Yakarta – Para los fieles de Yakarta, la Cuaresma es un tiempo especial para realizar la misión en las periferias. Según la información de la Agencia Fides, las comunidades de la Archidiócesis, desde las parroquias más grandes a las más pequeñas, de las congregaciones religiosas a los grupos laicos y las asociaciones,todos tratan de responder al llamamiento lanzado por el Papa Francisco, y por ello han puesto en marcha una actividad pastoral especial para llevar el Evangelio a las situaciones en las que se vive la dificultad, la pobreza y a la marginación.
La misión en las periferias es el tema central de la carta pastoral de Cuaresma enviada por el Arzobispo de Yakarta, Su Exc. Mons. Ignacio Suharyo Hardjoatmodjo, y entregada a todas las comunidades locales. En el texto, el Arzobispo pide que se ore “para que cada uno, las familias y la comunidad, sean cada vez más agradecidas y reflexivas” alentando a todos los fieles a “encarnar el espíritu de gratitud”.
La Cuaresma es “un tiempo de peregrinación espiritual que será más significativa si está marcado por la oración”, que permite “cosechar los frutos de la redención de la nueva vida que nos ha dado Dios”, en el que “hacer todo para la gloria de Dios”, escribe Mons. Suharyo.
El Arzobispo reflexiona sobre “la dinámica de la Eucaristía” y propone como modelo para todos los creyentes: como Cristo se hace “pan partido” para alimentar la vida de los discípulos, por lo que cada cristiano está llamado a “convertirse en pan” ofreciéndose a sí mismo por la vida de otros. Especialmente acompañando y cuidando de los leprosos “de nuestro tiempo”, los marginados de hoy, los que son rechazados y abandonados, que viven en la pobreza, son víctimas de la trata o de la delincuencia humana y su dignidad humana es pisoteada.
La misión en las periferias es el tema central de la carta pastoral de Cuaresma enviada por el Arzobispo de Yakarta, Su Exc. Mons. Ignacio Suharyo Hardjoatmodjo, y entregada a todas las comunidades locales. En el texto, el Arzobispo pide que se ore “para que cada uno, las familias y la comunidad, sean cada vez más agradecidas y reflexivas” alentando a todos los fieles a “encarnar el espíritu de gratitud”.
La Cuaresma es “un tiempo de peregrinación espiritual que será más significativa si está marcado por la oración”, que permite “cosechar los frutos de la redención de la nueva vida que nos ha dado Dios”, en el que “hacer todo para la gloria de Dios”, escribe Mons. Suharyo.
El Arzobispo reflexiona sobre “la dinámica de la Eucaristía” y propone como modelo para todos los creyentes: como Cristo se hace “pan partido” para alimentar la vida de los discípulos, por lo que cada cristiano está llamado a “convertirse en pan” ofreciéndose a sí mismo por la vida de otros. Especialmente acompañando y cuidando de los leprosos “de nuestro tiempo”, los marginados de hoy, los que son rechazados y abandonados, que viven en la pobreza, son víctimas de la trata o de la delincuencia humana y su dignidad humana es pisoteada.
Publicar un comentario