y fundador suyo, Alfonso María de Ligorio, había tenido la misma idea. Y en este centro se conocieron entablando una entrañable amistad que se iría consolidando a su tiempo con nuevos y profundos lazos. La llamada al sacerdocio se tornó apremiante para Gennaro. Tan perentoria llegó a sentirla, que en 1728 ingresó en el seminario. El arzobispo de Nápoles, cardenal Pignatelli, lo destinó a la parroquia de Sant’Anna di Palazzo. No hallaba el sosiego necesario para el estudio en su domicilio, y se trasladó al colegio de la Santa Familia (denominado también de los Chinos), donde permaneció hasta abril de 1729. Alfonso, residente del mismo, lo había dejado antes que él para instituir su fundación. En junio de ese año el beato ingresó en la sociedad de las Misiones Apostólicas, asociación de sacerdotes napolitanos que estaban bajo la autoridad del arzobispo; tenían como objetivo primordial atender las zonas marginales de la diócesis. Empleó gran parte de su tiempo en esta tarea misionera y solidaria. Visitaba a los que se hallaban ingresados en el hospital, a los ancianos del geriátrico de san Gennaro y a los marineros enfermos en el hospital del puerto. También impartía catequesis a los niños obligados a ganarse el sustento como obreros.


Alfonso había fundado su Orden en Scala el año 1732, el mismo en el que Gennaro se ordenó sacerdote. El cardenal Pignatelli puso al beato al frente de la formación religiosa en la parroquia de los santos Francisco y Mateo. El lugar en el que estaba ubicada era un auténtico lupanar donde muchas jóvenes eran vilmente explotadas en malsanos tugurios. Y se dedicó a luchar contra esta antigua lacra social. Cuando en 1733 las críticas se cebaron en el fundador de los redentoristas, Gennaro se unió a él y le ayudó en Ravello. Así inició su colaboración. La forma de apostolado que impulsaba Alfonso despertó su interés. Ambos unieron sus fuerzas catequizando a laicos y promoviendo acciones apostólicas realizadas al caer la tarde en las denominadas «capillas del atardecer». Poco después Gennaro se convirtió en redentorista, pero nunca dejó de ser miembro de las Misiones Apostólicas. Idealista, soñador, altamente creativo, llegó con un sinfín de proyectos y trabajó junto al fundador sin desfallecer, mostrando la urgencia apostólica que le animaba. Predicó misiones por la provincias de Calabria y de los Abruzzos.Vivía en un constante estado de oración, por eso pudo escribir por experiencia: «Dios está más cerca de nosotros que nosotros mismos». Seguía preocupado por el destino de las prostitutas y escribió Ragioni cattoliche pensando en el peligro que corrían numerosas jóvenes.


Extenuado por tanto esfuerzo, hubo un momento en que su salud decayó seriamente, y autorizado por Alfonso regresó a Nápoles a fin de restablecerse. Se trasladó a Scala. Luego volvió nuevamente a Nápoles donde siguió luchando para devolver la dignidad a las mujeres descarriadas al punto de suscitar la atención de las autoridades. Paralelamente escribía con exclusiva finalidad espiritual, evangelizadora. Su legado se compone de una treintena de obras dedicadas a la meditación, dirección espiritual, teología mística, derecho, pedagogía, moral y temas pastorales. Hasta su muerte solía viajar periódicamente desde Roma a Nápoles, donde seguía ejerciendo la labor catequética misionera, sin descuidar su apostolado en pro de la mujer; ello le impuso permanecer en la ciudad para atenderlas convenientemente. Lo denominaban «el misionero santo». La intensidad de su entrega consumió sus escasas fuerzas. En junio de 1744 se hallaba muy enfermo, y se alojó en la casa de su hermano Domenico, en Nápoles. Cuando Alfonso tuvo noticias de su gravedad, inmediatamente le envió dos redentoristas para que le asistieran. Y el 30 de junio de ese año entregó su alma a Dios. Humilde y desprendido hasta el final, había pedido al religioso que le acompañaba: «Hermano, prepare los vestidos más viejos para amortajarme, a fin de que no se pierdan los mejores conmigo».Juan Pablo II lo beatificó el 12 de mayo de 1996.



(30 de junio de 2013) © Innovative Media Inc.


10:43:00 a.m.


Papa Francisco


Papa Francisco



VATICANO, 29 Jun. 13 / 09:50 am (ACI/EWTN Noticias ).- Al presidir el rezo del Ángelus, ante los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco señaló que “es siempre y sólo el amor de Cristo el que genera la fe y el que impulsa hacia adelante a la Iglesia”.


El Santo Padre indicó que “hoy, 29 de junio, es la fiesta solemne de los Santos Pedro y Pablo. De modo especial es la fiesta de la Iglesia de Roma, fundada sobre el martirio de estos dos Apóstoles. Pero también es una gran fiesta para la Iglesia Universal, porque todo el Pueblo de Dios es deudor de ellos por el don de su fe”.


“Pedro fue el primero en confesar que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Pablo difundió este anuncio en el mundo greco-romano. Y la Providencia quiso que los dos llegaran aquí a Roma y que aquí derramaran su sangre por la fe”.


Francisco señaló que “por esta razón, la Iglesia de Roma se convirtió, inmediata y espontáneamente, en el punto de referencia para todas las Iglesias esparcidas en el mundo. ¡No por el poder del Imperio, sino por la fuerza del martirio, del testimonio dado a Cristo!”.


“Pensemos en Pedro. Cuando confesó su fe en Jesús, no lo hizo por sus capacidades humanas, sino porque había sido conquistado por la gracia que Jesús esparcía, por el amor que sentía en sus palabras y que veía en sus gestos: ¡Jesús era el amor de Dios en persona!”.


El Santo Padre dijo que “lo mismo sucedió a Pablo, si bien de modo diverso. Pablo de joven era enemigo de los cristianos, y cuando Cristo Resucitado lo llamó en el camino de Damasco su vida fue transformada: ¡Comprendió que Jesús no estaba muerto, sino vivo, y que lo amaba también a él, que era su enemigo!”.


“He aquí la experiencia de la misericordia, del perdón de Dios en Jesucristo: esta es la Buena Noticia, el Evangelio que Pedro y Pablo han experimentado en sí mismos y por el cual han dado su vida. Misericordia, perdón; el Señor siempre nos perdona, el Señor tiene misericordia, es misericordioso, tiene un corazón misericordioso y nos espera siempre”.


El Papa exclamó “¡qué alegría creer en un Dios que es todo amor, todo gracia! Esta es la fe que Pedro y Pablo han recibido de Cristo y han transmitido a la Iglesia”.


“Alabemos al Señor por estos dos gloriosos testigos, y como ellos, dejémonos conquistar por Cristo. Por la misericordia de Cristo”.


