Yangon –Una “Iglesia arco iris”, que reúne a diferentes etnias y culturas en “un nuevo Pentecostés” es la imagen que ha utilizado Su Exc. Mons. Charles Bo, SDB, Arzobispo de Yangon, al describir a la Iglesia birmana, que celebra su Jubileo, inaugurado el 22 de noviembre, recordando el 500 aniversario de la primera evangelización del país. En el mensaje emitido por el Presidente del Episcopado de Birmania y enviado a la Agencia Fides, el Arzobispo recuerda que la Iglesia birmana vive el Jubileo como se describe en la Biblia: “Un tiempo de gracia, de restitución, de acción de gracias, del triunfo de la libertad de los hijos de Dios”. “El Año Jubilar es también un tiempo de descanso”, recuerda el texto. “Descanso de toda opresión, de las guerras, de la pobreza y del sufrimiento. Este es un año de gracia no sólo para los cristianos, sino para todos los hermanos y hermanas de Myanmar”, señala el Arzobispo. “En este Año Jubilar nos reunimos para buscar la justicia, la paz y la prosperidad” es el llamamiento lanzado por la Iglesia birmana. “Para pedir la libertad del odio y de toda forma de opresión. El Año Jubilar abre una época de esperanza, que será inundada de las bendiciones de Dios”.
Recordando que el camino de la Iglesia local comenzó con “un grano de fe sembrado por San Francisco Javier”, el mensaje recuerda la historia de la pequeña comunidad cristiana en Birmania, alimentada por el trabajo de los misioneros dominicos, jesuitas, franciscanos, y luego otras órdenes como OMI, MEP, PIME, La Salette. Los cristianos han mantenido la luz de la fe también “resistiendo a siglos de opresión”señala.
El mensaje indica el camino para la Iglesia en el futuro: si la comunidad se mantendrá firme en la fe - como los primeros cristianos – continuando a participar en la educación y el cuidado de los débiles, podrá ser una referencia para “promover la paz, la reconciliación y la justicia”, y podrá vivir una estación de “nueva evangelización”, confiada principalmente a los laicos. El compromiso misionero es una respuesta “a los sacrificios de los misioneros que llegaron aquí”, señala el texto, escogiendo el enfoque y el espíritu del Buen Pastor “para llegar a aquellos que están fuera de las estructuras parroquiales” y que no han recibido el anuncio del Evangelio de la salvación.
La evangelización de Birmania, hoy Myanmar, comenzó a principios del siglo XVI. Después de entrar en el país, la presencia de sacerdotes dominicos, franciscanos y jesuitas permitió dar a luz a las primeras comunidades cristianas, que poco a poco se han consolidado. Hoy la Iglesia en Myanmar consiste en 16 diócesis y tiene alrededor de 750 mil fieles, que son aproximadamente el 1,3% de la población.
Recordando que el camino de la Iglesia local comenzó con “un grano de fe sembrado por San Francisco Javier”, el mensaje recuerda la historia de la pequeña comunidad cristiana en Birmania, alimentada por el trabajo de los misioneros dominicos, jesuitas, franciscanos, y luego otras órdenes como OMI, MEP, PIME, La Salette. Los cristianos han mantenido la luz de la fe también “resistiendo a siglos de opresión”señala.
El mensaje indica el camino para la Iglesia en el futuro: si la comunidad se mantendrá firme en la fe - como los primeros cristianos – continuando a participar en la educación y el cuidado de los débiles, podrá ser una referencia para “promover la paz, la reconciliación y la justicia”, y podrá vivir una estación de “nueva evangelización”, confiada principalmente a los laicos. El compromiso misionero es una respuesta “a los sacrificios de los misioneros que llegaron aquí”, señala el texto, escogiendo el enfoque y el espíritu del Buen Pastor “para llegar a aquellos que están fuera de las estructuras parroquiales” y que no han recibido el anuncio del Evangelio de la salvación.
La evangelización de Birmania, hoy Myanmar, comenzó a principios del siglo XVI. Después de entrar en el país, la presencia de sacerdotes dominicos, franciscanos y jesuitas permitió dar a luz a las primeras comunidades cristianas, que poco a poco se han consolidado. Hoy la Iglesia en Myanmar consiste en 16 diócesis y tiene alrededor de 750 mil fieles, que son aproximadamente el 1,3% de la población.
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