Dirigiéndose precisamente a los alumnos, el Papa les dijo que son diversos los desafíos que están llamados a afrontar con fortaleza interior y audacia evangélica. A la vez que destacó que el contexto socio-cultural en el que están inseridos, a veces está recargado de mediocridad y aburrimiento. Por esta razón el Obispo de Roma exclamó: “¡No hay que resignarse a la monotonía del vivir cotidiano, sino cultivar proyectos de amplio respiro, ir más allá de lo ordinario: ¡no se dejen robar el entusiasmo juvenil!”.
En efecto, como explicó en su homilía, Francisco dijo que sería un error dejarse aprisionar por el pensamiento débil y uniforme, como también por una globalización entendida como homologación. Y para superar estos riesgos, agregó que el modelo a seguir no es la esfera, sino el poliedro, que incluye una multiplicidad de elementos y respeta la unidad en la variedad.
El Papa Francisco también les deseó que el empeño de caminar en la fe y de comportarse de manera coherente con el Evangelio los acompañe en este tiempo de Adviento, para vivir de modo auténtico la fiesta de la Navidad del Señor. Y les dijo que podría servirles de ayuda el bello testimonio del beato Pier Giorgio Frassati, quien decía: “Vivir sin fe, sin patrimonio que defender, sin sostener una lucha por la verdad no es vivir, sino ir tirando… Nosotros no debemos nunca tirar sino vivir”.
“¡Gracias – terminó diciendo el Santo Padre Padre – y buen camino hacia Belén!”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).
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