“Recordemos también que Simón Pedro tenía un hermano, Andrés, que compartió con él la experiencia de la fe en Jesús. Es más, Andrés encontró a Jesús antes que Simón, e inmediatamente le habló a su hermano y lo llevó a Jesús”.


El Papa señaló que “me agrada recordarlo también porque hoy, según la bella tradición, está presente en Roma la Delegación del Patriarcado de Constantinopla, que tiene como Patrono precisamente al Apóstol Andrés. Todos juntos enviamos nuestro saludo cordial al Patriarca Bartolomé I y rezamos por él y por esa Iglesia”.


“Oremos también por los Arzobispos Metropolitanos de diversas Iglesias en el mundo a los cuales acabo de entregarles el Palio, símbolo de comunión y unidad”.


“Que nos acompañe y nos sostenga a todos nuestra Madre amada, María Santísima”, concluyó.


Etiquetas: Vaticano, Ángelus, Papa Francisco



10:06:00 a.m.

Os pido que recéis por mí, Sólo el amor nos puede salvar y No os dejéis robar la esperanza


Roma, 29 de junio de 2013 (Zenit.org) Redacción | 6 hitos


“Os pido que recéis por mí”, “Sólo el amor nos puede salvar”, “No os dejéis robar la esperanza”. Estos son los títulos de los tres libros en español del papa Francisco, que fueron presentados el miércoles 26 de junio en Roma, en los salones de la Iglesia Nacional Española.


“Os pido que recéis por mí”, 112 páginas, recoge los primeros discursos e intervenciones del nuevo pontífice, desde el famoso saludo del “me fueron a buscar casi en el fin del mundo” tras el Habemus Papam del 13 de marzo en la plaza de San Pedro, al regina coeli del lunes de pascua.


El segundo libro presentado, “No os dejéis robar la esperanza”, 96 páginas, es una recopilación antológica de sus primeros discursos en las audiencias de los miércoles, los ángelus y regina coeli. Palabras del papa importantes sobre el Magisterio vivo de la Iglesia, con las que el santo padre habla al corazón de los fieles.


“Sólo el amor nos puede salvar”, 196 páginas, en cambio es una obra ideada por la Librería Editora Vaticana, con una edición en italiano y otra en francés, ayuda al lector a entender mejor la figura y pensamiento del papa Bergoglio.


Presentes en el acto dos cardenales españoles: el arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo y el prefecto de la Congregació para el Culto Divino, Antonio Cañizares, además del embajador de España ante la Santa Sede, Eduardo Gutierrez Sáenz de Buruaga. Presentes también los editores: el director de la Librería editora vaticana, Giuseppe Costa y la presidente de la Romana Editorial, Carmen Magallón Dueñas.


Carmen Magallón agradeció la buena acogida del público que ha recibido estos títulos, en particular “Sólo el amor nos puede salvar” que en la segunda semana se ha situado en los primeros puestos entre los más vendidos de España. “Gracias –dijo -- porque seguramente sea una muestra del deseo de la gente de conocer la figura del papa Francisco, popularismo que ha suscitado una respuesta arrolladora a su persona y a su mensaje, que ha conquistado al mundo con su sencilez, con palabras profundas y un mensaje revolucionario”.



(29 de junio de 2013) © Innovative Media Inc.


9:43:00 a.m.


Papa Francisco. Foto: News.va


Papa Francisco. Foto: News.va



VATICANO, 29 Jun. 13 / 09:15 am (ACI/EWTN Noticias ).- Al celebrarse hoy el “Día del Papa”, la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Papa Francisco destacó que el Obispo de Roma está llamado a confirmar en la fe, el amor y la unidad.


En la Misa presidida en la Basílica de San Pedro, el Santo Padre destacó la presencia de obispos de todo el mundo -entre ellos los 34 arzobispos que recibieron el palio arzobispal esta mañana- lo que le da “un tono de mayor alegría” y “es una gran riqueza que, en cierto modo, nos permite revivir el acontecimiento de Pentecostés: hoy, como entonces, la fe de la Iglesia habla en todas las lenguas y quiere unir a los pueblos en una sola familia”.


Francisco se refirió luego a “tres ideas sobre el ministerio petrino, guiadas por el verbo ‘confirmar’. ¿Qué está llamado a confirmar el Obispo de Roma?”.


Ante todo, dijo, el Obispo de Roma está llamado a “confirmar en la fe. El Evangelio habla de la confesión de Pedro: ‘Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo’, una confesión que no viene de él, sino del Padre celestial. Y, a raíz de esta confesión, Jesús le dice: ‘Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia’”.


“El papel, el servicio eclesial de Pedro tiene su fundamento en la confesión de fe en Jesús, el Hijo de Dios vivo, en virtud de una gracia donada de lo alto”.


El Santo Padre indicó que “en la segunda parte del Evangelio de hoy vemos el peligro de pensar de manera mundana. Cuando Jesús habla de su muerte y resurrección, del camino de Dios, que no se corresponde con el camino humano del poder, afloran en Pedro la carne y la sangre. ‘Se puso a increparlo: ¡Lejos de ti tal cosa, Señor!’. Y Jesús tiene palabras duras con él: ‘Aléjate de mí, Satanás. Eres para mí piedra de tropiezo’”.


“Cuando dejamos que prevalezcan nuestras Ideas, nuestros sentimientos, la lógica del poder humano, y no nos dejamos instruir y guiar por la fe, por Dios, nos convertimos en piedras de tropiezo. La fe en Cristo es la luz de nuestra vida de cristianos y de ministros de la Iglesia”.


A continuación, el Papa reflexionó sobre el llamado a “confirmar en el amor”, y recordó “las palabras conmovedoras de San Pablo: ‘He luchado el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe’”.


“¿De qué combate se trata? No el de las armas humanas, que por desgracia todavía ensangrientan el mundo; sino el combate del martirio. San Pablo sólo tiene un arma: el mensaje de Cristo y la entrega de toda su vida por Cristo y por los demás”.


El Santo Padre subrayó que “precisamente su exponerse en primera persona, su dejarse consumar por el evangelio, el hacerse todo para todos, sin reservas, lo que lo ha hecho creíble y ha edificado la Iglesia. El Obispo de Roma está llamado a vivir y a confirmar en este amor a Jesús y a todos sin distinción, límites o barreras”.


“Y no sólo el Obispo de Roma: todos ustedes, nuevos arzobispos y obispos, tienen la misma tarea: dejarse consumir por el Evangelio, hacerse todo a todos. La tarea de no ahorrar, de salir de sí al servicio del santo pueblo fiel de Dios”.


Francisco indicó luego que al hablar de “confirmar en la unidad” se refiere “al gesto que hemos realizado. El palio es símbolo de comunión con el Sucesor de Pedro, ‘principio y fundamento, perpetuo y visible, de la unidad de la fe y de la comunión’”.


