Niamey - Hoy, 25 de abril, se celebra el Día Mundial contra la Malaria, una enfermedad que mata cada año a más de un millón de personas, de estos el 75 % de ellos son niños africanos. Cada 30 segundos uno de ellos muere. Las madres también están en riesgo: en las zonas endémicas esta enfermedad es directa o indirectamente, la responsable del 30 % de la mortalidad materna, pese a que se trata de una enfermedad que se puede prevenir, diagnosticar y tratar con facilidad. Según la información recibida por la Agencia Fides, en 2013 la ONG Médicos sin Fronteras , lanzó en Níger la quimioprofilaxis contra la malaria, una estrategia de prevención eficaz gracias a la cual fueron tratados 206.000 niños menores de 5 años de edad en más de 1.045 aldeas de los distritos de Magaria, Madaoua, Bouza, Madarounfa y Guidam - Roumji, en las regiones de Zinder, Tahoua y Maradi. La organización ha empleado a más de 2.000 agentes sanitarios para sensibilizar a la comunidad y animar a los padres a llevar a sus hijos a 179 puntos de distribución de dosis mensuales de medicamentos, en 75 sitios creados en las casas de los líderes de las aldeas o en chozas, además de ser distribuida por 99 equipos que pasaban de puerta en puerta .
El tratamiento recomendado por la Organización Mundial de la Salud en las zonas de África subsahariana, donde hay una alta incidencia de la enfermedad, es parte de una campaña para la prevención farmacológica de la malaria estacional , que ha hecho que se registre un 83% menos de casos en los países interesados. Aunque la enfermedad es endémica en Níger, el país tiene que enfrentarse cada año a un fuerte incremento de casos durante la temporada de lluvias, que va de julio a octubre y, como es lógico, se corresponde con el período de alta transmisión de la enfermedad. La SMC es una parte integral del programa nacional contra la malaria y es particularmente eficaz en situaciones de malnutrición generalizada y de anemia, ya que permite reducir el número de casos complejos en los países donde el acceso a la atención médica es limitada, como sucede en Níger. Sin embargo, no previene todos los casos de malaria.
El equipo de la ONG en Níger, y otras organizaciones en otras áreas, están preparando una segunda campaña masiva dirigida a más de 400.000 niños a partir del próximo mes de julio, en las mismas regiones del 2013. MSF completará la intervención con la identificación y haciéndose cargo de la desnutrición infantil sistemática. De hecho, cada año el pueblo nigeriano se enfrentan además de a la malaria, a la crisis de los alimentos, debido a que la temporada de lluvias coincide con el período después de la siembra, cuando la cosecha aún no está lista, las reservas de alimentos de primera necesidad se terminan y los precios de los alimentos son los más altos en el mercado.
El tratamiento recomendado por la Organización Mundial de la Salud en las zonas de África subsahariana, donde hay una alta incidencia de la enfermedad, es parte de una campaña para la prevención farmacológica de la malaria estacional , que ha hecho que se registre un 83% menos de casos en los países interesados. Aunque la enfermedad es endémica en Níger, el país tiene que enfrentarse cada año a un fuerte incremento de casos durante la temporada de lluvias, que va de julio a octubre y, como es lógico, se corresponde con el período de alta transmisión de la enfermedad. La SMC es una parte integral del programa nacional contra la malaria y es particularmente eficaz en situaciones de malnutrición generalizada y de anemia, ya que permite reducir el número de casos complejos en los países donde el acceso a la atención médica es limitada, como sucede en Níger. Sin embargo, no previene todos los casos de malaria.
El equipo de la ONG en Níger, y otras organizaciones en otras áreas, están preparando una segunda campaña masiva dirigida a más de 400.000 niños a partir del próximo mes de julio, en las mismas regiones del 2013. MSF completará la intervención con la identificación y haciéndose cargo de la desnutrición infantil sistemática. De hecho, cada año el pueblo nigeriano se enfrentan además de a la malaria, a la crisis de los alimentos, debido a que la temporada de lluvias coincide con el período después de la siembra, cuando la cosecha aún no está lista, las reservas de alimentos de primera necesidad se terminan y los precios de los alimentos son los más altos en el mercado.
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