(RV).- Tras los acontecimientos recientes en Venezuela, donde el Tribunal Supremo votó para privar de toda la función a la Asamblea Legislativa – cuya amplia mayoría se encuentra en manos de la oposición – , asumiendo todas las funciones y dando poderes plenos al gobierno del presidente Nicolás Maduro, y provocando de este modo protestas nacionales e internacionales, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) emitió un comunicado, recibida por Fides, expresando su posición: “se trata de una nueva crisis nacional sumamente grave que lesiona la democracia y la convivencia de los venezolanos”, expresan los obispos en el comunicado signado 31 de marzo de 2017.
Decisiones moralmente inaceptables
“En nuestra condición de pastores de la Iglesia Católica, – prosiguen los Obispos – sentimos que estamos ante unas ejecutorias que desconocen e inhabilitan el órgano público que representa la soberanía popular, en función del ejercicio omnímodo y unilateral del poder, sin tomar en cuenta a la gente. Son decisiones moralmente inaceptables y, por tanto, reprobables. Las dos sentencias, producto de unas medidas que sobrepasan el ejercicio equitativo del poder, han provocado reacciones de numerosos países y pueden generar en Venezuela una escalada de violencia”.
Puertas abiertas a la arbitrariedad, corrupción y persecuciones
La CEV advierte sobre las posibles consecuencias, “la eliminación de la Asamblea Nacional, suplantándola por una representación de los poderes judicial y ejecutivo, es un desconocimiento absoluto de que la soberanía reside en el pueblo y de que a él le toca, en todo caso, dar su veredicto. Una nación sin parlamento es como un cuerpo sin alma. Está muerto y desaparece toda posibilidad de opinión divergente o contraria a quienes están en el poder. Se abre la puerta a la arbitrariedad, la corrupción y la persecución, un despeñadero hacia la dictadura siendo, como siempre, los más débiles y pobres de la sociedad los más perjudicados”.
Actuar de manera pacífica pero contundente
Los prelados aseveran además que “desconocer la existencia del otro y sus derechos es, sencillamente, destruir toda posibilidad de convivencia democrática y plural”, y en la cercanía de la Semana Santa, recuerdan que “para los católicos la conmemoración de los atropellos contra Nuestro Señor Jesucristo es un urgente llamado a tomar conciencia y a actuar de manera pacífica pero contundente ante la arremetida del poder. No se puede permanecer pasivos, acobardados ni desesperanzados. Tenemos que defender nuestros derechos y los derechos de los demás. Es hora de preguntarse muy seria y responsablemente si no son válidas y oportunas, por ejemplo, la desobediencia civil, las manifestaciones pacíficas, los justos reclamos a los poderes públicos nacionales y/o internacionales y las protestas cívicas”.
Desde Venezuela el padre Johan Pacheco informa para Radio Vaticano:
“La política y la democracia venezolana han dado un paso al vacío con la reciente ley del Tribunal Supremo de Justicia que desconoce plenamente los poderes de la Asamblea Nacional y otorga todas sus funciones al presidente de Venezuela. Una situación que fractura la democracia en el país porque en primer lugar, desconoce la elección legítima de los diputados de la asamblea que fueron elegidos por el pueblo venezolano.En segundo lugar deja de reconocer la independencia de los poderes y trata de concentrar toda la autoridad en una sola persona, lo cual no es democracia. Y en tercer lugar porque daña los propósitos del supuesto diálogo que buscaba mejorar la situación del país. Sin embargo, unidos en el llamado de la iglesia y del Papa Francisco debemos seguir insistiendo en la búsqueda de una solución pacífica, en donde los líderes políticos tanto de gobierno como de oposición, dejen de pensar en sus intereses personales y empiecen a preocuparse por los problemas de la población, que en medio de esta crisis política sigue inmersa en la crisis económica que causa la escasez de medicinas y también de alimentos”.
(Griselda Mutual – Radio Vaticano)
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