REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita guillermo Ortiz
Con lectura del Evangelio 5 minutos
En realidad ver a Jesús en el Evangelio es fácil porque está siempre en la calle, en las periferias de pobres y enfermos, en el Templo. También para mí y para vos sería fácil encontrarlo porque es el Hijo de Dios que se hizo hombre precisamente para salirnos al encuentro. Pero paradójicamente tenemos que hacer algo para encontrarlo, aunque sea mínimo, como abrir y leer el Evangelio, o entrar en el templo, en la iglesia o realizar un rito de oración aunque sea sencilla.
En el Evangelio de este domingo Jesús está rodeado de tanta gente que Zaqueo, que era de baja estatura, no alcanza a verlo. Pero Zaqueo no pone como excusa que Dios lo hizo así o alguna otra cosa, sino que se sube arriba de un árbol, de modo que queda más alto que todos los otros. Jesús lo ve y lo llama: “Zaqueo baja pronto porque hoy tengo que alojarme en tu casa”.
El encuentro es muy singular porque afuera de la casa están los fundamentalistas que acusan a Jesús de juntarse con los pecadores, mientras que dentro de la casa Zaqueo feliz con la visita de Jesús se convierte y decide vivir para amar y servir. @jesuitaGuillo
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