(ZENIT – 29 Nov. 2017).- Hoy, tercer día del Papa Francisco en la República de la Unión de Myanmar, antigua Birmania, se ha celebrado uno de los momentos más importantes de esta visita apostólica: el encuentro con los monjes budistas del Consejo Supremo ‘Sangha’, en el templo ‘Kaba Aye Centre’, uno de los templos budistas más venerados de Asia sur-oriental.
Tanto por parte del Papa Francisco como por parte del presidente del Consejo de monjes budistas “sangha”, ambos han transmitido en sus discurso un deseo de colaborar juntos para condenar la violencia y la persecución a las minorías étnicas, un “camino que nos permite avanzar, que lleva a la curación, a la mutua comprensión y al respeto”, ha señalado el Papa.
El budismo es la religión mayoritaria de Myanmar. Esta religión, la cuarta más importante del mundo, se originó en la India, y se extendió a gran parte del este de Asia.
La República de Myanmar tiene una población de más de 51 millón de personas, de las cuales más del 87% de esta población es budista, y 500.000 son monjes y novicios.
Al comienzo del encuentro, el Papa fue presentado al 6º Consejo ‘Sangha’ del templo budista, por un delegado, en lengua birmana, y después otro delegado presentó al consejo de monjes budistas en lengua italiana.
Tras las intervenciones del Papa Francisco y del presidente del Consejo budista ‘Sangha’, los dos líderes religiosos se han levantado y se han intercambiado unos regalos, ante la imponente figura de Buda que presidía la sala.
Paloma de la paz
El Papa Francisco ha regalado al Consejo ‘Sangha’ del templo budista ‘Kaba Aye Centre’ una escultura de una paloma blanca, como símbolo de la paz.
Hecho de una ligera aleación de magnesio, esta llamativa “Paloma de la paz”, inspirada en alguna producción de la corriente artística futurista, tiene sus formas aerodinámicas particulares que la aleación de metal de la que está compuesta se utiliza principalmente en la industria de la aviación.
La paloma expresa ese amor “Misericordioso” para Dios por la humanidad, es por eso este símbolo es particularmente querido por Su Santidad el Papa Francisco, quien ha estado trabajando desde el comienzo de su pontificado para revivir las relaciones de paz entre todas las naciones.
Por su parte, el presidente del Consejo ha regalado al Santo Padre la imagen de una pagoda, construcción típica de la cultura budista en Myanmar.
Al término del encuentro, después del intercambio de regalos y fotos, el Santo Padre ha retirado al Arzobispado para una reunión con los Obispos. En el camino, antes de llegar al Palacio Arzobispal, el Papa realiza un viaje de ida y vuelta con el papamóvil que rodea la Catedral de Santa María, donde el día de mañana se celebrará la Santa Misa con los jóvenes.
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