“Vuestra presencia hoy, queridos hermanos, es el signo de que la comunión de la Iglesia no significa uniformidad. El Vaticano II, refiriéndose a la estructura jerárquica de la Iglesia, afirma que el Señor ‘con estos apóstoles formó una especie de Colegio o grupo estable, y eligiendo de entre ellos a Pedro lo puso al frente de él’”.


“Confirmar en la unidad: el Sínodo de los Obispos, en armonía con el primado”, indicó.


Francisco señaló que “debemos ir por este camino de la sinodalidad, crecer en armonía con el servicio del primado. Y prosigue el Concilio: ‘Este Colegio, en cuanto compuesto de muchos, expresa la diversidad y la unidad del Pueblo de Dios’. La variedad en la Iglesia, que es una gran riqueza, se funde siempre en la armonía de la unidad, como un gran mosaico en el que las teselas se juntan para formar el único gran diseño de Dios”.


“Esto debe impulsar a superar siempre cualquier conflicto que hiere el cuerpo de la Iglesia. Unidos en las diferencias: no hay otro camino católico para unirnos. Éste es el espíritu católico, el espíritu cristiano, unirse en las diferencias. Éste es el camino de Jesús”.


El palio, señaló el Papa, “siendo signo de la comunión con el Obispo de Roma, con la Iglesia universal, con el Sínodo de los Obispos, supone también para cada uno de ustedes el compromiso de ser instrumentos de comunión”.


“Confesar al Señor dejándose instruir por Dios; consumarse por amor de Cristo y de su evangelio; ser servidores de la unidad. Queridos hermanos en el episcopado, estas son las consignas que los santos apóstoles Pedro y Pablo confían a cada uno de nosotros, para que sean vividas por todo cristiano. Que la santa Madre de Dios nos guíe y acompañe siempre con su intercesión: Reina de los apóstoles, reza por nosotros. Amén”, concluyó.


Etiquetas: Vaticano, San Pedro y San Pablo, Papa Francisco, Homilías del Papa Francisco



7:05:00 a.m.

Por los 21 años de ordenación episcopal de Bergoglio una placa en la catedral. Este sábado inauguran estatua del actual pontífice


Buenos Aires, 29 de junio de 2013 (Zenit.org) Redacción | 25 hitos


La arquidiócesis de Buenos Aires está dedicando esta semana a la oración por la Iglesia en el mundo; las familias; las vocaciones y por el papa Francisco que ayer 27 de junio cumplió 21 años de su ordenación episcopal y que los ha cumplido como obispo de Roma.


Este jueves recordando la consagración episcopal de Bergoglio de las manos del entonces arzobispo de Buenos Aires, Mons. Antonio Quarracino, se colocó en el interior de la catedral una placa con referencias a la vida del actual pontífice


Este sábado 29, festividad de san Pedro y san Pablo, claramente se rezará especialmente por el papa, se colocará una placa recordatoria de su labor en Buenos Aires, y una estatuaen tamaño natural, realizada por el escultor Fernando Pugliese.


Y siempre este sábado, poco antes que el obispo auxiliar de Buenos Aires, Eduardo García, celebre la misa en la catedral, el papa Francisco en la basílica de San Pedro, le impondrá el palio al arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Poli.


Y el próximo domingo 7 de julio, según informó el diario La Nación, será la inauguración del museo “Cardenal Jorge Mario Bergoglio”. Estará dispuesto en unos espacios en el interior de la nave izquierda de la catedral y contendrá objetos litúrgicos usados cuando Bergoglio era arzobispo de dicha ciudad.


Así el museo se suma a otras iniciativas de turismo externo e interno, que congrega a cientos de personas que quieren conocer la casa de Bergoglio en el barrio de Flores donde vivió, con sus papás y cuatro hermanos, la plaza en la que jugaba al fútbol, la iglesia de San José de Flores, en donde sintió el llamado a su vocación sacerdotal, y hasta el kiosko de diarios o el peluquero que frecuentaba antes de ser elegido papa.



(29 de junio de 2013) © Innovative Media Inc.


5:49:00 a.m.
(RV).- (Con audio) A la hora del ángelus el Papa Francisco recordó que todo el Pueblo de Dios es deudor de la fe de los Apóstoles Pedro y Pablo, y en sus saludos animó al pueblo Centroafricano a caminar con fe y esperanza.



Texto completo de la alocución del Papa a la hora del ángelus:


¡Queridos hermanos y hermanas!



Hoy, 29 de junio, es la fiesta solemne de los Santos Pedro y Pablo. De modo especial es la fiesta de la Iglesia de Roma, fundada sobre el martirio de estos dos Apóstoles. Pero también es una gran fiesta para la Iglesia Universal, porque todo el Pueblo de Dios es deudor de ellos por el don de su fe. Pedro fue el primero en confesar que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Pablo difundió este anuncio en el mundo greco-romano. Y la Providencia quiso que los dos llegaran aquí a Roma y que aquí derramaran su sangre por la fe. Por esta razón la Iglesia de Roma se convirtió, inmediata y espontáneamente, en el punto de referencia para todas las Iglesias esparcidas en el mundo. ¡No por el poder del Imperio, sino por la fuerza del martirio, del testimonio dado a Cristo! En el fondo, es siempre y sólo el amor de Cristo el que genera la fe y el que impulsa hacia adelante a la Iglesia.



Pensemos en Pedro. Cuando confesó su fe en Jesús, no lo hizo por sus capacidades humanas, sino porque había sido conquistado por la gracia que Jesús esparcía, por el amor que sentía en sus palabras y que veía en sus gestos: ¡Jesús era el amor de Dios en persona!



Y lo mismo sucedió a Pablo, si bien de modo diverso. Pablo de joven era enemigo de los cristianos, y cuando Cristo Resucitado lo llamó en el camino de Damasco su vida fue transformada: ¡Comprendió que Jesús no estaba muerto, sino vivo, y que lo amaba también a él, que era su enemigo! He aquí la experiencia de la misericordia, del perdón de Dios en Jesucristo: esta es la Buena Noticia, el Evangelio que Pedro y Pablo han experimentado en sí mismos y por el cual han dado su vida.



Queridos hermanos, ¡qué alegría creer en un Dios que es todo amor, todo gracia! Esta es la fe que Pedro y Pablo han recibido de Cristo y han transmitido a la Iglesia. Alabemos al Señor por estos dos gloriosos testigos, y como ellos, dejémonos conquistar por Cristo.



Recordemos también que Simón Pedro tenía un hermano, Andrés, que compartió con él la experiencia de la fe en Jesús. Es más, Andrés encontró a Jesús antes que Simón, e inmediatamente le habló a su hermano y lo llevó a Jesús. Me agrada recordarlo también porque hoy, según la bella tradición, está presente en Roma la Delegación del Patriarcado de Constantinopla, que tiene como Patrono precisamente al Apóstol Andrés. Todos juntos enviamos nuestro saludo cordial al Patriarca Bartolomé I y rezamos por él y por esa Iglesia.

