
Los grupos radicales habían propuesto una enmienda a la Carta, rechazada por el Parlamento, que pedía proclamar de nuevo Nepal como “estado hindú”. “La influencia extranjera ha manipulado las decisiones del gobierno” y “los cristianos han corrompido el país”, se leía en los panfletos en circulación.
Fuentes de Fides informan de que “los cristianos continúan en su misión de diálogo y de proclamación del Evangelio de la caridad para con todos”. También grupos como “Christian Solidarity Worldwide” , señalan que la nueva Constitución incluye una cláusula que establece que es ilegal “cualquier acto para convertir a una persona de una religión a otra”. Este enfoque, según las asociaciones de defensa de los derechos humanos, viola la libertad religiosa, ya que afecta a la libertad de conciencia individual, se considera una concesión para los grupos radicales que promueven, como sucede en la India, “leyes anti-conversión”, lamentando el presunto proselitismo de los cristianos.
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