Padre Federico Lombardi: el Viaje del Papa a Tierra Santa nos invita a una reflexión tranquila

(RV).- (con audio) 00:10:11:76 Entrevistado por nuestro colega del programa italiano Alessandro Gisotti, p. Federico Lombardi SJ, Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de Radio Vaticana, hace un repaso sobre algunas de las respuestas de Papa Francisco a los periodistas en su viaje de regreso a Roma desde Tierra Santa, quien, además de detenerse en el histórico viaje, toca otros puntos como el del próximo Sínodo para la Familia.

R. - Hemos visto un increíble número de eventos, significados, y creo que el hecho de que se hayan concentrado en tan poco tiempo nos debe invitar, ahora, a una reflexión tranquila, de modo de poder asimilarlos en su gran riqueza, porque si los tenemos apretados todos juntos quizá corremos el riesgo de perder muchos aspectos. Por lo tanto, ciertamente, está el aspecto ecuménico del encuentro con el Patriarca Bartolomé que ha sido un poco la ocasión de este viaje. Pero, sean la dimensiones de las relaciones con el mundo judío y con el mundo musulmán, sean los temas del clima de paz que se debe construir y el cómo, han sido temas formidables sobre los cuales es necesario meditar largamente para percibir la riqueza. Diría que hemos percibido que han pasado 50 años de aquel primer encuentro (entre Pablo VI y Atenágoras); no han pasado inútilmente desde el punto de vista ecuménico, las relaciones con la ortodoxia en particular, sino también con todas las confesiones cristianas. Ciertamente, la celebración, rezando juntos en la Basílica del Santo Sepulcro, fue un momento particularmente intenso desde el punto de vista espiritual. Otro momento particularmente intenso desde el punto de vista espiritual en lo que respecta el peregrinaje del Papa en la Tierra Santa, fue también la Misa conclusiva en el Cenáculo: un lugar de fortísima inspiración, lugar de la Eucaristía, lugar del Pentecostés, del descenso del Espíritu…por tanto, no se pierde tampoco este momento y esta dimensión espiritual que el Papa, aún en tiempos tan breves, ha vivido muy profundamente.



P. - Apéndice del viaje, como en su regreso desde Río de Janeiro, fue la conferencia de prensa en el avión. Una vez más impactó la libertad del Papa, que no tiene temor de hacer frente a cualquier pregunta.



R. - Sí, estoy realmente impresionado. No sólo no teme, sino que quiere estar disponible para hacer frente a cualquier cuestión. Yo traté, durante el viaje a Río de Janeiro, también incluso ahora, tal vez de limitar, para contener el tiempo y el número de preguntas, también para orientar los argumentos más en relación a su viaje. El Papa, no. Quiso explícitamente una apertura total, una total disponibilidad a responder cualquier pregunta que le fuera hecha. También ha querido continuar a dar mucho tiempo a disposición, y fueron sólo los limites necesarios de un viaje que no era larguísimo, como el regreso de Tierra Santa a Roma, los que luego han limitado el tiempo que él habría aún prolongado.



P. - En respuesta a una pregunta, Papa Francisco habló del estatuto de Jerusalén reafirmado la visión de la Iglesia católica sobre esto…

R. - Sí, éste es un punto importante, hubo una pregunta sobre este tema sobre el cual el Papa dijo claramente que el problema desde un punto de vista, digamos así, político, de la soberanía territorial sobre la ciudad, si debe ser la capital de un estado o de dos, cuáles deben ser las fronteras, no es competencia de la Santa Sede, sino que debe ser resuelta mediante negociaciones bilaterales entre las partes interesadas, entre los israelíes y los palestinos, y también debe tener en cuenta las resoluciones de las Naciones Unidas. Así que este aspecto no es responsabilidad del Papa o de la Santa Sede. La Santa Sede hizo hace mucho tiempo su formulación sobre el estatuto, podemos decir, ‘particular’ de la Ciudad Santa. Por tanto a la Santa Sede interesa la dimensión religiosa de la ciudad, sobre todo de la “Ciudad Vieja”, que es aquella en donde se encuentran los lugares santos, que interesan a los cristianos, también a los judíos y a los musulmanes del mundo entero.

Por lo tanto, para esta “Jerusalén histórica” y sagrada, la Santa Sede desea que no pueda ser reclamada exclusivamente por sí misma por alguna de las partes, porque es un patrimonio que pertenece al mundo entero y porque los lugares santos no son museos o monumentos, sino que deben ser lugares en los cuales las comunidades de los creyentes puedan también estar presentes, vivir su fe. Por ello, la Santa Sede tradicionalmente habla de un estatuto especial internacionalmente garantizado que pueda asegurar el carácter histórico, material y religioso de los lugares santos. Como también el libre acceso a los residentes y peregrinos, sean ellos locales o provenientes de las diversas partes del mundo.