Oremos también por los Arzobispos Metropolitanos de diversas Iglesias en el mundo a los cuales acabo de entregarles el Palio, símbolo de comunión.



Que nos acompañe y nos sostenga a todos nuestra Madre amada, María Santísima.




Después de rezar el ángelus el Papa dijo:



Queridos hermanos y hermanas, con alegría saludo a los peregrinos que han venido de diversos países para festejar a los Arzobispos Metropolitanos. Rezo por todas sus comunidades; en particular animo al pueblo centroafricano, duramente probado, a caminar con fe y esperanza.



Saludo a todos con afecto: a las familias, a los fieles de tantas parroquias y asociaciones; y, en particular a los de la diócesis de Iglesias, de la ciudad de Aragona y de Casale Popolo.



¡Feliz fiesta a todos!


(María Fernanda Bernasconi – RV).

June 29, 2013 at 06:46AM

4:20:00 a.m.
(RV).- Presidiendo la celebración de la solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, patronos principales de la Iglesia de Roma: «una fiesta que adquiere un tono de mayor alegría por la presencia de obispos de todo el mundo», «una gran riqueza que, en cierto modo, nos permite revivir el acontecimiento de Pentecostés: hoy, como entonces, la fe de la Iglesia habla en todas las lenguas y quiere unir a los pueblos en una sola familia» el Santo Padre destaca «tres ideas sobre el ministerio petrino, guiadas por el verbo «confirmar». ¿Qué está llamado a confirmar el Obispo de Roma? .... Ante todo, confirmar en la fe; confirmar en el amor y confirmar en la unidad».



Esta solemne celebración en la Basílica de San Pedro, dio comienzo como es tradicional con la imposición del palio arzobispal a los nuevos Arzobispos Metropolitanos, que cumplió el Obispo de Roma Francisco y cuenta con la presencia la delegación del Patriarcado de Constantinopla, guiada por el Metropolita Ioannis, enviada por el Patriarca ecuménico Bartolomé I.



(CdM – RV)



Texto completo de la Homilía del Santo Padre Francisco



Solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo

(29 de junio de 2013)



Señores cardenales,

venerados hermanos en el episcopado y el sacerdocio,

queridos hermanos y hermanas



Celebramos la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, patronos principales de la Iglesia de Roma: una fiesta que adquiere un tono de mayor alegría por la presencia de obispos de todo el mundo. Es una gran riqueza que, en cierto modo, nos permite revivir el acontecimiento de Pentecostés: hoy, como entonces, la fe de la Iglesia habla en todas las lenguas y quiere unir a los pueblos en una sola familia.

Saludo cordialmente y con gratitud a la delegación del Patriarcado de Constantinopla, guiada por el Metropolita Ioannis. Agradezco al Patriarca ecuménico Bartolomé I por este Nuevo gesto de fraternidad. Saludo a los señores embajadores y a las autoridades civiles. Un gracias especial al Thomanerchor, el coro de la Thomaskirche, de Lipsia, la iglesia de Bach, que anima la liturgia y que constituye una ulterior presencia ecuménica.

Tres ideas sobre el ministerio petrino, guiadas por el verbo «confirmar». ¿Qué está llamado a confirmar el Obispo de Roma?

1. Ante todo, confirmar en la fe. El Evangelio habla de la confesión de Pedro: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo» (Mt, 16,16), una confesión que no viene de él, sino del Padre celestial. Y, a raíz de esta confesión, Jesús le dice: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (v. 18). El papel, el servicio eclesial de Pedro tiene su en la confesión de fe en Jesús, el Hijo de Dios vivo, en virtud de una gracia donada de lo alto. En la segunda parte del Evangelio de hoy vemos el peligro de pensar de manera mundana. Cuando Jesús habla de su muerte y resurrección, del camino de Dios, que no se corresponde con el camino humano del poder, afloran en Pedro la carne y la sangre: «Se puso a increparlo: “¡Lejos de ti tal cosa, Señor!”» (16,22). Y Jesús tiene palabras duras con él: «Aléjate de mí, Satanás. Eres para mí piedra de tropiezo» (v. 23). Cuando dejamos que prevalezcan nuestras Ideas, nuestros sentimientos, la lógica del poder humano, y no nos dejamos instruir y guiar por la fe, por Dios, nos convertimos en piedras de tropiezo. La fe en Cristo es la luz de nuestra vida de cristianos y de ministros de la Iglesia.

2. Confirmar en el amor. En la Segunda Lectura hemos escuchado las palabras conmovedoras de san Pablo: «He luchado el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe» (2 Tm 4,7). ¿De qué combate se trata? No el de las armas humanas, que por desgracia todavía ensangrientan el mundo; sino el combate del martirio. San Pablo sólo tiene un arma: el mensaje de Cristo y la entrega de toda su vida por Cristo y por los demás. Y es precisamente su exponerse en primera persona, su dejarse consumar por el evangelio, el hacerse todo para todos, sin reservas, lo que lo ha hecho creíble y ha edificado la Iglesia. El Obispo de Roma está llamado a vivir y a confirmar en este amor a Jesús y a todos sin distinción, límites o barreras.

3. Confirmar en la unidad. Aquí me refiero al gesto que hemos realizado. El palio es símbolo de comunión con el Sucesor de Pedro, «principio y fundamento, perpetuo y visible, de la unidad de la fe y de la comunión» (Lumen gentium, 18). Y vuestra presencia hoy, queridos hermanos, es el signo de que la comunión de la Iglesia no significa uniformidad. El Vaticano II, refiriéndose a la estructura jerárquica de la Iglesia, afirma que el Señor «con estos apóstoles formó una especie de Colegio o grupo estable, y eligiendo de entre ellos a Pedro lo puso al frente de él» (ibíd. 19). Y prosigue: «Este Colegio, en cuanto compuesto de muchos, expresa la diversidad y la unidad del Pueblo de Dios» (ibíd. 22). La variedad en la Iglesia, que es una gran riqueza, se funde siempre en la armonía de la unidad, como un gran mosaico en el que las teselas se juntan para formar el único gran diseño de Dios. Y esto debe impulsar a superar siempre cualquier conflicto que hiere el cuerpo de la Iglesia. Unidos en las diferencias: éste es el camino de Jesús. El palio, siendo signo de la comunión con el Obispo de Roma, con la Iglesia universal, supone también para cada uno de vosotros el compromiso de ser instrumentos de comunión.

Confesar al Señor dejándose instruir por Dios; consumarse por amor de Cristo y de su evangelio; ser servidores de la unidad. Queridos hermanos en el episcopado, estas son las consignas que los santos apóstoles Pedro y Pablo confían a cada uno de nosotros, para que sean vividas por todo cristiano. Que la santa Madre de Dios nos guíe y acompañe siempre con su intercesión: Reina de los apóstoles, reza por nosotros. Amén.




June 29, 2013 at 05:23AM

2:06:00 a.m.

