El cristiano se desprende de todo y reencuentra todo en la lógica del Evangelio, la lógica del amor y el servicio, enfatizó el Papa Francisco, renovando su llamamiento por la paz, en este día en que contemplamos con ternura y esperanza la Natividad de la Madre de Dios y con el eco de la invocación a la Reina de la Paz, de la intensa Vigilia de Oración, que convocó y presidió para elevar el grito de la paz.
Luego después del Ángelus el Papa reiteró un nuevo apremiante llamamiento:
«Quisiera agradecer a todos los que, de diferentes maneras, adhirieron a la vigilia de oración y ayuno de anoche. Agradezco a tantas personas que han unido al ofrecimiento de sus sufrimientos. Agradezco a las autoridades civiles, así como a los miembros de otras comunidades cristianas y de otras religiones, y a los hombres y mujeres de buena voluntad que han vivido, en esta ocasión, momentos de oración, ayuno y reflexión.
¡Pero el compromiso continúa, sigamos adelante con la oración y las obras de la paz! Los invito a que sigan rezando para que cese inmediatamente la violencia y la devastación en Siria y se trabaje con un renovado compromiso por una solución justa al conflicto fratricida. Oremos también por los otros países de Oriente Medio, especialmente por El Líbano, para pueda encontrar la estabilidad deseada y siga siendo un modelo de convivencia; por Irak, para que la violencia sectaria deje su camino a la reconciliación; y por el proceso de paz entre israelíes y palestinos, para que progrese con decisión y valentía. Y recemos por Egipto, para que todos los egipcios, musulmanes y cristianos, se comprometan juntos en la construcción de una sociedad unida por el bien de toda la población. ¡La búsqueda de la paz es larga y requiere paciencia y perseverancia!»
(CdM – RV)
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