Roma - “Las elecciones se han celebrado en un ambiente tranquilo y todo parece haber ido bien, a excepción de algún pequeño inconveniente que, se puede considerar dentro de la normalidad”, dice a la Agencia Fides Su Exc. Mons. Pascal N'Koué, Arzobispo de Parakou y Secretario General de la Conferencia Episcopal de Benin, que está en Roma para la visita ad limina. El 26 de abril en el país africano se han celebrado las elecciones legislativas, que muchos consideran una prueba para el presidente Thomas Boni Yayi, sospechoso de querer cambiar la Constitución para obtener un tercer mandato en las elecciones presidenciales de 2016.
“Ya en 2013 se habían extendido en el país los temores de un posible cambio de la Constitución para permitir al presidente conseguir un tercer mandato”, recuerda Mons. N'Koué. “En aquel entonces respondimos con una Carta Pastoral , con todas las pruebas, sobre todo morales, para afirmar que un tercer mandato no es posible, y para fortalecer la actual constitución”.
“Gracias a Dios, en Benin, la población escucha la voz de la Iglesia. Cuando hay problemas se espera que la Conferencia Episcopal se pronuncie. Y cuando esto sucede la mayor parte de la población escucha lo que dicen los obispos”, comenta Mons. N'Koué.
El arzobispo subraya que su país sigue viviendo una situación de paz a pesar de las tensiones en los países vecinos. “Tenemos que agradecer al Padre que está en el Cielo, porque decimos a menudo que Dios ama Benin. Si nos fijamos en lo que está sucediendo alrededor de nuestro país vemos la mucha violencia de la que nos ha salvado. Al decir que Dios ama Benin queremos animar a la población misma a amar más al propio país”.
Según Mons. N'Koué, la Iglesia en Benin tiene mucha vitalidad “como lo demuestra el gran número de bautizados. Muchos llaman a la puerta de la Iglesia católica para entrar. Nuestras salas de catecismo están llenas”. “Damos gracias a Dios por la vitalidad de nuestra juventud. Le damos gracias también por las escuelas católicas que siguen abriéndose. Sabemos que varios líderes de Benin se han formado en las escuelas católicas. Damos gracias al Señor por la unidad de la Iglesia: no hay diferencias entre el norte y el sur, como ocurre en otros países. Somos 10 obispos, 2 del norte y 8 del sur, pero no hay problemas entre nosotros”.
“También tenemos muchas vocaciones”, continua el arzobispo. “El problema es formar a un clero que esté a la altura de responder a los desafíos a los que nos enfrentamos”.
“Entre estos desafíos: dice Mons. N'Koue - está el relativismo ético y espiritual. Luego está la infiltración de un Islam que ya no es el Islam tradicional africano que hace que en la misma familia puedan convivir pacíficamente musulmanes y no musulmanes. Esto ahora se hace más difícil porque hay grupos arabizados que vienen del extranjero, bien financiados, que, bajo el manto de Ong con el pretexto de ayudar a los pobres, comienzan a introducir discursos cada vez más violentos contra los cristianos. Este fenómeno aún es débil pero debemos permanecer vigilantes para llevar la llama del amor, la fraternidad y la comprensión recíproca”.
“Por último, está el desafío de una fe pura, sin sincretismo, porque venimos de las religiones tradicionales africanas. A través del bautismo estamos insertos en la Iglesia, pero existe la tendencia en algunas personas de buscar soluciones a sus problemas en las ceremonias tradicionales africanas. Por tanto, nuestro desafío es asegurar que las personas pueden decir como San Pablo: 'Para mí la vida es Cristo. Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí'”, concluye
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