
No hay electricidad en gran parte del valle de Kathmandú, la zona más poblada del país. Los niños en todos los desastres son los más vulnerables, especialmente los pobres que están en riesgo de desnutrición, falta de agua, así como expuestos a ser víctimas de la trata de personas, agresiones y violencia. Miles de niños están durmiendo al aire libre, ha aumentado el riesgo de propagación de enfermedades a causa de las restricciones en el acceso al agua potable y el saneamiento. Nepal es uno de los países donde hay una tasa de desnutrición infantil de un 40%. La comunidad internacional se ha movilizado aunque se teme que la cifra de muertos seguirá aumentando.
El terremoto ha puesto de relieve la falta de personal y recursos para la atención sanitaria. De una población de 28 millones de personas, hay 2,1 médicos y 50 camas de hospital por cada 10 mil habitantes. Hasta ahora muchos de los heridos graves han sido trasladados a Kathmandú al Hospital Bir, que fue inaugurado el pasado mes de febrero con 200 camas. Peor los médicos han dicho que se necesitan miles de camas más para poder asistir a las personas que llegan continuamente. Los niños heridos graves esperan acostados en suelos polvorientos del hospital, mientras que cientos de otras víctimas esperan su turno en tiendas de campaña improvisadas fuera del hospital.
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