Les doy mi cordial bienvenida y los saludo. Gracias por esta visita. Gracias por esta visita y gracias por las oraciones que hacen por la Iglesia. Ustedes hacen tanto bien a la Iglesia con sus sufrimientos, sufrimientos inexplicables. Pero Dios conoce las cosas y también sus oraciones. Muchas gracias. Y será para mí un placer saludar a cada uno de ustedes.
(María Fernanda Bernasconi – RV).
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