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5:49:00 a.m.

“Juventud asiática en fiesta: Vivir el Evangelio en un Asia multicultural”: es éste el tema en torno al cual comienza hoy, el 30 de julio, en Yogyakarta la VII Jornada de la Juventud Asiática (AYD 2017), evento que reúne a más de 3.000 jóvenes católicos de 29 países asiáticos, hasta el 6 de agosto. El anuncio del evento fue difundido en agosto del 2014, al término del viaje del Papa Francisco a Corea del Sur, en ocasión de la misma Jornada dedicada a la juventud, por el Presidente de la Federación de las Conferencias Episcopales de Asia, Cardenal Oswald Gracias, al final de la Misa de clausura de la sexta edición de este evento, en presencia del Papa Francisco y miles de jóvenes de diferentes países de Asia:

“Y ahora con alegría, gloria y orgullo llevamos la Cruz de Jesús sobre nuestras espaldas, en nuestros corazones y en nuestras vidas – dijo el purpurado – mientras nos ponemos en camino y preparamos el encuentro de la próxima Jornada de la Juventud Asiática que se celebrará en Indonesia en el año 2017”.

La VII Jornada de la Juventud Asiática está dividida en tres fases: una fase en las diócesis, algunos días en la ciudad sede central y finalmente, el encuentro de los Encargados de la Pastoral Juvenil.

En la primera fase, del 30 de julio al 2 de agosto, los participantes estarán esparcidos en 11 diócesis en Indonesia, donde vivirán momentos de comunión de experiencias. Más tarde, todos se trasladarán a Yogyakarta, donde el 2 de agosto se inaugurarán oficialmente los cinco días de catequesis, liturgia y fiesta, en los que los participantes compartirán sus historias, en base a las distintas procedencias, encontrando el elemento común de la fe en Cristo. A continuación tendrá lugar el encuentro de los animadores de la Pastoral juvenil, ocasión especial de formación para quienes acompañarán a los jóvenes presentes en la Jornada.

Para involucrar a los habitantes de Indonesia, la Jornada de la Juventud Asiática 2017 fue precedida, el 7 de mayo de este año, por una maratón con casi 5 mil participantes. El evento, dispone de una plataforma en la red Internet y tiene una fuerte presencia en las redes sociales: www.asianyouthday.org ; Facebook: asianyouthday; Twitter: AYD2017; Instagram: asianyouthday2017.

A dos días del inicio de la Ayd2017, los participantes han publicado en Instagram una viñeta del Papa Francisco con la frase: "AYD loves the Pope", “La juventud asiática ama al Papa”, pidiendo a los jóvenes desde el sitio web del evento (www.asianyouthday.org) que la vuelvan viral, para que llegue al Santo Padre.

(MCM-RV)

 


5:39:00 a.m.

(RV).- El 30 de julio se celebra el Día Mundial contra la Trata de Personas, instaurado por Naciones Unidas desde el año 2013 con el fin de crear una conciencia social a nivel global, sobre esta actividad delictiva que explota a mujeres, niños y hombres con numerosos propósitos, como el trabajo forzoso, el abuso sexual y el tráfico de órganos.

Según los últimos datos publicados por la Organización Internacional del Trabajo, se calcula que aproximadamente 21 millones de personas en el mundo son víctimas de la trata, en sus diversas modalidades de explotación existentes. Esta dura realidad repercute de manera directa o indirecta en todos los países, ya sea como lugar de origen, tránsito o destino de las víctimas.

El Papa Francisco ha condenado públicamente y en numerosas ocasiones la trata de seres humanos, un fenómeno que considera un “auténtico crimen contra la humanidad”, y que "está repuntando en Europa debido a la mala gestión del fenómeno de los migrantes y refugiados". En esta ocasión y con motivo de la celebración de la Jornada Mundial contra la Trata 2017, cuyo lema es «Asiste y protege a las víctimas de la trata»; el Santo Padre ha renovado su llamamiento al empeño de todos, con el fin de que esta  “plaga aberrante, forma de esclavitud moderna” sea aplacada adecuadamente. Una plaga que afecta especialmente a mujeres y niños.

