VATICANO, 27 Abr. 16 (ACI/EWTN Noticias).-
El terremoto que el pasado 16 de abril golpeó Ecuador es considerado ya el mayor desastre regional desde 2010, con más de 650 muertos, 4.605 heridos y cerca de cien desaparecidos; ante hechos así, el Vaticano se moviliza rápidamente para prestar socorro a las víctimas a través del Pontificio Consejo Cor Unum, encargado de realizar obras de caridad en nombre del Papa.
Mons. Segundo Tejado Muñoz, Subsecretario de dicho dicasterio, explicó a ACI Prensa que a Ecuador “hemos enviado 100.000 dólares al Nuncio Apostólico, para que los distribuya entre las diócesis más afectadas, para una primera ayuda del Santo Padre”. “Esto lo hacemos desde Cor Unum con cada emergencia que se produce, como este terremoto”, recordó.
Mons. Tejado indicó que estos fondos son producto de donaciones para que el Santo Padre ejerza su primado de caridad” y se canalizan siempre “a través de la Nunciatura Apostólica y las diócesis”.
No obstante, asegura que “Cor Unum no es una agencia como por ejemplo Cáritas, y no poseemos infraestructura para hacer envíos de materiales. Esto lo hacen las agencias de ayuda y emergencia que, gracias a Dios, son muchas y ya están en Ecuador trabajando”.
Mons. Tejado afirma que “el Santo Padre sabe que Cor Unum, después de una emergencia, ayuda en su nombre inmediatamente las poblaciones afectadas”. “Algunas veces podemos hablar con el Papa de la situación y él nos da indicaciones, otras nos movemos rápidamente y hacemos saber al Papa las acciones que hemos tomado. Depende de cada situación”, señala.
Cuando llevan ayuda a algún lugar, asegura que “es sobre todo el gesto del Papa lo que conmueve a las personas, porque la cantidad es simbólica”. “No son cantidades que resuelven los problemas, pero sí son un signo de la cercanía del Papa a las poblaciones que sufren”.
Asimismo, explicó que “en un segundo momento, fruto de las ofertas recibidas, realizamos, siempre a nombre del Papa, un proyecto de reconstrucción: así hemos hecho en Haití, donde hemos realizado una escuela; en Filipinas, donde, después del Tifón, hemos construido un centro para huérfanos y ancianos, etc.”.
Sin embargo, Mons. Tejado aseguró que “la acción de la Iglesia no se para aquí” porque “nada más producirse una catástrofe de este tipo, se mueven todas las agencias de emergencia que la Iglesia tiene: este ejército de voluntarios, profesionales y de recursos es el que constituye la verdadera ayuda que la Iglesia ofrece, porque son los fieles de las iglesias que aportan su contribución para realizar proyectos en los países afectados”.
El Subsecretario del Cor Unum también cuenta que además de la ayuda material “podemos mandar el calor del Papa hacia los que sufren a través de nuestras acciones”.
Finalmente, sobre la situación del país sudamericano, Mons. Tejado indicó que “estamos ya preparando un viaje a Ecuador para llevar esta cercanía de toda la Iglesia, y especialmente del Papa, a estas poblaciones”.
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