«Columnas de la Iglesia. Heraldos de la Nueva Evangelización»


Madrid, 29 de junio de 2013 (Zenit.org) Isabel Orellana Vilches | 0 hitos


No hay figuras más destacadas que estos apóstoles para ilustrar la fecha de hoy en un santoral. Los Santos Padres los han considerado dos columnas sobre las que descansa la Iglesia. Continúan interpelando al hombre de hoy, alumbrando a quien se propone unirse con la Santísima Trinidad.


Un océano de amor vería el Maestro en los ojos del humilde pescador de Betsaida para erigir sobre él la Iglesia. Tras la rudeza de sus manos y rostro curtidos en el mar apreciaría un tierno corazón refulgiendo en su mirada. Impetuoso, impulsivo, imprevisible e incluso contestatario cuando atendía a la escueta razón, y se le paralizaba el pulso al sospechar la pérdida de su Maestro por ignorar todavía el trasfondo mesiánico albergado en sus palabras, el apóstol era una piedra preciosa a la espera de ser tallada, un hombre de raza, pura pasión… Se ha tendido a subrayar la debilidad que Pedro mostró tras el prendimiento de Cristo, relegando a un segundo plano la globalidad de sus edificantes gestos que sostuvieron la Iglesia hasta derramar su sangre. Fue pronto en el seguimiento; se anticipó a la petición de lo que se considera legítimo, como es la familia. En ello se asemejaba al resto de los apóstoles, ciertamente, pero Cristo se fijó en él de forma especial. Al conocerle, le saludó por su nombre: «Tú eres Simón…» y le dio otro apelativo, el de Cefas. Todo un símbolo, una señal; le proporcionó nueva identidad y ésta incluía el cambio sustantivo para su vida. El llamamiento personal continúa teniendo este signo para nosotros; exige una transformación, como devela el Evangelio que le sucedió a Pedro. Él se aventuró a responder al Maestro en nombre de los apóstoles desde lo más hondo del corazón, de forma inspirada, rotunda. Había resonado en su interior la voz divina y lo reconoció como Mesías: una auténtica y explícita profesión de fe. Es obvio que no podemos confesar a Dios si no lo entrañamos. Por ese acto, Cristo lo denominó «bienaventurado», edificando sobre él su Iglesia al instante. Es verdad que vaciló y se dejó llevar por sus temores desoyendo la advertencia del Maestro, sin tomar conciencia de la fatalidad en la que incurriría; por eso no puso coto a tiempo a su flaqueza, sucumbió y lo negó. Pero de la radicalidad de su posterior respuesta, que vino envuelta en amargas lágrimas, se extraen incontables lecciones, teniendo como trasfondo la misericordia y el perdón divino. Toda debilidad, sea del orden que sea, es susceptible de modificación, porque contamos con la gracia para renacer día tras día. Pedro protagonizó uno de los instantes más tiernos del Evangelio, cuando Cristo le preguntó tres veces si le amaba. Con ese consuelo en su corazón aglutinó a los apóstoles, anunció la Palabra, sufrió cárcel, conmovió a las gentes sorprendidas de que un galileo hablase con tanta fuerza, afrontó las dificultades surgidas en las comunidades, hizo milagros…; en suma, amó hasta la saciedad. Estaba al frente de todos, junto a María, cuando recibieron el Espíritu Santo. Apresado durante la persecución de Nerón el año 64, a punto de ser ajusticiado en la cruz, sintiéndose indigno de morir como Cristo, pidió que le crucificaran boca abajo.


A su vez, Pablo, el más grande misionero que ha existido sobre la faz de la tierra, es un ejemplo vivo de lo que significa el compromiso personal en el seguimiento de Cristo testificando la Palabra con independencia del humano sentir, del «temor» y del «temblor» que se pueda experimentar. No fue miembro de la primera comunidad, pero su admirable impronta apostólica nada tiene que envidiar a la de los Doce. Judío, originario de Tarso, nació entre los años 5-10 d.C. Formado bajo la tutela del prestigioso Gamaliel en Jerusalén, al conocer la existencia de los seguidores de Cristo, considerados como una secta, se propuso luchar contra ella descargando toda su fuerza. Si su trayectoria anterior a la conversión fue la de un celoso defensor del ideal en el que creía, ese que le indujo a actuar fieramente, después de haber quedado cegado por la luz del Altísimo camino de Damasco, no le faltaron arrestos para anunciar el Evangelio; en su pecho albergaba un volcán de pasión. Este infatigable apóstol de los gentiles, precursor de la Nueva Evangelización, nos enseña a difundir la Palabra a los alejados de la fe y no solo a los creyentes; hacerlo a tiempo y a destiempo en los paraninfos universitarios o en los suburbios, en ámbitos donde mora la increencia y en los que ya anida la fe. Nos insta a enriquecer los nuevos areópagos que las presentes circunstancias ofrecen. Él hubiera aprovechado convenientemente los actuales mass media: prensa, radio, televisión, Internet, redes sociales… Estos recursos puestos al alcance de un apóstol de su talla habrían dado la vuelta al mundo impregnados del amor de Dios. Dio testimonio de su arrebatadora entrega a Cristo sin ocultar cuántas penalidades atravesó por Él: cárceles, azotes, naufragios, peligros constantes, hambre, sed, frío, falta de abrigo y de descanso, agresiones a manos de salteadores, etc. A todo ello hemos de estar dispuestos si de verdad queremos seguir a Cristo. Pablo pudo ponerse como ejemplo, con tanta modestia y libertad en el amor, porque ya no vivía en sí mismo; era Cristo quien estaba en él, de quien provenía su fuerza y su gloria; Él le confortaba. Viajó incansablemente, venció la resistencia de ciudades dominadas por la idolatría y de los que quisieron doblegarle, superó reticencias de sus propios hermanos, y convirtió a indecibles con su vida, palabra, milagros y prodigios. Ansiaba tanto llegar a la meta, que luchaba para que después de haberla predicado, no fueran otros los que la conquistaran quedándose rezagado en el camino. Libró perfectamente su combate, corrió hasta el fin, firme en la fe. Todo lo consideró basura con tal de ganar a Cristo, gastándose y desgastándose por Él. Constituye un ejemplo incuestionable para nuestra vida. Coronó la suya entregándola bajo el golpe de espada que le asestaron en la Vía del Mar hacia el año 67.



(29 de junio de 2013) © Innovative Media Inc.


3:43:00 p.m.


Mons. Carlos María Franzini, Arzobispo de Mendoza (foto ACI Prensa)


Mons. Carlos María Franzini, Arzobispo de Mendoza (foto ACI Prensa)



VATICANO, 28 Jun. 13 / 03:22 pm (ACI/EWTN Noticias ).- Los 34 arzobispos que reciben el Palio este 29 de junio han llegado a Roma. Mons. Carlos María Franzini es uno de ellos, fue nombrado Arzobispo de Mendoza (Argentina), por el Papa Benedicto XVI el 9 de febrero de 2013 y, aunque sabía que un nuevo sucesor de Pedro debería imponerle el Palio de su nueva diócesis, nunca imaginó que lo recibiría de manos de un viejo amigo y compañero: el Papa Francisco.


