(ZENIT – Roma). Los obispos de Perú enviaron un mensaje a los más de tres millones de compatriotas que viven en el exterior, con motivo de la festividad del Señor de los Milagros. En Lima, ciudad natal de la devoción, se realizan cinco procesiones, la última el martes 1 de noviembre. Las manifestaciones de devoción se repiten en todas las ciudades de Perú y desde hace algunos años también en muchas capitales y ciudades del mundo en donde se encuentran devotos del Cristo Morado.
A continuación el texto del mensaje:
Nos encontramos viviendo el mes dedicado a la festividad del Señor de los Milagros, “Patrono de los migrantes peruanos”, mes de especial significado para los peruanos y peruanas que se encuentran en el exterior, inmersos en el hecho migratorio.
La migración es un fenómeno natural del ser humano; incluso Jesús fue peregrino desde su nacimiento (Mt 2,14), y en su ministerio nos señala: Porque tuve hambre y me diste de comer; tuve sed y me diste de beber; fui peregrino y me hospedaste (Mt 25,35). Con el paso del tiempo, sin embargo, la movilidad humana se ha convertido para miles de personas de los cinco continentes en una necesidad ineludible, por conflictos internos, persecución, pobreza extrema, desempleo…
En este contexto el Santo Padre Francisco, sensible a las circunstancias de los migrantes, ha propuesto para este año 2015 el lema: Una Iglesia sin fronteras, madre de todos, para orientar el trabajo de todas las Iglesias particulares hacia la acogida: La Iglesia abre sus brazos para acoger a todos los pueblos, sin discriminaciones y sin límites, y para anunciar a todos que «Dios es amor» 1Jn 4,8.16… La Iglesia sin fronteras, madre de todos, extiende por el mundo la cultura de la acogida y de la solidaridad, según la cual nadie puede ser considerado inútil, fuera de lugar o descartable (Mensaje para la Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado 2015).
En el caso de los emigrantes peruanos, que suman alrededor de tres millones y medio, existen situaciones muy diferenciadas: hay familias enteras que han logrado establecerse en los países de acogida y llevan una vida de prosperidad; otros, con su espíritu emprendedor, han sabido superar toda adversidad y hoy dan testimonio de su fe; pero al mismo tiempo, en diferentes países de acogida, existen grupos de peruanos cuyas condiciones no son favorables: sufren discriminación, racismo, nacionalismo extremo o xenofobia, etc.
A todos ustedes, hermanos y hermanas, les recordamos la Buena Nueva del Evangelio y el anuncio del Papa Francisco al Jubileo extraordinario de la misericordia, como tiempo para que la Iglesia haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes. La apertura del Año Santo se celebrará el 8 de diciembre de 2015. Dentro de ese marco, Su Santidad ha querido que la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado de 2016 sea dedicada al tema: Emigrantes y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la misericordia». La misericordia nos llama a ser nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre(Misericordiae vultus).
Por eso, invocamos a todos los peruanos en el exterior a celebrar con fe cristiana y sólida unidad la festividad del Señor de los Milagros, viendo en esta bendita imagen el rostro misericordioso de Dios hacia los migrantes; que Él sea el centro de su vida cristiana y oasis de misericordia en sus situaciones difíciles.
Nosotros, Obispos del Perú, tenemos la esperanza de que cada uno de ustedes mantenga viva la fe cristiana en el lugar del mundo donde se encuentren. Desde la Pastoral de Movilidad Humana los acompañamos en la oración y estamos atentos a cada paso en su peregrinaje por un futuro mejor, dispuestos a la asistencia, a la acogida, y a la asesoría espiritual.
En Cristo Jesús,
Mons. Fortunato Pablo Urcey OAR – Obispo Prelado de Chota
Secretario General de la Conferencia Episcopal
Mons. Daniel Thomas Turley Murphy, OSA
Obispo de Chulucanas
Monitor – Pastoral de Movilidad Humana
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