Lima – En Perú está aumentando de forma desmesurada el consumo de drogas entre niños y adolescentes. Los datos más fiables se refieren a los estudiantes de secundaria. El último estudio nacional llevado a cabo por la Comisión Nacional para el Desarrollo y la Vida sin Drogas entre los escolares, ha determinado que la edad media a la que los niños comienzan a consumir alcohol y tabaco es de 13.3 años. En el caso de la marihuana comienzan a los 14,3 años, de la cocaína a los 14,2 y pasta a base de cocaína a los 14 años, mientras que con la ketamina, una especie de anestesia, a los 12 años. A los 12,9 años ya usan tranquilizantes y estimulantes.
Según la investigación llevada a cabo por el Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas en los menores de edad, el alcohol es la sustancia que más se consume, seguido de la marihuana, inhaladores y drogas a base de cocaína. Hay varios espacios y lugares donde los niños suelen ser propensos a iniciar con el uso de drogas: fiestas o discotecas, en su propio barrio, en las calles, en la playa y cerca de las escuelas. El inicio del consumo de drogas depende de varios factores, como la personalidad, los aspectos psicológicos, la familia. Las estructuras escolares se han comprometido en colaborar con las estructuras sanitarias para ofrecer ayuda profesional especializada con el fin de prevenir la propagación del abuso y la adicción. Es fundamental que los tutores y maestros vigilen de cerca a los estudiantes e informen con prontitud de cualquier caso sospechoso.
Según la investigación llevada a cabo por el Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas en los menores de edad, el alcohol es la sustancia que más se consume, seguido de la marihuana, inhaladores y drogas a base de cocaína. Hay varios espacios y lugares donde los niños suelen ser propensos a iniciar con el uso de drogas: fiestas o discotecas, en su propio barrio, en las calles, en la playa y cerca de las escuelas. El inicio del consumo de drogas depende de varios factores, como la personalidad, los aspectos psicológicos, la familia. Las estructuras escolares se han comprometido en colaborar con las estructuras sanitarias para ofrecer ayuda profesional especializada con el fin de prevenir la propagación del abuso y la adicción. Es fundamental que los tutores y maestros vigilen de cerca a los estudiantes e informen con prontitud de cualquier caso sospechoso.
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