"Cuando el que te pone el Palio es alguien que en la fe, te reconoce como Obispo y hermano en el Episcopado, es lindo y conmovedor, pero tiene un sabor distinto cuando el que te pone el Palio sabe bien quien eres, conoce tu nombre, tu historia, ha compartido contigo reflexiones, preocupaciones, momentos gratos y momentos difíciles, eso tiene un peso muy singular", explicó Mons. Franzini a ACI Prensa en una entrevista concedida el 27 de junio en Roma.


El Palio es la banda de lana blanca que impone el Papa sobre los Obispos para destacar su calidad de legítimo sucesor de los Apóstoles y de jefe de la Diócesis de la cual es Pastor. Su entrega, otorga una gran responsabilidad y compromiso al pastor respecto de su rebaño.


"Admiro profundamente al Papa Benedicto, pero seguramente habría sido diversa la disposición interior al recibir el Palio, obviamente no sabía quién soy-, en cambio, en este caso, quien me lo pone sabe perfectamente de qué se trata y de quién se trata", añadió.


Ésta es la primera vez de la historia en la que un argentino imponga el Palio a otro argentino, sin embargo, Mons. Franzini le quita hierro al asunto: "Yo diría que los más significativo de este acontecimiento cuando el Papa me imponga el Palio, va más allá de la persona concreta del Cardenal Jorge Mario Bergoglio, e incluso del Arzobispo Carlos María Franzini. Es un sucesor de Pedro que a otro sucesor de los apóstoles le entrega este signo de su responsabilidad pastoral".


Mons. Franzini y el Papa Francisco se conocen desde el año 1992, cuando el sacerdote Jorge María Bergoglio, fue nombrado Obispo Auxiliar de Buenos Aires. En aquél entonces, Mons. Franzini era subsecretario de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).


A lo largo de los años, ambos prelados mantuvieron una relación muy estrecha, y trabajaron juntos de manera regular tanto en las asambleas plenarias como en las reuniones de comisión permanente de la CEA, desde que el Cardenal Bergoglio fue nombrado presidente en el año 2005.


El Prelado recuerda la conversación que tuvo con el Cardenal Bergoglio, pocos días antes de partir para Roma para participar en el Cónclave convertirse en el Papa Francisco. "Tuvimos una conversación muy normal, como si él fuera a estar en pocos días de vuelta. Pero los caminos del Señor disponen las cosas de otra forma", explicó con una sonrisa.


"Recuerdo que me hizo una referencia, esa frase que hoy a muchos les impresiona, ese ‘reza por mí’", añadió.


El Prelado contó a ACI Prensa con emoción el momento en el que vio aparecer al Cardenal Bergoglio por el balcón principal del Vaticano. "Estaba viendo por televisión con el Obispo Auxiliar mío, y los dos nos miramos así, y pensamos ¡no puede ser real! Claro, la experiencia de ver aparecer por ese lugar a alguien que conoces tan de cerca vestido de blanco, con la expectativa que se genera en torno a ese momento, realmente fue una conmoción muy grande".


"Ahora, lo que el pueblo de Dios ve en el modo de obrar de Francisco como Papa de la Iglesia Universal "es lo que él hacía ordinariamente como Obispo de la diócesis de Buenos Aires. Era un hombre muy cercano, muy afable, muy sencillo", concluyó.


Mons. Franzini llegó a Roma el pasado miércoles, y se prepara con la oración para la ceremonia del Palio. Además, concelebrará Misa con el Papa Francisco en la Capilla del Domus Santa Marta el próximo 30 de junio. El martes 31 estará de vuelta a Mendoza.


Etiquetas: Argentina, Arzobispo, Papa Francisco



12:28:00 p.m.

El Papa Francisco recibe a delegación del patriarcado ortodoxo de Constantinopla


VATICANO, 28 Jun. 13 / 11:50 am (ACI/EWTN Noticias ).- Al recibir esta mañana en el Vaticano a la delegación del Patriarcado ecuménico ortodoxo de Constantinopla, que llegaron con ocasión de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Papa Francisco les indicó que “la presencia de ustedes es la señal del estrecho lazo que une en la fe, en la esperanza y en la caridad, a la Iglesia de Constantinopla con la Iglesia de Roma”.


La costumbre del intercambio de visitas con motivo de las respectivas fiestas patronales se remonta a 1969.


En esta ocasión, el Santo Padre remarcó que “el encuentro fraterno es parte esencial del camino hacia la unidad”.


La búsqueda de la unidad entre los cristianos es “una urgencia a la cual, hoy más que nunca, no podemos sustraernos. ¡En nuestro mundo hambriento de verdad y de amor, de paz, esperanza y unidad, es clave para nuestro mismo testimonio, poder finalmente proclamar con una sola voz la alegre noticia del Evangelio y celebrar juntos los Divinos Misterios de la nueva vida en Cristo!”.


“Sabemos que la unidad es, en primer lugar, un don de Dios por el que hay que rezar sin descanso, pero a todos nosotros nos corresponde la tarea de preparar las condiciones y de cultivar el terreno del corazón para acoger esta gracia extraordinaria”.


El Papa también elogió el aporte fundamental en la búsqueda de la plena comunión de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico que presiden el Metropolitano Joannis y el cardenal Kurt Koch. Ese órgano ha elaborado diversos textos en común y ahora estudia la relación teológica y eclesiológica entre primado y sinodalidad en la vida de la Iglesia.


Al respecto, Francisco remarcó la relevancia de que hoy “se pueda reflexionar juntos en la verdad y en la caridad sobre estas temáticas comenzando por lo que nos une sin esconder, sin embargo, lo que todavía nos separa”.


“No se trata de un mero ejercicio teórico, sino de conocer a fondo las tradiciones recíprocas para comprenderlas y, a veces, para aprender de ellas. Me refiero, por ejemplo, a la reflexión de la Iglesia Católica acerca del sentido de la colegialidad episcopal y a la tradición de la sinodalidad, tan característica de las Iglesias ortodoxas”.


El Santo Padre expresó que “me conforta saber que católicos y ortodoxos comparten la misma concepción de diálogo que no busca un minimalismo teológico sobre el que llegar a un compromiso, sino que se basa más bien, en la profundización de la única verdad que Cristo dio a su Iglesia y que no cesamos nunca de comprender mejor movidos por el Espíritu Santo”.


“Por eso no tenemos que tener miedo del encuentro y del diálogo verdadero. No nos aleja de la verdad; al contrario, a través de un intercambio de dones, nos conduce, bajo la guía del Espíritu de la verdad a toda la verdad”.


