"Cuando el ser humano se entrega a las fuerzas ciegas del inconsciente, de las necesidades inmediatas, del egoísmo, su libertad se enferma": lo afirmó el Papa Francisco en el discurso a la comunidad de la Universidad Católica Portuguesa, recibida en audiencia en la mañana de este jueves 26 de octubre, en ocasión del 50° aniversario de fundación.
El hombre – subrayó el Pontífice citando la encíclica Laudato si – está desnudo y expuesto frente a su propio poder, que sigue creciendo, sin tener los elementos para controlarlo. Puede disponer de mecanismos superficiales, pero podemos sostener – afirmó el Papa – que carece de una ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo limiten y lo contengan en una lúcida abnegación. En efecto, la verdad significa más que el saber: el conocimiento de la verdad tiene como finalidad el conocimiento del bien. La verdad nos hace buenos, y la bondad es verdadera.
Francisco presentó entonces una pregunta crucial: ¿Cómo ayudamos a nuestros alumnos a no mirar un grado universitario como sinónimo de mayor posición, sinónimo de más dinero o mayor prestigio social?
Y remarcando que no son sinónimos, preguntó: ¿Ayudamos a ver esta preparación como signo de una mayor responsabilidad ante los problemas de hoy, ante la necesidad del más pobre, ante el cuidado del medio ambiente? No basta hacer análisis, aseguró: “es necesario generar espacios de verdadera investigación, debates que generen alternativas para los problemas de hoy”. Es importante es concretar.
Texto completo del discurso del Papa
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