Programa en español para Guinea Ecuatorial y África

(RV).- Abrimos nuestro espacio con los deseos del Papa Francisco a los queridos hermanos y hermanas de todo el mundo, a los numerosos fieles romanos y peregrinos en la Plaza de San Pedro y a cuantos desde diversos países siguieron su Mensaje y bendición Urbi et Orbi de Navidad a través de la radio, la televisión y los otros medios de comunicación:

«Es la Navidad del Año Santo de la Misericordia, les deseo a todos que puedan acoger en su propia vida la misericordia de Dios, que Jesucristo nos ha donado, para ser misericordiosos con nuestros hermanos. ¡Así haremos crecer la paz!»

«Sólo la misericordia de Dios puede liberar a la humanidad de tanto mal», reiteró el Obispo de Roma, en la solemnidad de la Natividad del Señor, en su tradicional mensaje navideño:

«Cristo nos ha nacido, exultemos en el día de nuestra salvación. Abramos nuestros corazones para recibir la gracia de este día, que es Él mismo: Jesús es el ''día'' luminoso que surgió en el horizonte de la humanidad. El día de la misericordia, en el cual Dios Padre ha revelado a la humanidad su inmensa ternura. Día de luz que disipa las tinieblas del miedo y de la angustia. Día de paz, en el que es posible encontrarse, dialogar, y sobre todo reconciliarse. Día de alegría: una ''gran alegría'' para los pequeños y los humildes, para todo el pueblo».

«Vence la indiferencia y conquista la paz» Y empezamos  el 2016 con esta exhortación del Papa Francisco, que es también el título de su Mensaje para la 49 Jornada Mundial de la Paz 2016, en el que recuerda que «Dios no es indiferente. A Dios le importa la humanidad, Dios no la abandona».

Al comienzo del nuevo año, el Obispo de Roma acompaña con esta profunda convicción, sus «mejores deseos de abundantes bendiciones y de paz, en el signo de la esperanza, para el futuro de cada hombre y cada mujer, de cada familia, pueblo y nación del mundo, así como para los Jefes de Estado y de Gobierno y de los Responsables de las religiones».

Recordamos que el Papa Francisco firmó su Mensaje el 8 de diciembre de 2015:

Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María

y

Apertura del Jubileo Extraordinario de la Misericordia

Y cómo no recordar que el Papa Bergoglio, junto con sus mejores deseos para el nuevo año, invoca la intercesión de «María Santísima, Madre atenta a las necesidades de la humanidad, para que nos obtenga de su Hijo Jesús, Príncipe de la Paz, el cumplimento de nuestras súplicas y la bendición de nuestro compromiso cotidiano en favor de un mundo fraterno y solidario».

Nos acompaña la Voz de los Peregrinos en el Jubileo de la Misericordia

 

(CdM – RV)


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