Ciudad del Vaticano – Juan Pablo II, ha sido definido como “el Papa itinerante, el Papa misionero, el Papa evangelizador”, que siguiendo las huellas del apóstol Pablo “se ha hecho todo para todos”, consumiendo a sí mismo en el ardiente deseo de llevar hasta los extremos de la tierra el anuncio de Cristo. Comenzó su servicio como obispo de Roma, con la exhortación: “¡Abrid las puertas a Cristo!” Era el 22 de octubre de 1978, día de la Jornada Misionera Mundial, día de la inauguración de su ministerio como Pastor de la Iglesia universal. El arzobispo de Cracovia, el cardenal Karol Wojtyla , fue elegido el 16 de octubre a los 58 años.
Este hecho fue destacado por el propio Papa en su primer Mensaje para la Jornada Misionera Mundial del 14 de junio de 1979 en el que recordó la “feliz coincidencia”: “No podía omitir, entre las intenciones primarias que llenaban mi animo y mi mente en esa ocasión solemne, la referencia al problema siempre presente y urgente de la expansión del Reino de Dios entre los pueblos no cristianos”. Juan Pablo II dirigió al mundo 26 mensajes con motivo de la Jornada Misionera Mundial. El hilo conductor fue la invitación a la corresponsabilidad de todos los miembros de la Iglesia en la obra de la evangelización del mundo, todavía en sus inicios, haciendo hincapié en el papel central desempeñado por las Obras Pontificias Misioneras para la animación y cooperación misionera .
Su intenso pontificado de 26 años, a caballo entre los siglos XX y XXI, difícilmente puede ser sintetizado. Desde el principio, utilizó todos los medios y todas las circunstancias para recordar a todos la validez permanente del mandato misionero de la Iglesia y sobre todo para mantener viva la conciencia misionera del Pueblo de Dios. Entre los eventos más importantes con una connotación misionera específica se puede recordar la Encíclica “Redemptoris Missio” sobre “la validez permanente del mandato misionero” de la Iglesia, del 7 de diciembre de 1990, considerado una piedra miliar para el mundo misionero.
En el contexto de las catequesis que tenía durante la audiencia general de los miércoles, del 5 de abril al 21 de junio de 1995, Juan Pablo II dedicó un ciclo sistemático de 9 catequesis a los elementos fundamentales y esenciales de la misión de la Iglesia, a las piedras angulares sobre las que se basa, así como a los nuevos desafíos de la misión y de las cuestiones relacionadas con el creciente compromiso con el ecumenismo.
En su pontificado, Juan Pablo II realizó 104 viajes misioneros, visitando 129 países y 617 ciudades. Durante estos viajes, pronunció un total de 2.382 intervenciones y recorrió 1.162.615 kilómetros. Además de estos viajes internacionales, el Santo Padre realizó 146 viajes dentro de Italia durante los cuáles visitó 259 localidades y pronunció 906 discursos.
En preparación para el gran jubileo del año 2000, convocó y presidió las Asambleas especiales del Sínodo de los Obispos para analizar y estudiar la situación de los diferentes continentes, haciendo encontrarse en Roma a los Episcopados de África, Asia, América, Oceanía, Europa. Las directrices que surgieron de aquellos vértices históricos fueron recopiladas en varias Exhortaciones Apostólicas. Durante su pontificado, Juan Pablo II elevó a los altares a 1.641 personas de todas las condiciones sociales y de todos los estados religiosos, incluyendo a muchos misioneros de las Iglesias jóvenes. Fue beatificado por su sucesor, Benedicto XVI , el 1 de mayo de 2011.
El Papa “llegado de tierras lejanas”, como fue definido en el primer encuentro con los fieles en el momento de la clausura del Gran Jubileo por los 2000 años del nacimiento de Jesús, después de 23 años de su pontificado, renovó la exhortación a la confianza, a la esperanza y la misión para el tercer milenio: “¡Duc in altum!”.
Este hecho fue destacado por el propio Papa en su primer Mensaje para la Jornada Misionera Mundial del 14 de junio de 1979 en el que recordó la “feliz coincidencia”: “No podía omitir, entre las intenciones primarias que llenaban mi animo y mi mente en esa ocasión solemne, la referencia al problema siempre presente y urgente de la expansión del Reino de Dios entre los pueblos no cristianos”. Juan Pablo II dirigió al mundo 26 mensajes con motivo de la Jornada Misionera Mundial. El hilo conductor fue la invitación a la corresponsabilidad de todos los miembros de la Iglesia en la obra de la evangelización del mundo, todavía en sus inicios, haciendo hincapié en el papel central desempeñado por las Obras Pontificias Misioneras para la animación y cooperación misionera .
Su intenso pontificado de 26 años, a caballo entre los siglos XX y XXI, difícilmente puede ser sintetizado. Desde el principio, utilizó todos los medios y todas las circunstancias para recordar a todos la validez permanente del mandato misionero de la Iglesia y sobre todo para mantener viva la conciencia misionera del Pueblo de Dios. Entre los eventos más importantes con una connotación misionera específica se puede recordar la Encíclica “Redemptoris Missio” sobre “la validez permanente del mandato misionero” de la Iglesia, del 7 de diciembre de 1990, considerado una piedra miliar para el mundo misionero.
En el contexto de las catequesis que tenía durante la audiencia general de los miércoles, del 5 de abril al 21 de junio de 1995, Juan Pablo II dedicó un ciclo sistemático de 9 catequesis a los elementos fundamentales y esenciales de la misión de la Iglesia, a las piedras angulares sobre las que se basa, así como a los nuevos desafíos de la misión y de las cuestiones relacionadas con el creciente compromiso con el ecumenismo.
En su pontificado, Juan Pablo II realizó 104 viajes misioneros, visitando 129 países y 617 ciudades. Durante estos viajes, pronunció un total de 2.382 intervenciones y recorrió 1.162.615 kilómetros. Además de estos viajes internacionales, el Santo Padre realizó 146 viajes dentro de Italia durante los cuáles visitó 259 localidades y pronunció 906 discursos.
En preparación para el gran jubileo del año 2000, convocó y presidió las Asambleas especiales del Sínodo de los Obispos para analizar y estudiar la situación de los diferentes continentes, haciendo encontrarse en Roma a los Episcopados de África, Asia, América, Oceanía, Europa. Las directrices que surgieron de aquellos vértices históricos fueron recopiladas en varias Exhortaciones Apostólicas. Durante su pontificado, Juan Pablo II elevó a los altares a 1.641 personas de todas las condiciones sociales y de todos los estados religiosos, incluyendo a muchos misioneros de las Iglesias jóvenes. Fue beatificado por su sucesor, Benedicto XVI , el 1 de mayo de 2011.
El Papa “llegado de tierras lejanas”, como fue definido en el primer encuentro con los fieles en el momento de la clausura del Gran Jubileo por los 2000 años del nacimiento de Jesús, después de 23 años de su pontificado, renovó la exhortación a la confianza, a la esperanza y la misión para el tercer milenio: “¡Duc in altum!”.
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