Roma – Es el cardenal más joven del Consistorio que acaba de celebrarse, y es también el primer cardenal en la historia de Haití: Su Eminencia Mons. Chibly Langlois, Arzobispo de Les Cayes, de 55 años, quien en una entrevista con la Agencia Fides expresa sus sentimientos y describe los esfuerzos realizados por la iglesia local.
“En primer lugar me gustaría dar las gracias por esta oportunidad de expresar la voz de la iglesia en Haití - dice a Fides el Card. Langlois - este país que tiene una gran fe. Como Iglesia estamos agradecidos al Papa por haber nombrado a un cardenal de Haití, porque esto es muy significativo: una presencia ante el mundo de este pequeño país. En Haití hay una Iglesia que vive en constante evangelización en línea con los Obispos de América Latina, es decir, poniendo la prioridad en la pastoral, viviendo junto a las preocupaciones de los más pobres, como tantas veces ha dicho el Papa Francisco. Tenemos esta preocupación: involucrar a todos en el compromiso de la evangelización, los jóvenes, sacerdotes, obispos, religiosos, familias, la comunidad de los fieles, todos debemos compartir esta visión pastoral”.
Haití es el país más pobre de América Latina, asolado por el devastador terremoto en enero de 2010, que dejó heridas todavía abiertas, con una situación política en crisis que paraliza a la nación y que sólo a través de la mediación de la Iglesia, en la persona del arzobispo Langlois, se está tratando de superar .
“La Iglesia de Haití también se siente responsable de la situación en que vive la población, una situación económica ante la que no podemos permanecer indiferentes – continua el Cardenal Langlois -. En este sentido, hay una cosa muy importante a destacar en el campo social: la Iglesia acompaña a los actores políticos para conseguir construir un diálogo entre todas las partes y resolver los problemas de nuestra sociedad. Debemos compartir la responsabilidad de resolver la situación política que se vive en nuestro país , la crisis que vive el país, y esto sólo puede lograrse mediante el diálogo. La Conferencia Episcopal se ha ofrecido como mediadora en esta crisis y esperamos que, a través del diálogo, se camine hacia delante. Ahora sólo falta la firma del acuerdo para poner fin a la crisis. En esto, la Iglesia tiene un papel social muy bien definido”.
“En primer lugar me gustaría dar las gracias por esta oportunidad de expresar la voz de la iglesia en Haití - dice a Fides el Card. Langlois - este país que tiene una gran fe. Como Iglesia estamos agradecidos al Papa por haber nombrado a un cardenal de Haití, porque esto es muy significativo: una presencia ante el mundo de este pequeño país. En Haití hay una Iglesia que vive en constante evangelización en línea con los Obispos de América Latina, es decir, poniendo la prioridad en la pastoral, viviendo junto a las preocupaciones de los más pobres, como tantas veces ha dicho el Papa Francisco. Tenemos esta preocupación: involucrar a todos en el compromiso de la evangelización, los jóvenes, sacerdotes, obispos, religiosos, familias, la comunidad de los fieles, todos debemos compartir esta visión pastoral”.
Haití es el país más pobre de América Latina, asolado por el devastador terremoto en enero de 2010, que dejó heridas todavía abiertas, con una situación política en crisis que paraliza a la nación y que sólo a través de la mediación de la Iglesia, en la persona del arzobispo Langlois, se está tratando de superar .
“La Iglesia de Haití también se siente responsable de la situación en que vive la población, una situación económica ante la que no podemos permanecer indiferentes – continua el Cardenal Langlois -. En este sentido, hay una cosa muy importante a destacar en el campo social: la Iglesia acompaña a los actores políticos para conseguir construir un diálogo entre todas las partes y resolver los problemas de nuestra sociedad. Debemos compartir la responsabilidad de resolver la situación política que se vive en nuestro país , la crisis que vive el país, y esto sólo puede lograrse mediante el diálogo. La Conferencia Episcopal se ha ofrecido como mediadora en esta crisis y esperamos que, a través del diálogo, se camine hacia delante. Ahora sólo falta la firma del acuerdo para poner fin a la crisis. En esto, la Iglesia tiene un papel social muy bien definido”.
Publicar un comentario