Davao – “El network del yihadismo islámico y sus implicaciones internacionales deben mantenerse bajo un estricto control en el sur de Filipinas”, dice a la Agencia Fides el jesuita p. Albert Alejo, SJ, Director del Instituto para el diálogo en la universidad de la ciudad de Davao, en la isla de Mindanao.
En el sur de Filipinas el grupo terrorista islámico “Abu Sayyaf” ha anunciado que tiene en sus manos dos alemanes secuestrados , y amenaza la decapitación si antes del 10 de octubre, Alemania no paga 4 millones de euros y si no interrumpe su cooperación en la lucha contra el Estado islámico en Iraq y Siria.
“Es cierto que Abu Sayyaf es un grupo pequeño. Pero esta adhesión a las campañas internacionales es peligrosa y hay que monitorearla. Es probable que no haya una relación directa con encuentros con otros grupos terroristas internacionales, es una relación a través de las conexiones de los mass-media y de las nuevas tecnologías. Pero grupos como Abu Sayyaf actúan por imitación y parecen haber encontrado un impulso”, dice a Fides el p. Alejo. “Este actuar con la mentalidad de un network despierta preocupación . Los pequeños grupos se hacen fuertes y encuentran un terreno fértil entre los jóvenes musulmanes. A esta red del terror hay que contraponer una red de solidaridad y diálogo, en la sociedad civil”, añade el religioso. “En el sur de las Filipinas, se debe unir, por ejemplo, las escuelas católicas y las parroquias - continúa el p. Alejo – hay que unir a los jefes de las aldeas. Es urgente realizar una estrategia de comunicación coordinada, reactivar un círculo de comunicación positiva y constructiva, ya que cada conflicto es el resultado de una comunicación errónea”. El jesuita concluye: “Es esencial en el sur de Filipinas corregir las imágenes violentas y los prejuicios, proponiendo buenas prácticas de diálogo y paz”.
En el sur de Filipinas el grupo terrorista islámico “Abu Sayyaf” ha anunciado que tiene en sus manos dos alemanes secuestrados , y amenaza la decapitación si antes del 10 de octubre, Alemania no paga 4 millones de euros y si no interrumpe su cooperación en la lucha contra el Estado islámico en Iraq y Siria.
“Es cierto que Abu Sayyaf es un grupo pequeño. Pero esta adhesión a las campañas internacionales es peligrosa y hay que monitorearla. Es probable que no haya una relación directa con encuentros con otros grupos terroristas internacionales, es una relación a través de las conexiones de los mass-media y de las nuevas tecnologías. Pero grupos como Abu Sayyaf actúan por imitación y parecen haber encontrado un impulso”, dice a Fides el p. Alejo. “Este actuar con la mentalidad de un network despierta preocupación . Los pequeños grupos se hacen fuertes y encuentran un terreno fértil entre los jóvenes musulmanes. A esta red del terror hay que contraponer una red de solidaridad y diálogo, en la sociedad civil”, añade el religioso. “En el sur de las Filipinas, se debe unir, por ejemplo, las escuelas católicas y las parroquias - continúa el p. Alejo – hay que unir a los jefes de las aldeas. Es urgente realizar una estrategia de comunicación coordinada, reactivar un círculo de comunicación positiva y constructiva, ya que cada conflicto es el resultado de una comunicación errónea”. El jesuita concluye: “Es esencial en el sur de Filipinas corregir las imágenes violentas y los prejuicios, proponiendo buenas prácticas de diálogo y paz”.
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