Al despedirse de la delegación ecuménica, que participará el 29 de junio en la Misa por la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Papa invocó la intercesión de ambos santos, patronos de la Iglesia de Roma, así como del Apóstol Andrés, patrono de la Iglesia de Constantinopla, “por nuestros fieles y por las necesidades del mundo entero, sobre todo de los pobres, de los que sufren y de los que son perseguidos injustamente por razón de su fe”.


Etiquetas: Vaticano, Ecumenismo, ortodoxos, Papa Francisco



11:58:00 a.m.

Vaticano ofrece plena colaboración tras detención de sacerdote por supuesto fraude


VATICANO, 28 Jun. 13 / 11:05 am (ACI/EWTN Noticias ).- Ante las noticias de la detención de Nunzio Scarano, un sacerdote contador de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), acusado del presunto delito de lavado de activos, esta mañana el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi, señaló que si bien no se le ha requerido, el Vaticano está disponible para una “colaboración plena”.


Diversos medios han confundido como Obispo a Nunzio Scarano, debido al título honorífico que tenía de “Monseñor”.


El P. Lombardi reveló que “Mons. Nunzio Scarano había sido suspendido de su servicio en el APSA desde hace más de un mes, apenas los Superiores habían sido informados de que había una investigación a su cargo, siguiendo la aplicación del Reglamento de la Curia Romana, que impone la suspensión cautelar para las personas sobre las cuales se ha puesto en marcha una acción penal”.


“La Santa Sede no ha recibido aún ninguna solicitud sobre la cuestión, de parte de las autoridades italianas competentes, pero confirma su disponibilidad para una colaboración plena”, señaló.


El P. Lombardi aseguró que el organismo vaticano competente, la Autoridad de Información Financiera (AIF), “sigue el problema para, en caso necesario, tomar las medidas apropiadas de su competencia”.


Etiquetas: Vaticano, IOR, Banco del Vaticano



11:28:00 a.m.


Papa Francisco. Foto: News.va


Papa Francisco. Foto: News.va



VATICANO, 28 Jun. 13 / 10:20 am (ACI/EWTN Noticias ).- Al celebrar hoy la Misa en la Capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco subrayó la importancia de ser pacientes al esperar a Dios, pues “el Señor escoge siempre su modo de entrar en nuestra vida”.


El Santo Padre señaló que muchas veces el Señor entra en nuestra vida “tan lentamente, que caemos un poco en el riesgo de perder la paciencia: ‘Pero Señor, ¿cuándo?’ Y rezamos, rezamos… Y no llega su intervención en nuestra vida”.


“Otras veces, cuando pensamos en aquello que el Señor nos ha prometido, que es tan grande, somos un poco incrédulos, un poco escépticos y como Abraham, un poco a escondidas, reímos… La Primera Lectura dice que Abraham agachándose, se puso a reír”.


El Papa señaló que Abraham tenía “un poco de escepticismo, ‘¿Acaso le va a nacer un hijo a un hombre de cien años? ¿Y puede Sara, a sus noventa años, dar a luz?’”.


“Cuando el Señor viene, no siempre lo hace de la misma forma. No existe un protocolo de acción de Dios en nuestra vida”, pero lo hace siempre.

Francisco subrayó que “siempre existe este encuentro entre nosotros y el Señor”.


Muchas veces, cuando el Señor no viene, “no hace el milagro y no hace aquello que queremos que Él haga, nos volvemos impacientes o escépticos”.


“Pero no lo hace, a los escépticos no puede hacerlo. El Señor toma su tiempo. Pero también Él, en esta relación con nosotros, tiene tanta paciencia. No sólo nosotros debemos tener paciencia: ¡Él la tiene! ¡Él nos espera! Y nos espera ¡hasta el final de la vida!”.


El Papa indicó el ejemplo del buen ladrón, quien “precisamente al final, reconoció a Dios. El Señor camina con nosotros, pero tantas veces no se deja ver, como en el caso de los discípulos de Emaús”.


“El Señor está comprometido en nuestra vida, ¡esto es seguro!, pero tantas veces no lo vemos. Esto nos pide paciencia. Pero el Señor que camina con nosotros, Él también tiene tanta paciencia con nosotros”.


Algunas veces en la vida, dijo el Papa, “las cosas se vuelven tan oscuras, hay tanta oscuridad, que tenemos ganas, si estamos en dificultad, de bajar de la Cruz”.


Este, indicó, “es el momento preciso: la noche es más oscura, cuando la aurora está cerca. Y siempre cuando nos bajamos de la Cruz, lo hacemos cinco minutos antes que llegue la liberación, en el momento de la impaciencia más grande”.


“Jesús, sobre la Cruz, escuchaba que lo desafiaban: ‘¡Baja!, ¡Baja! ¡Ven!’. Paciencia hasta el final, porque Él tiene paciencia con nosotros. Él entra siempre, Él está comprometido con nosotros, pero lo hace a su manera y cuando Él piensa que es mejor”.


El Señor, señaló el Santo Padre, “sólo nos dice aquello que dijo a Abraham: ‘Camina en mi presencia y sé perfecto’, sé irreprensible, es la palabra justa. Camina en mi presencia y trata de ser irreprensible”.


“Éste es el camino con el Señor y Él interviene, pero debemos esperar, esperar el momento, caminando siempre en su presencia y tratando de ser irreprensibles. Pidamos esta gracia al Señor: caminar siempre en su presencia, tratando de ser irreprensibles”, concluyó.


Etiquetas: Vaticano, Papa Francisco, Misa Santa Marta



10:50:00 a.m.

Columna del padre Antonio Rivero LC


Brasilia, 28 de junio de 2013 (Zenit.org) Antonio Rivero | 0 hitos


PREDICACIÓN DE EJERCICIOS ESPIRITUALES IGNACIANOS (6)


Continuemos explicando la predicación de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Hasta ahora vimos lo que son y su finalidad, el modo de hacerlos y la duración, y cómo vivirlos (1). Repasamos también los temas que deben darse en la primera, en la segunda, en la tercera y en la cuarta semana (2, 3, 4 y 5). Hoy veremos las reglas de discernimiento que pone san Ignacio de Loyola en sus ejercicios, y que el director de los mismos tiene que explicar durante esos días. Las pondré tal cual las escribió san Ignacio.


REGLAS DE DISCERNIMIENTO PARA LA PRIMERA SEMANA


[313] REGLAS PARA EN ALGUNA MANERA SENTIR Y CONOCER LAS VARIAS MOCIONES QUE EN LA ANIMA SE CAUSAN: LAS BUENAS PARA RECIBIR Y LAS MALAS PARA LANZAR, Y SON MAS PROPIAS PARA LA PRIMERA SEMANA.


[314] La primera regla. En las personas que van de pecado mortal en pecado mortal, acostumbra comúnmente el enemigo proponerles placeres aparentes, haciendo imaginar delectaciones y placeres sensuales, por más los conservar y aumentar en sus vicios y pecados; en las cuales personas el buen espíritu usa contrario modo, punzándoles y remordiéndoles las conciencias por el sindérese de la razón.


