Cuba: en el altar papal de Holguín, la Virgen del Cobre y un Cristo tallado

Continúan los trabajos del estrado para la misa que el Francisco presidirá en la Plaza Calixto García de Holguín el próximo 21 de septiembre

Roma, 25 de agosto de 2015 (ZENIT.org) Sergio Mora | 0 hits

Durante el viaje apostólico a Cuba, el altar en donde el Papa Francisco presidirá la santa misa el próximo 21 de septiembre en Holguín, está siendo levantado sobre la plataforma existente en la Plaza Calixto García, una estructura metálica de tres cuerpos principales, precedida como elemento decorativo de un frontis que simula el mar que baña las costas de Cuba

Lo indica la web de la Conferencia Episcopal de Cuba en un par artículos firmados por Vicente Álvarez Morell, en los cuales se indica que la imagen del Cristo crucificado de tamaño natural de la Iglesia Parroquial Mayor de San Jerónimo de Las Tunas, ha salido por primera este domingo 23 de agosto del templo parroquial para ser colocado en dicho altar.

El diseño del estrado y altar, indica, es es fruto de un trabajo en equipo de la arquitecta Ana Luisa Salceda Hernández, del ingeniero Eugenio Gómez Arias, y del laico santaclareño Armando Valdueza Moriano, y añade que ha sido considerado muy simbólico el haber elegido un frontispicio con la imagen del mar y la silueta de la Virgen de la Caridad, hallada en aguas de la Bahía de Nipe.
 
Estarán además del crucifijo de la Iglesia de San Jerónimo de Las Tunas, la imagen en bronce de la Virgen de la Caridad del Cobre que después será depositada en la Iglesia de Barajagua. 
 
La talla policromada del Cristo, ha sido lograda con gran maestría y oficio, con un modelado acorde con los cánones académicos donde a través del modelado, el color y la textura la autora supo captar la agonía del pasaje bíblico. Su autora es Cruz Medina de la Cueva, que donó el costo de la mano de obra. Los fondos fueron recaudados entre los católicos tuneros para la compra de los materiales para su realización. 

La confección de la obra hecha en la década de los 70 duró tres años. Durante este tiempo no contó con ninguna imagen de modelo, por lo que se considera este retablo como una obra escultórica de gran valía.

Antes de ser definitivamente concluida la autora pidió a la feligresía que hicieran promesas al Cristo crucificado y las depositaran --en pequeños papeles-- dentro del cuerpo del Cristo para finalmente sellarlo”. La imagen fue restaurada en 1996 por Jorge Luis Smith Miranda quien asesorado por la artista y católica tunera Cándida Luz Rivero Téllez devolvió los colores originales a la pieza tras varios intentos fallidos de restauraciones.