El Papa en la catequesis: En su camino en el mundo el hombre nunca está solo

(RV).- Nuestro Dios no es un Dios ausente, secuestrado por un cielo lejanísimo, sino un Dios apasionado por el hombre incapaz de dejarlo solo. Un Dios que nos dijo: «yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20). Una promesa, es más, una certeza, de que el hombre no está solo en su peregrinación sobre la tierra.  

En la catequesis del miércoles 26 de abril el Papa meditó sobre el Evangelio de Mateo para desarrollar su catequesis sobre la esperanza cristiana: “Las palabras del Evangelio de san Mateo que acabamos de escuchar nos aseguran que nuestro Dios es un Dios cercano, que camina a nuestro lado”, dijo en español. Dios Padre, “no es un Dios lejano e indiferente, sino lleno de amor y de ternura por cada hombre y mujer. A diferencia de nosotros, hábiles en arruinar vínculos y derribar puentes, Dios permanece fiel, nunca nos deja solos, sino que camina siempre a nuestro lado, aun cuando nos olvidáramos de él”.

“En su camino en el mundo, el hombre nunca está solo”

En la catequesis impartida en italiano, el Papa puso énfasis en la certeza de la presencia de Dios en la vida de los hombres, y lo hizo a partir de las palabras del mismo Jesús quien nos asegura no sólo que nos espera al final de nuestro largo viaje, sino que nos acompaña en cada uno de nuestros días:  

“La existencia de todo ser humano es un camino, una peregrinación. La Sagrada Escritura está llena de historias de peregrinos y viajeros, como la de Abrahán que, siguiendo la voz del Señor, abandonó su tierra para ir al encuentro de Dios. En el camino de la vida nadie está solo, y para nosotros los cristianos, esta certeza es aún más fuerte, pues las palabras de Jesús: «Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo», nos aseguran que él nos cuida y nos acompaña siempre”.

La fe cristiana está anclada en el cielo

El pontífice también explicó que la cercanía de Dios, el amor de Dios, el caminar de Dios con nosotros se llama “Providencia de Dios”. Ésta constituye una certeza que debemos tener firmemente arraigada en nuestra mente y significa que Él proveerá a satisfacer todas nuestras necesidades y no nos abandonará en el tiempo de la oscuridad y de la prueba. Asimismo el Papa habló de la imagen de la esperanza cristiana, a menudo simbolizada por un ancla, que es sólida y segura porque no se basa en la fuerza de la voluntad humana, sino en lo que Dios ha prometido y realizada en Jesucristo:

“Entre los símbolos cristianos de la esperanza está el ancla, que evidencia cómo la esperanza cristiana no sea un sentimiento indefinido que quisiera mejorar el mundo con la propia fuerza de voluntad, sino la seguridad en lo que Dios nos ha prometido y realizado en Jesús”.

Antes de impartir su bendición, el pontífice deseó que en este tiempo pascual, “la contemplación de Jesús resucitado, que ha vencido a la muerte y vive para siempre, nos ayude a sentirnos acompañados por su amor y por su presencia vivificante, aún en los momentos más difíciles de nuestra vida”.

(Griselda Mutual – Radio Vaticano)

(from Vatican Radio)


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