REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
Hay una condición fundamental para recibir el consuelo de Dios: hacerse pequeños como niños, como un niño en brazos de su madre, dijo Francisco comentando el Evangelio de la fiesta de Santa Teresa del Niño Jesús en Georgia. “Para recibir el amor de Dios es necesaria esta pequeñez del corazón”
El Obispo de Roma en peregrinación misionera por el Cáucaso puso como modelo de este hacerse pequeño a la santa carmelita: “Ella nos señala su pequeño camino hacia Dios, ‘el abandono del niñito que se duerme sin miedo en brazos de su padre’, porque ‘Jesús no pide grandes hazañas, sino únicamente abandono y gratitud’. Y citando a la monja de Lisieux afirmó: “Lamentablemente Dios encuentra pocos corazones que se entreguen a él sin reservas, que comprendan toda la ternura de su amor infinito”. La joven santa y Doctora de la Iglesia, por el contrario, era experta en la “ciencia del Amor”. Pidamos hoy, todos juntos –concluyó Francisco-, la gracia de un corazón sencillo, que cree y vive en la fuerza bondadosa del amor, pidamos vivir con la serena y total confianza en la misericordia de Dios. @
Publicar un comentario