P. – Hicieron el giro del mundo las palabras del Papa que compara la pedofilia por parte de un miembro del clero a una misa negra. ¿Usted cómo ha recibido estas palabras?



R. - El Papa dijo cosas importantes a propósito del tema de la pedofilia sobre el cual fue nuevamente interrogado. Pedofilia, en particular en el caso de personas con ministerios o responsabilidades en la Iglesia católica. Aunque sabemos que el problema es mucho más amplio. El Papa hizo esta comparación que es bastante original. Es un poco su característica, hacer comparaciones fuertes. Desde el punto de vista de la sacralidad de la vida humana, en particular de la vida de niños inocentes, que es violada por este delito. Entonces, la misa negra es un sacrilegio, es cuando el Cuerpo de Cristo es manipulado para ser ofendido y por lo tanto es un delito desde el punto de vista de nuestra fe, de nuestro modo de ver el Sacramento de la Eucaristía: un crimen absolutamente gravísimo, de desprecio de la dignidad del Cuerpo de Cristo. El hecho de comparar esto al delito de pedofilia es una condena de una dureza increíble, para un creyente tal vez, es la condena más dura que se puede dar, porque dice: estamos violando la carne de Cristo, en práctica estamos violando una dignidad que para nosotros es sagrada, que es aquella de los niños inocentes. Así que, en este sentido, es una comparación que cuenta con una condena fundamental fortísima por parte del Papa para este tipo de delitos. El Papa ha reafirmado el deseo de una acción decisiva, que no se detenga ni siquiera frente a la dignidad episcopal, si hay grave responsabilidad en la cual intervenir. El Papa no ha entrado en el tema específico de las responsabilidades de los obispos por omisión, sin embargo tiene bien presente también que la responsabilidad de los que gobiernan también puede ser por cosas no hechas, no sólo por el mal hecho personalmente. Éste es un problema que tiene bien presente y en el cual, cierto, se aplica también el principio que él ha manifestado de la responsabilidad, que debe ser tenida en consideración. Pero no ha entrado en esta dimensión específica.



P. - El Papa también habló sobre la reforma de la curia, del IOR. Reforma, dijo, que debe ser continua, incluso si se encuentran problemas...



R. – Sí, por supuesto, sabemos que este es un tema sobre el que hay una gran atención, continua. Y el Papa dijo - como había dicho en otras ocasiones – que una parte que ha sido un poco “anticipada” es aquella que se refiere a las cuestiones de carácter económico, porque se habían manifestado, digamos así, a la atención pública, y por lo tanto era necesario intervenir con una cierta urgencia o una cierta prioridad. También hizo referencia a los trabajos en curso en el IOR, con las diversas comisiones, y el hecho de la aclaración de las cuentas, es decir, de aquellos que tienen un título atendible para poder gozar de este servicio.



P. - Por último, el Papa ha querido precisar que el próximo Sínodo sobre la Familia no es el "Sínodo sobre la comunión para divorciados o no". Aquí también Francisco instó a evitar la reducción de los casos en cuestión…



R. - Sí, ésta ha sido una intervención muy importante. De hecho, el Papa habló largo y tendido en respuesta a esta pregunta. Se ve que de hecho se preocupa de que el Sínodo y el camino del Sínodo se preserven en su gran amplitud pastoral. El tema de la familia, de su misión, del testimonio cristiano en la vida familiar, es un tema enorme, un tema enorme, vital y crucial. Por lo tanto, el hecho de limitarse a veces a tocar un punto – por cuanto delicado, doloroso e importante como aquel de la Comunión a los divorciados – constituye el riesgo de limitar mucho la perspectiva y la atención. Mientras que es un grandísimo servicio para todo el pueblo cristiano, y quisiera decir para la humanidad, el hecho de hacer una gran reflexión sobre la familia, sobre su naturaleza, sobre cómo conservar y promover los valores para el servicio de todos, del amor entre el hombre y la mujer, y así sucesivamente. Así que está en el corazón del Papa que no haya reducciones de horizontes en el camino sinodal, siendo el camino sinodal largo: ahora está el sínodo de este otoño, luego será el del próximo año…Es un largo camino. Conservemos verdaderamente la amplitud y la importancia de la problemática a tratar, sin reducirnos a pensar, por cuanto sensible, que sea tan sólo uno el punto a tratar.



(GM - RV).



May 31, 2014 at 08:47AM
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