Mogadiscio – En Somalia, la hambruna de 2011 terminó, la milicia fue enviada lejos de Mogadiscio, en política se han hecho grandes progresos. Sin embargo, las Naciones Unidas y el Gobierno de Somalia siguen pidiendo donantes internacionales para ayudar al país, alegando estar en grave crisis. Asociaciones humanitarias, presionadas por las situaciones de emergencia en Somalia en los últimos años, no han sido capaces de emplear más tiempo ni recursos necesarios para la reconstrucción del país. Muchos sobreviven en pésimas condiciones, la vida de 50.000 niños están en riesgo por la desnutrición severa. Los benefactores internacionales, debido a la actual crisis en Siria y las nuevas emergencias en curso en Sudán del Sur y la República Centroafricana, hacen menos contribuciones a Somalia, a pesar de que los indicadores sanitarios somalíes son mucho más graves que los de otros países. Además, existe la preocupación por robo de dinero y la corrupción, en un país donde el gobierno no tiene control efectivo sobre la economía. Un informe del Grupo de Supervisión de la ONU en Somalia y Eritrea ya había denunciado anteriormente casos de corrupción entre los ministros del gobierno, la apropiación indebida de alimentos destinados a ayudas, la mala administración. Alrededor del 60% de la población, 3 millones y medio de personas que viven en el centro-sur de Somalia están bajo el control de al-Shabab. La ONU teme que la ofensiva podría desencadenarse justo en la temporada de siembra en esta región conocida como la canasta de bienes de consumo y de servicios esenciales en el país, y por lo tanto podría tener un serio impacto en la próxima cosecha
Publicar un comentario