Seúl – “Damos las gracias al Cardenal Fernando Filoni por su visita, por la atención y el apoyo a la Iglesia coreana. Es un honor y nos sentimos especialmente bendecidos por el Señor por su presencia entre nosotros”. Con estas palabras, declaradas a la Agencia Fides, el Arzobispo de Seúl, Mons. Andrew Yeom Soo-jung, acoge hoy al Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, en visita pastoral al país desde el 30 de septiembre hasta el 6 de octubre. La visita tiene como objetivo principal la celebración del 50º aniversario de la creación de la diócesis de Suwon, donde el cardenal Filoni, viajará el 3 de octubre. El cardenal, que ha llegado a Seúl hoy, se reunirá mañana con el Arzobispo y la curia local, mientras que el 2 de octubre se celebrará una reunión con toda la Conferencia Episcopal.
La visita del Prefecto del Dicasterio misionero - señala a Fides Mons. Yeom Soo-jung - “es un incentivo para que seamos una Iglesia misionera”. El Arzobispo explica: “La Iglesia de Corea ha recibido mucho apoyo de otras iglesias. Ahora es el momento para nosotros de ayudar a las iglesias necesitadas, especialmente en el área del sudeste de Asia, donde es urgente la obra de la evangelización. Creo que esta es la misión que Dios le ha dado a nuestra diócesis y a la Iglesia de Corea”.
Trazando el diseño de la iglesia coreana y sus raíces, el arzobispo dice: “En la actualidad hay 16 diócesis en Corea con más de 5 millones de católicos. La Archidiócesis de Seúl es una de las más grandes del mundo. La Iglesia en Corea ha llegado así de lejos gracias a las bendiciones de Dios”. “El catolicismo - recuerda - se inició en Corea en los primeros años del siglo XVII, gracias a los contactos de algunos diplomáticos coreanos que se reunieron con los sacerdotes jesuitas en China. Los sacerdotes les dieron libros sobre la fe cristiana, por lo que algunos estudiosos coreanos comenzaron a estudiar la nueva religión, comparándola con el neo-confucianismo, la filosofía tradicional en Corea. Más tarde organizaron la primera comunidad católica”.
En 1824, la Iglesia coreana envió una carta al Papa pidiendo misioneros extranjeros en Corea. “La Santa Sede trató de enviar misioneros a Corea, pero nadie podía entrar debido a una nueva persecución por parte del gobierno, en la que cientos de católicos fueron detenidos y asesinados”, cuanta Yeom Soo-jung. El 9 de septiembre de 1831 se estableció oficialmente el Vicariato Apostólico de Corea y se pidió a los misioneros de las “Misiones Extranjeras de París” que fuesen los responsables de la propagación de la fe en Corea. “Desde entonces, con el apoyo de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, la Iglesia católica en Corea ha crecido y prosperado. La visita del cardenal Filoni hoy confirma el apoyo y la bendición de la Santa Sede y nos abre nuevas oportunidades para la evangelización” concluye.
La visita del Prefecto del Dicasterio misionero - señala a Fides Mons. Yeom Soo-jung - “es un incentivo para que seamos una Iglesia misionera”. El Arzobispo explica: “La Iglesia de Corea ha recibido mucho apoyo de otras iglesias. Ahora es el momento para nosotros de ayudar a las iglesias necesitadas, especialmente en el área del sudeste de Asia, donde es urgente la obra de la evangelización. Creo que esta es la misión que Dios le ha dado a nuestra diócesis y a la Iglesia de Corea”.
Trazando el diseño de la iglesia coreana y sus raíces, el arzobispo dice: “En la actualidad hay 16 diócesis en Corea con más de 5 millones de católicos. La Archidiócesis de Seúl es una de las más grandes del mundo. La Iglesia en Corea ha llegado así de lejos gracias a las bendiciones de Dios”. “El catolicismo - recuerda - se inició en Corea en los primeros años del siglo XVII, gracias a los contactos de algunos diplomáticos coreanos que se reunieron con los sacerdotes jesuitas en China. Los sacerdotes les dieron libros sobre la fe cristiana, por lo que algunos estudiosos coreanos comenzaron a estudiar la nueva religión, comparándola con el neo-confucianismo, la filosofía tradicional en Corea. Más tarde organizaron la primera comunidad católica”.
En 1824, la Iglesia coreana envió una carta al Papa pidiendo misioneros extranjeros en Corea. “La Santa Sede trató de enviar misioneros a Corea, pero nadie podía entrar debido a una nueva persecución por parte del gobierno, en la que cientos de católicos fueron detenidos y asesinados”, cuanta Yeom Soo-jung. El 9 de septiembre de 1831 se estableció oficialmente el Vicariato Apostólico de Corea y se pidió a los misioneros de las “Misiones Extranjeras de París” que fuesen los responsables de la propagación de la fe en Corea. “Desde entonces, con el apoyo de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, la Iglesia católica en Corea ha crecido y prosperado. La visita del cardenal Filoni hoy confirma el apoyo y la bendición de la Santa Sede y nos abre nuevas oportunidades para la evangelización” concluye.
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