El don de la piedad no significa tener lástima de alguien, sino que sinónimo de amistad con Dios, dijo el Papa en su catequesis

(RV).- (Con audio) Durante la audiencia general del primer miércoles de junio, en una límpida Plaza de San Pedro bajo el sol primaveral, y ante la presencia de varios miles de fieles y peregrinos de numerosos países, el Papa Francisco dedicó su catequesis al don de la piedad, como don del Espíritu Santo, que se refiere a nuestra relación con Dios, al auténtico espíritu religioso de confianza filial, que nos permite rezar y darle culto con amor y sencillez, como un hijo que habla con su padre.



La palabra la piedad, explicó Francisco no tiene el sentido superficial con que a veces la utilizamos de tener lástima de alguien; sino que nos permite vivir como verdaderos hijos de Dios, con lo cual nos lleva también a amar al prójimo y a reconocer en él a un hermano.



El Papa también dijo que la piedad incluye la capacidad de alegrarnos con quien está alegre y de llorar con quien llora, de acercarnos a quien se encuentra solo o angustiado, de corregir al que yerra, de consolar al afligido, de atender y socorrer a quien pasa necesidad.



Por esta razón, invitó a los participantes en esta audiencia semanal a pedir a Jesús que este don de su Espíritu venza nuestros miedos y nuestras dudas, y nos convierta en testigos valerosos del Evangelio.



(María Fernanda Bernasconi – RV).



Texto completo de la catequesis del Papa Francisco en nuestro idioma:

Queridos hermanos y hermanas:



En la catequesis de hoy mencioné el don de la piedad. Esta palabra, “piedad”, no tiene aquí el sentido superficial con que a veces la utilizamos: tener lástima de alguien. No, no tiene ese significado.



La piedad, como don del Espíritu Santo, se refiere más bien a nuestra relación con Dios, al auténtico espíritu religioso de confianza filial, que nos permite rezar y darle culto con amor y sencillez, como un hijo que habla con su padre. Es sinónimo de amistad con Dios, esa amistad en la que nos introdujo Jesús, y que cambia nuestra vida y nos llena el alma de alegría y de paz.



Éste es el don que nos hace vivir como verdaderos hijos de Dios, nos lleva a amar también al prójimo y a reconocer en él a un hermano. En este sentido, la piedad incluye la capacidad de alegrarnos con quien está alegre y de llorar con quien llora, de acercarnos a quien se encuentra solo o angustiado, de corregir al que yerra, de consolar al afligido, de atender y socorrer a quien pasa necesidad.



Pidamos al Señor que este don de su Espíritu venza nuestros miedos y nuestras dudas, y nos convierta en testigos valerosos del Evangelio.



Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Argentina, México, Guatemala, República Dominicana y otros países latinoamericanos. Que el Corazón de Jesús, al que está dedicado especialmente el mes de junio, nos enseñe a amar a Dios como hijos y al prójimo como hermanos. Gracias.


June 04, 2014 at 05:35AM
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