Durante el congreso se informará sobre el nuevo sistema de climatización e iluminación de la Sixtina, puesto a punto en los tres últimos años, y necesario como explicó Paolucci por el gran flujo de visitantes al que está sometida: más de seis millones anuales y a veces hasta de veinte mil personas al día. ''Hacía falta -aseguró- una intervención radical que garantizase el recambio de aire, la anulación del polvo y otros agentes contaminantes, el control de la temperatura y la humedad y un nivel aceptable de anhídrido carbónico que, a largo plazo, podían representar una amenaza para la conservación de las pinturas murales, los casi 2.500 metros cuadrados que constituyen la antología artística más importante del Renacimiento italiano''. También era necesaria una iluminación nueva, ligera y al mismo tiempo total sin ''invadir'' la compleja realidad iconográfica, estilística e histórica de la Sixtina.
Por lo tanto ninguna exacerbación luminosa sobre Miguel Ángel, sino la posibilidad de una observación tranquila pero capaz de precisar con todo detalle y enteramente ''ese gran catecismo que tres papas (Sixto IV, Julio II y Pablo III) quisieron desplegar en las paredes y en la bóveda de la que ha sido siempre para todos ''la capilla del mundo''.
(RC-RV)
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