[315] La segunda. En las persona que van intensamente purgando sus pecados, y en el servicio de Dios nuestro Seńor de bien en mejor subiendo, es el contrario modo que en la primera regla; porque entonces propio es del mal espíritu morder, tristar y poner impedimentos, inquietando con falsas razones para que no pase adelante; y propio del bueno dar ánimo y fuerzas, consolaciones, lágrimas, inspiraciones y quietud, facilitando y quitando todos impedimentos, para que en el bien obrar proceda adelante.


[316] La tercera, de consolación espiritual. Llamo consolación cuando en el ánima se causa alguna moción interior, con la cual viene la ánima a inflamarse en amor de su Criador y Seńor; y consequentar, cuando ninguna cosa criada sobre la haz de la tierra puede amar en sí, sino en el Criador de todas ellas. Asimismo, cuando lanza lágrimas motivas a amor de su Seńor, ahora sea por el dolor de sus pecados, o de la pasión de Cristo nuestro Seńor, o de otras cosas derechamente ordenadas en su servicio y alabanza. Finalmente, llamo consolación todo aumento de esperanza, fe y caridad, y toda leticia interna que llama y atrae a las cosas celestiales y a la propia salud de su ánima, quietándola y pacificándola en su Criador y Seńor.


[317] La cuarta, de desolación espiritual. Llamo desolación todo el contrario de la tercera regla, así como oscuridad del ánima, turbación en ella, moción a las cosas bajas y terrenas, inquietud de varias agitaciones y tentaciones, moviendo a infidencia, sin esperanza, sin amor, hallándose toda perezosa, tibia, triste y como separada de su Criador y Seńor. Porque, así como la consolación es contraria a la desolación, de la misma manera los pensamientos que salen de la consolación son contrarios a los pensamientos que salen de la desolación.


[318] La quinta. En tiempo de desolación nunca hacer mudanza, mas estar firme y constante en los propósitos y determinación en que estaba el día antecedente a la tal desolación, o en la determinación en que estaba en la antecedente consolación. Porque, así como en la consolación nos guía y aconseja más el buen espíritu, así en la desolación el malo, con cuyos consejos no podemos tomar camino para acertar.


[319] La sexta. Dado que en la desolación no debemos mudar los primeros propósitos, mucho aprovecha el intenso mudarse contra la misma desolación, así como es en instar más en la oración, meditación, en mucho examinar y en alargarnos en algún modo conveniente de hacer penitencia.


[320] La séptima. El que está en desolación considere cómo el Seńor le ha dejado en prueba, en sus potencias naturales, para que resista a las varias agitaciones y tentaciones del enemigo; pues puede con el auxilio divino, el cual siempre le queda, aunque claramente no lo sienta: porque el Seńor le ha abstraído su mucho hervor, crecido amor y gracia intensa, quedándole tambien gracia suficiente para la salud eterna.


[321] La octava. El que está en desolación trabaje de estar en paciencia, que es contraria a las vejaciones que le vienen, y piense que será presto consolado, poniendo las diligencias contra la tal desolación, como está dicho en la sexta regia.


[322] La nona. Tres causas principales son porque nos hallamos desolados: la primera es por ser tibios, perezosos o negligentes en nuestros ejercicios espirituales, y así por nuestras faltas se aleja la consolación espiritual de nosotros; la segunda, por probarnos para cuánto somos, y en cuánto nos alargamos en su servicio y alabanza, sin tanto estipendio de consolaciones y crecidas gracias, la tercera, por darnos vera noticia y conocimiento para que internamente sintamos que no es de nosotros traer o tener devoción crecida, amor intenso, lágrimas ni otra alguna consolación espiritual, mas que todo es don y gracia de Dios nuestro Seńor; y porque en casa ajena no pongamos nido, alzando nuestro entendimiento en alguna soberbia o gloria vana, atribuyendo a nosotros la devoción o las otras partes de la espiritual consolación.


[323] La décima. El que está en consolación piense cómo se habrá en la desolación que después vendrá, tomando nuevas fuerzas para entonces.


[324] La undécima. El que está consolado procure humillarse y bajarse cuanto puede, pensando cuán para poco es en el tiempo de la desolación sin la tal gracia o consolación. Por el contrario, piense el que está en desolación que puede mucho con la gracia suficiente para resistir a todos sus enemigos, tomando fuerzas en su Criador y Seńor.


[325] La duodécima. El enemigo se hace como mujer en ser flaco por fuerza y fuerte de grado. Porque, así como es propio de la mujer, cuando rińe con algún varón, perder ánimo, dando huida cuando el hombre le muestra mucho rostro; y por el contrario, si el varón comienza a huir perdiendo ánimo, la ira, venganza y ferocidad de la mujer es muy crecida y tan sin mesura: de la misma manera es propio del enemigo enflaquecerse y perder ánimo, dando huida sus tentaciones cuando la persona que se ejercita en las cosas espirituales pone mucho rostro contra las tentaciones del enemigo, haciendo el opósito per diametrum; y por el contrario, si la persona que se ejercita comienza a tener temor y perder ánimo en sufrir las tentaciones, no hay bestia tan fiera sobre la haz de la tierra como el enemigo de natura humana en prosecución de su dańada intención con tan crecida malicia.


[326]La terdécima. Asimismo se hace como vano enamorado en querer ser secreto y no descubierto. Porque, así como el hombre vano, que, hablando a mala parte, requiere a una hija de un buen padre o a una mujer de buen marido, quiere que sus palabras y sus acciones sean secretas; y el contrario le displace mucho, cuando la hija al padre o la mujer al marido descubre sus vanas palabras y intención depravada, porque fácilmente colige que no podrá salir con la impresa comenzada: de la misma manera, cuando el enemigo de natura humana trae sus astucias y suasiones a la ánima justa, quiere y desea que sean recibidas y tenidas en secreto; mas cuando las descubre a su buen confesor, o a otra persona espiritual que conozca sus engańos y malicias, mucho le pesa; porque colige que no podrá salir con su malicia comenzada, en ser descubiertos sus engańos manifiestos.


[327] La cuatuordécima. Asimismo se ha como un caudillo, para vencer y robar lo que desea; porque así como un capitán y caudillo del campo, asentando su real y mirando las fuerzas o disposición de un castillo, le combate por la parte más flaca, de la misma manera el enemigo de natura humana, rodeando, mira en torno todas nuestras virtudes teologales, cardinales y morales, y por donde nos halla más flacos y más necesitados para nuestra salud eterna, por allí nos bate y procura tomarnos.


Continuaremos con las reglas de discernimiento para la segunda semana.


El anterior artículo de esta serie, y las referencias de los precedentes, están en:


http://www.zenit.org/es/articles/como-mejorar-nuestra-predicacion-sagrada--15



(28 de junio de 2013) © Innovative Media Inc.


Agencia Catolica

Forma de Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets