REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
“Nos sorprende siempre pensar en las horas que preceden una gran calamidad: todos están tranquilos, hacen las cosas habituales sin darse cuenta de que su vida está a punto de ser alterada”, expresó Francisco el 27 de noviembre, reflexionando sobre la venida del Señor que será sorpresiva como aquel diluvio en tiempos de Noé.
El Obispo de Roma, reflexionando sobre este tiempo de preparación a la venida de Jesús que es el adviento, dijo que Jesús en el Evangelio “no quiere atemorizarnos, sino abrir nuestro horizonte a la dimensión ulterior, más grande… En este tiempo de Adviento, estamos llamados a ampliar el horizonte de nuestro corazón, a dejarnos sorprender por la vida que se presenta cada día con sus novedades. Para hacer esto es necesario aprender a no depender de nuestras seguridades, de nuestros esquemas afianzados, porque el Señor viene en la hora en que no lo imaginamos. Viene para introducirnos en una dimensión más bella y más grande”. Y pidió a la Virgen que nos ayude a nos hacer resistencia cuando el Señor viene para cambiar nuestra vida.
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