
Sin embargo durante la firma del acuerdo, el presidente Kiir, entregó a los mediadores un adjunto de 12 páginas que enumera varias cuestiones consideradas controvertidas por el gobierno.
La reserva principal se refiere al cargo de primer vicepresidente, creado junto al vicepresidente, atribuido a los rebeldes, liderados por Riek Machar. Está previsto que Kiir consulte a su primer vicepresidente para tomar decisiones “colegiales”.
Riek Machar había sido vicepresidente bajo Kiir, antes de que éste último le hiciese dimitir. Unos meses después de su derrocamiento, Machar había sido acusado de un intento de golpe de estado que provocó la guerra civil en diciembre de 2013.
Otros puntos en discusión se refieren a la distribución de escaños en favor de los rebeldes en los gobiernos de los tres estados clave , la desmilitarización de la capital federal, Juba y los 18 meses previstos para la unificación, bajo un nuevo nombre, de las fuerzas que han luchado entre sí en la guerra. Kiir afirma que ya hay un ejército regular, cuyo nombre debe permanecer sin cambios, y con respecto a Juba, invocando una “cuestión de soberanía”, contesta la imposición de la retirada de todas las unidades de combate a 25 kilómetros de la capital dentro de 90 días de la entrada en vigor del acuerdo.
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