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La hija y el marido de Asia Bibi
Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Creemos en Jesucristo y recurrimos a él poniendo la vida de Asia en sus manos. Estamos seguros de que el Señor nos escuchará, gracias a las oraciones del Papa y de todos los fieles del mundo”, asegura a Fides Ashiq Masih, el marido de Asia Bibi, la mujer cristiana paquistaní condenada a muerte por blasfemia y aún encarcelada en Multan, en el Punjab. Ashiq Masih ha venido hasta el Vaticano junto con su hija, Eisham, y concede unos minutos a la Agencia Fides en la víspera de su encuentro con Francisco: “Asia Bibi confía en la oración del Papa y le pide que rece por ella y por su liberación”, explica. “Vive su cautiverio con gran fe y se confía todos los días al Señor. Nosotros vivimos este privilegio de encontrarnos con el Santo Padre con gran confianza. Le pedimos que rece por nosotros y con nosotros”, asegura. Su hija Eisham también expresa su esperanza de “ver a mi madre lo antes posible, en un lugar pacífico y en la tranquilidad familiar. Es por lo que rezo todos los días”, dice.
Asia Bibi está en prisión desde 2009 y, después de ser sentenciada a muerte en primera instancia, -confirmada tras el recurso de apelación-, está a la espera de una nueva audiencia en la Corte Suprema para resolver la apelación en tercera y última instancia.
Según Joseph Nadeem, jefe de la “ Renaissance Education Foundation”, -la fundación que cuida de la familia de Asia Bibi en Pakistán y que corre con los gastos legales-, “los abogados están estudiando el recurso y se encuentran a la espera de la fecha de la audiencia, que esperemos sea lo antes posible. Esta familia vive el drama del encarcelamiento de una esposa y una madre inocente. Confiamos en el poder judicial y en la justicia. Podemos demostrar a los jueces, sin lugar a dudas, que Asia no ha cometido ninguna blasfemia”.
El caso de Asia Bibi se ha convertido en un símbolo en Pakistán y los grupos extremistas islámicos exigen que la mujer sea ejecutada. Su caso fue mencionado e instrumentalizado incluso durante las manifestaciones antigubernamentales organizadas en los últimos meses en Islamabad por grupos fundamentalistas islámicos. En el documento que puso fin a las protestas, el Ejecutivo paquistaní se comprometió a no realizar ningún cambio en la ley antiblasfemia de la que se sigue abusando en Pakistán en casos como el de Asia Bibi.
(PA) (Agencia Fides 23/2/2018)
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