Kinshasa - La población civil del territorio de Beni, que forma parte de la provincia de Kivu del Norte, al este de la República Democrática del Congo, sufre una amenaza terrorista que al parecer está provocada por varios grupos.
Así lo afirma el documento final del encuentro de tres días organizado por la Coordinación de la Sociedad Civil local .
En el documento, enviado a la Agencia Fides, se afirma que las masacres de civiles ocurridas recientemente y que han causado más de 250 muertos, son obra de “lo que queda” del grupo armado de origen ugandés ADF-NALU, “que está presente en la provincia desde hace dos décadas”, pero también de los “hijos perdidos de las comunidades locales, que se han reunido en torno a ellos”. Esta relación establecida entre el ADF-NALU y algunos grupos locales, ha sido calificada como de “orden militar y socio-económica, a través de una red de información y transacción entre fronteras de tipo mafioso”.
“El enemigo - continúa el documento – ha podido incorporar a su causa, que es criminal e incluso con prácticas yihadistas, a algunos políticos, agentes de finanzas mafiosos y autoridades tradicionales con la complicidad de los países vecinos”.
Un análisis que confirma lo que ya fue revelado anteriormente por la Red Paz para el Congo , que señala la presencia, junto al ADF-NALU, de otros grupos armados que siembran la muerte y la destrucción en la zona. El documento recomienda una mayor cohesión entre los actores políticos, sociales y militares para “salir de las garras del terror, de la fuerte desconfianza y de la confusión en la que el territorio lleva sumido 20 años”.
Para ello se recomienda establecer una comisión para supervisar los compromisos, las recomendaciones y resoluciones adoptadas en esta reunión, y difundir los resultados del diálogo social a nivel local, nacional e internacional.
Así lo afirma el documento final del encuentro de tres días organizado por la Coordinación de la Sociedad Civil local .
En el documento, enviado a la Agencia Fides, se afirma que las masacres de civiles ocurridas recientemente y que han causado más de 250 muertos, son obra de “lo que queda” del grupo armado de origen ugandés ADF-NALU, “que está presente en la provincia desde hace dos décadas”, pero también de los “hijos perdidos de las comunidades locales, que se han reunido en torno a ellos”. Esta relación establecida entre el ADF-NALU y algunos grupos locales, ha sido calificada como de “orden militar y socio-económica, a través de una red de información y transacción entre fronteras de tipo mafioso”.
“El enemigo - continúa el documento – ha podido incorporar a su causa, que es criminal e incluso con prácticas yihadistas, a algunos políticos, agentes de finanzas mafiosos y autoridades tradicionales con la complicidad de los países vecinos”.
Un análisis que confirma lo que ya fue revelado anteriormente por la Red Paz para el Congo , que señala la presencia, junto al ADF-NALU, de otros grupos armados que siembran la muerte y la destrucción en la zona. El documento recomienda una mayor cohesión entre los actores políticos, sociales y militares para “salir de las garras del terror, de la fuerte desconfianza y de la confusión en la que el territorio lleva sumido 20 años”.
Para ello se recomienda establecer una comisión para supervisar los compromisos, las recomendaciones y resoluciones adoptadas en esta reunión, y difundir los resultados del diálogo social a nivel local, nacional e internacional.
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