(RV).- Las obras de misericordia que realizamos nos perfuman el alma, pues en los que sufren y piden ayuda reconocemos el rostro de Cristo, destacó el Papa Francisco, señalando la importante actualidad y urgencia del compromiso de los cristianos en la solidaridad activa hacia los migrantes.
Son algunas de las exhortaciones que pronunció el Sucesor de Pedro en su última audiencia general de octubre, cuya catequesis tituló «Acoger al extranjero y vestir al desnudo», y a la que dedicamos nuestro espacio.
Haciendo hincapié en que el Señor Jesús nos presenta las obras corporales de misericordia para que mantengamos siempre viva y dinámica nuestra fe, el Papa subrayó que todos juntos somos una gran fuerza para ayudar y sostener a los hermanos y hermanas que huyen de las guerras, del hambre, de la violencia, de condiciones de vida inhumanas.
¡Pidamos al Señor la gracia de abrirnos al hermano, acogerlo, para poder restituirle la dignidad que, en muchos casos, ha perdido por los abusos, el egoísmo, la criminalidad, así nuestra vida será fecunda y nuestras sociedades recuperarán la paz!
Ésta fue la invitación del Papa Francisco en sus palabras a los peregrinos de lengua española, la escucharemos junto con el resumen de su catequesis en español.
«Al finalizar el mes de octubre deseo recomendar el rezo del Rosario», señaló asimismo el Papa Francisco y subrayó que el Rosario «es una síntesis de la Divina Misericordia. En los misterios del Rosario, contemplamos con María la vida de Jesús, que irradia la misericordia del Padre. Alegrémonos en su amor y perdón, acojámoslo en los extranjeros y necesitados, vivamos cada día su Evangelio».
En la Voz de los Peregrinos en la Plaza de San Pedro, el testimonio de algunas misioneras de la Congregación de la Inmaculada Concepción de Castres, que desarrollan su apostolado ayudando a los más necesitados también en África.
(CdM – RV)
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