“Oremos junto con la Virgen María para que ella sostenga a las víctimas de la trata y convierta los corazones de los traficantes”, fue la petición final del Pontífice invitando a los presentes en la Plaza de San Pedro a rezar juntos un Ave María.

Palabras del Papa tras rezar la oración mariana del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy es el Día Mundial contra la Trata de Personas, promovido por las Naciones Unidas. Cada año, miles de hombres, mujeres y niños son víctimas inocentes de la explotación laboral, sexual y del tráfico de órganos. Y parece que nos hemos acostumbrado a considerarla una cosa normal. Estos es feo, es cruel, es criminal. Deseo renovar mi llamamiento al empeño de todos, con el fin de que esta  “plaga aberrante de esclavitud moderna”, sea aplacada adecuadamente.

Oremos junto con la Virgen María para que ella sostenga a las víctimas de la trata y convierta los corazones de los traficantes.

Saludo ahora a los peregrinos provenientes de Italia y de otros países, en particular a las Hermanas Murialdinas de San José, las novicias de las Hermanas de María Auxiliadora, a los monaguillos de varias parroquias italianas y al club italiano de Hockey Femenino de Buenos Aires.

Les deseo a todos un buen domingo, y por favor no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!

(SL-RV)


5:19:00 a.m.

El campesino y el mercader: son los protagonistas de la reflexión del Papa Francisco, este domingo 30 de julio, antes de rezar el ángelus dominical ante los numerosos fieles y peregrinos llegados a la plaza de San Pedro. Repasando las tres semejanzas con las cuales  concluye el discurso parabólico de Jesús del capítulo 13 de Evangelio de Mateo, el tesoro escondido ,la perla preciosa y la red de pesca , Francisco se detiene en las dos primeras, que tienen como protagonistas a dos hombres con oficios distintos, pero con el mismo objetivo: apuntar todo lo que tienen para obtener el tesoro que han descubierto.

El Papa denota que estas dos semejanzas ponen en evidencia dos características que conciernen al Reino de Dios:  la búsqueda y el sacrificio. Porque para encontrar el el Reino de Dios, hay que buscarlo, con un corazón que “arda del deseo de alcanzar el bien precioso, es decir, el Reino de Dios que se hace presente en la persona de Jesús, que es “el tesoro escondido”, “la perla” que puede cambiar de manera decisiva nuestra vida y darle significado, asegura Francisco.

El Obispo de Roma precisa que el discípulo de Cristo no es uno que se ha privado de algo esencial sino que es uno que ha encontrado mucho más: ha encontrado la alegría plena que sólo el Señor puede donar, presente en los enfermos curados, en los pecadores perdonados, en el  ladrón a quien se le abre la puerta del paraíso.

La alegría del campesino y del mercader “es la alegría de cada uno de nosotros cuando descubrimos la cercanía y la presencia consoladora de Jesús en nuestra vida” afirma el Santo Padre. Una presencia, asegura, que es capaz de transformarnos el corazón y abrirnos a la acogida de los hermanos más débiles.

(MCM-RV)


11:34:00 a.m.

REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Con lectura del Evangelio 5 minutos

Pídeme lo que quieras le dice Dios a Salomón, en la Biblia, en sueños. Y Salomón no piensa en sí mismo no pide riquezas u otras cosas para su gusto personal. Salomón piensa inmediatamente en el Pueblo, en la gente. Pero no piensa en el Pueblo como si fuera suyo, sino que es el Pueblo de Dios a quien él debe servir como rey de la mejor manera. Y le pide a Dios el don de la sabiduría para gobernar con sabiduría al Pueblo que Dios le ha encomendado.

Un hombre que no piensa en sí mismo ya es sabio, un padre, un hermano mayor, un buen jefe tiene que pensar en la gente, en los que están a su cargo. Y si es así, Dios nos ayudará siempre. El salmo canta: el Señor es mi herencia: yo he decidido cumplir tus palabras. Para mí vale más la ley de tus labios que todo el oro y la plata.

