Reflexiones en Frontera, jesuita Guillermo Ortiz
“Queridos hermanos egipcios, jóvenes y ancianos, mujeres y hombres, musulmanes y cristianos, ricos y pobres… los abrazo cordialmente y le pido a Dios Omnipotente que bendiga y proteja su País de todo mal”, lo dice Francisco en su mensaje previo a la visita al país.
“Me siento verdaderamente feliz al venir como amigo, como mensajero de paz y como peregrinos al País que, hace más de dos mil años, dio refugio y hospitalidad a la Sagrada Familia que huyó de las amenazas del rey Herodes” expresa el obispo de Roma. “¡Los saludo cordialmente y les agradezco por haberme invitado… Deseo que esta visita sea un abrazo de consolación y de aliento a todos los cristianos de Oriente Medio; un mensaje de amistad y de estima a todos los habitantes de Egipto y de la Región; un mensaje de fraternidad y de reconciliación para todos los hijos de Abraham, en especial para el mundo islámico, en el que Egipto ocupa un lugar de primer plano. Anhelo que sea asimismo una válida contribución para el diálogo interreligioso con el mundo islámico y para el diálogo ecuménico con la venerada y amada Iglesia Copto- Ortodoxa.
Nuestro mundo, desgarrado por la violencia ciega – que ha golpeado también el corazón de vuestra querida tierra – tiene necesidad de paz, de amor y de misericordia; tiene necesidad de constructores de paz y de personas libres y liberadoras, de personas valientes que saben aprender del pasado para construir el futuro sin encerrarse en prejuicios; tiene necesidad de constructores de puentes de paz, de diálogo, de hermandad, de justicia y de humanidad". @jesuita Guillo
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