El Evangelio de hoy invita a las familias a percibir la luz de esperanza que mana de la casa de Nazaret
En pleno clima de la alegría navideña, introduciendo el rezo a la Madre de Dios – del primer domingo después de la Navidad en el que la Iglesia invita a contemplar a la Sagrada Familia – el Papa Francisco deseó que «Jesús, María y José bendigan y protejan a todas las familias del mundo, para que en ellas reinen la serenidad y la alegría, la justicia y la paz, que Cristo naciendo ha traído como don para la humanidad».
Alentando a la esperanza, «en este tiempo nuestro, en el que la familia está sometida a incomprensiones y dificultades de diversos tipos que la debilitan», el Obispo de Roma quiso saludar y animar a las familias de todo el mundo, tras recordar el Encuentro mundial que clausuró en Filadelfia y a las numerosas familias que ha encontrado en sus viajes apostólicos.
Con la auténtica escuela de Evangelio que representa para todo creyente el núcleo familiar de Jesús, María y José – en el que aprendemos que todo núcleo familiar está llamado a ser Iglesia doméstica – el Santo Padre hizo hincapié en «los rasgos típicos de la Sagrada Familia». Es decir, «recogimiento y oración, mutua comprensión y respeto, espíritu de sacrificio, trabajo y solidaridad».
«La Virgen y San José enseñan a acoger a los hijos como don de Dios, a generarlos y educarlos cooperando de forma maravillosa con la obra del Creador y donando al mundo, en cada niño, una sonrisa nueva», señaló el Papa, que quiso detenerse sobre todo en la alegría verdadera que se vive en familia, «que hace saborear la belleza de estar juntos, de sostenernos mutuamente en el camino de la vida».
Y reiterando que «como cimiento de todo está la presencia de Dios, su amor acogedor, misericordioso y paciente hacia todos» y que si no se abre la puerta de la familia a la presencia de Dios y a su amor, la familia pierde la armonía, prevalecen los individualismos y se apaga la alegría», el Sucesor de Pedro señaló que «la familia que vive la alegría de la fe, la comunica espontáneamente, es sal de la tierra y luz del mundo, es levadura para toda la sociedad».
(CdM – RV)
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