Nairobi - Crecen las polémicas en Kenia tras la conclusión de la dramática toma de rehenes en el centro comercial Westgate en Nairobi por un grupo vinculado con el movimiento somalí de los Shabaab.
Las fuerzas de seguridad son acusadas de no haber sido capaces de evitar lo sucedido y por las operaciones de rescate de los rehenes, en las que se ha visto a las fuerzas d ella policía y las militares trabajar por su cuenta sin ningún tipo de coordinación real. La falta de cooperación entre la policía y los militares, ha provocado la muerte del jefe de la policía anti-terrorista asesinado erróneamente por el ejército.
Según la prensa local, las múltiples cadenas de mando a las que tenían que responder las unidades para la liberación del centro comercial Westgate, han contribuido a la difusión de informaciones contradictorias por parte de las autoridades sobre los progresos realizados en la liberación de los rehenes.
Por el momento, el balance provisional del acto terrorista es de 61 civiles y 6 miembros de las fuerzas de seguridad asesinados. Según la Cruz Roja 71 personas siguen desaparecidas y pueden estar bajo los escombros, mientras se está procediendo a poner en seguridad el centro comercial, cuyo techo se ha derrumbado parcialmente. También hay dudas sobre la composición del comando de los terroristas.
Sobre si algunos de los que estaban involucrados eran ciudadanos de países occidentales o si había mujeres, y si una parte de los asaltantes lograron huir antes de la intervención de las fuerzas de seguridad. Las autoridades de Kenia han anunciado la detención de una decena de personas en relación con el asalto al Westegate.
El episodio ha despertado gran revuelo en el país. Los religiosos miembros de la Association of Consecrated Women in Eastern and Central Africa y de la Association of Sisterhood in Kenya han puesto en marcha una procesión de oración el 25 de septiembre, en memoria de las víctimas y por la curación de los heridos.
Las fuerzas de seguridad son acusadas de no haber sido capaces de evitar lo sucedido y por las operaciones de rescate de los rehenes, en las que se ha visto a las fuerzas d ella policía y las militares trabajar por su cuenta sin ningún tipo de coordinación real. La falta de cooperación entre la policía y los militares, ha provocado la muerte del jefe de la policía anti-terrorista asesinado erróneamente por el ejército.
Según la prensa local, las múltiples cadenas de mando a las que tenían que responder las unidades para la liberación del centro comercial Westgate, han contribuido a la difusión de informaciones contradictorias por parte de las autoridades sobre los progresos realizados en la liberación de los rehenes.
Por el momento, el balance provisional del acto terrorista es de 61 civiles y 6 miembros de las fuerzas de seguridad asesinados. Según la Cruz Roja 71 personas siguen desaparecidas y pueden estar bajo los escombros, mientras se está procediendo a poner en seguridad el centro comercial, cuyo techo se ha derrumbado parcialmente. También hay dudas sobre la composición del comando de los terroristas.
Sobre si algunos de los que estaban involucrados eran ciudadanos de países occidentales o si había mujeres, y si una parte de los asaltantes lograron huir antes de la intervención de las fuerzas de seguridad. Las autoridades de Kenia han anunciado la detención de una decena de personas en relación con el asalto al Westegate.
El episodio ha despertado gran revuelo en el país. Los religiosos miembros de la Association of Consecrated Women in Eastern and Central Africa y de la Association of Sisterhood in Kenya han puesto en marcha una procesión de oración el 25 de septiembre, en memoria de las víctimas y por la curación de los heridos.
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