En estos diálogos, Dios va tomando importancia y las cosas valen a partir de la medida de Dios que es siempre lo más grande e importante. Se cuida al Pueblo, se trabaja por la gente donando la vida, pero porque esta gente es el Pueblo de Dios y porque Dios vale más que el oro y la plata. Dios es el mayor tesoro. Y en el Evangelio Jesús le da el nombre de “tesoro” al Reino de los Cielos. Un tesoro valioso, buscado, encontrado, disfrutado, vivido por hombres y mujeres sabios y llenos de alegría, como los que recogen los peces después del trabajo. 

 


9:44:00 a.m.

(RV).- “Nuestro espléndido niño se ha ido. Verdaderamente nos sentimos orgullosos de Charlie”. Con estas palabras Connie Yates y Chris Gard, anunciaron la muerte de su hijo de once meses, después del traslado, decidido por la Alta Corte de Londres, a un centro en el que fue interrumpida la respiración artificial que lo mantenía con vida.

Charlie, afectado por una rara enfermedad genética, falleció tras una larga batalla legal de los padres que querían curarlo con terapias experimentales en los EEUU, a pesar de la negativa del Great Ormond Street Hospital de Londres, donde se encontraba ingresado.

Mientras tanto la familia Gard sigue recibiendo miles de declaraciones de afecto y oraciones, incluso a través de las redes sociales, hasta el punto de que el sitio dedicado a Charlie, en el que sus papás contaban su historia, se ha visto sobrecargado por exceso de tráfico.

Además del Papa Francisco, que escribió un Tweet en el que afirma: “Encomiendo al Padre al pequeño Charlie y rezo por sus padres y las personas que lo han amado”; Monseñor Vincenzo Paglia, Presidente de la Pontificia Academia para la Vida, ha reafirmado la grandeza del Amor de Dios que – dijo – “no quita el enchufe”.

Monseñor Paglia dijo asimismo que esta vicisitud los impulsa a “promover una cultura del acompañamiento” y a decir “tres grandes no”: “No a la eutanasia, no al abandono y al ensañamiento terapéutico”, en favor de “grandes sí”, como: “el acompañamiento, el progreso de la ciencia y el sí a la terapia del dolor”. 

Asimismo, el Cardenal Vincent Nichols, Arzobispo de Westminster y Presidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Galles, manifiesta su profundo dolor por su fallecimiento y hace llegar sus condolencias a sus padres. El Purpurado también asegura oraciones por parte de la comunidad católica, a la  vez que recuerda al personal del Hospital que asistió al niño, subrayando que “todo pequeño paciente recibe atención con gran profesionalidad”.

(María Fernanda Bernasconi – RV).


9:39:00 a.m.

 

(ZENIT – Madrid).- Cada vida discurre dentro de unos parámetros, y en la de los santos ha habido trayectorias relevantes y otras que pasaron desapercibidas. Aunque parezca que todo discurre en un clima interno de paz, es difícil concebir itinerarios espirituales que no hayan sido ensombrecidos alguna vez por la tormenta, o un conato de la misma. Los «atentados» externos, como dice el evangelio, no son tan problemáticos como los internos. En el camino hacia la perfección cada cual tiene que disponerse a luchar contra los suyos. Si la entrega es firme porque al asceta no le abandona el coraje en esta batalla, y conserva para sí lo que acontece en su interior, nadie más que Dios puede conocerlo.

Es posible que algo así sucediese en la vida de Natividad Venegas de la Torre, conocida como «Madre Nati». Llegó a una avanzada edad teniendo, a los ojos de los demás, ese cariz de las personas sencillas. No cesan de entregarse, pero lo hacen con tanta naturalidad que parece algo ordinario; no llaman la atención. Después, cuando se examinaron sus virtudes, se apreciaron tal cantidad de matices que no cabe dudar del esfuerzo que tuvo que poner en muchos instantes de su vida.

Nació en Zapotlanejo, Jalisco, México, el 8 de septiembre de 1868, pero vivió en distintas localidades del país. Fue la última de doce hermanos. Perdió a su madre con 16 años y a su padre cuando tenía 19. Y en ese tiempo la autenticidad y coherencia de su cristiano progenitor, así como la piedad que le inculcó su madre, le enseñaron a reconocer los signos del verdadero amor. Con ella aprendió a rezar, a familiarizarse con el catecismo y los principios esenciales de la fe. De su padre también heredó su afición por la poesía. Natividad solía dar clases a los niños y tendía a enfrascarse en la lectura de los santos. Una de sus hermanas se quejaba porque tenía que asumir gran parte del trabajo. Cuando acudía a su padre, éste le recordaba el pasaje evangélico de las hermanas Marta y María, haciéndole ver que Natividad actuaba como María, y ella como Marta. Al quedarse huérfanas de madre, el padre envió a las hijas a Guadalajara al cuidado de unos tíos. Fue la última vez que ellas le vieron con vida. Con este hecho luctuoso, la existencia de la santa entraba en un periodo difícil, de cierto sufrimiento.

En esa época se había manifestado su devoción por el Santísimo Sacramento. Pasaba horas ante el Sagrario, recibía la Eucaristía y realizaba obras caritativas. En 1898 se afilió a las Hijas de María. Pero fue en 1905 cuando se produjo un cambio sustancial en su acontecer. Acudió junto a otras tres jóvenes a unos ejercicios espirituales que tuvieron lugar en San Sebastián de Analco, y al concluirlos decidió consagrarse. Tuvo varias opciones en sendas órdenes que le ofrecieron integrarse en ellas, pero eligió formar parte de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, que tenían como objetivo la atención de los enfermos. Media docena de mujeres, incluida ella, afrontaron la tarea de asistirles en el hospital del Sagrado Corazón recién fundado por el canónigo padre Atenógenes Silva y Alvarez Tostado. Estaba dirigido a los pobres. Por ellos y por los ancianos mostraba particular sensibilidad: «Los ancianos son viajeros que se están yendo, y es preciso acompañarles con la mayor ternura posible». Profesó en 1910 y dos años más tarde fue elegida vicaria. Tenía cualidades para el gobierno y condujo a sus hermanas a la vivencia de las virtudes. En su labor como formadora supo combinar la firmeza con la ternura. Comprensiva, servicial, humilde y paciente, iba marcando con su testimonio el sendero de una auténtica consagración.

Su espíritu sensibilizado por el drama humano no podía quedar impasible ante la aflicción de ancianos, moribundos, enfermos y pecadores; los consoló y asistió por diversas vías. Impulsó comedores para los que no tenían recursos y les proporcionó medicamentos. Tampoco se olvidó de los familiares de los hospitalizados; con delicadeza y visión destinó un espacio para que pudieran acompañar a los suyos sin costo alguno. Los prelados, los sacerdotes y los seminaristas fueron también objeto de su trato exquisito y de su generosidad. La tríada en la que estuvo asentada su vida espiritual fue el Sagrado Corazón de Jesús, la Eucaristía y la Virgen. Se mortificó sin piedad alguna hacia sí misma. Perseveraba viviendo unida a Cristo, siendo constante y fiel en las cosas sencillas de cada día, que generalmente son las que más cuestan, sin caer en la rutina. Se propuso imitarle a Él con gozo, agradecida de poderse hacer ascua de amor por los demás. Movida por su ardor apostólico soñaba con extender la fe por doquier. En 1921 fue elegida superiora general. Ocupando esta alta misión, en medio de la persecución gubernamental redactó en 1926 las constituciones de las Hijas del Sagrado Corazón Jesús, convertido en Instituto, reglas aprobadas en 1930 por monseñor Orozco y Jiménez, arzobispo de Guadalajara.

El peso de los años, con sus achaques, se iba echando encima y en 1954 dejó su cargo. Los cuatro restantes que le quedaban de vida siguió llenándolos con su oración, compartiendo con los demás la riqueza interior que poseía, como había hecho siempre, siendo fiel a su sucesora. Una embolia cerebral que se le presentó en 1956 le causó una hemiplejía que soportó con ejemplar serenidad y paciencia, hasta que entregó su alma a Dios el 30 de julio de 1959. Juan Pablo II la beatificó el 22 de noviembre de 1992, y la canonizó el 21 de mayo de 2000.

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