Solidaridad, misericordia, inclusión, pidió el Papa para prófugos y migrantes

(RV).- La solidaridad hacia los migrantes “nos perfuma el alma y nos hace cambiar”: lo afirmaba el Papa Francisco en la audiencia general del 26 de octubre 2016 en la plaza de san Pedro. Francisco, siguiendo la serie de catequesis centradas en las obras de misericordia, pidió a todos los cristianos que acojan a todos los migrantes que huyen de condiciones deshumanas. El fenómeno de las migraciones, – dijo – es parte de la historia de la humanidad desde la época de Abraham.

Recordando que en el curso de los siglos, hemos asistido a grandes expresiones de solidaridad, a pesar que no han faltado tensiones sociales, el Pontífice constató que el  actual contexto de crisis económica favorece lamentablemente el surgir de actitudes de cerrazón, pero que la verdadera respuesta es la solidaridad:

“En algunas partes del mundo surgen muros y barreras.  A veces parece que la obra silenciosa de muchos hombres y mujeres que, de diversos modos, se ofrecen para ayudar y asistir a los prófugos y a los migrantes sea opacada por el murmullo de otros que dan voz a un instintivo egoísmo. Pero la cerrazón no es la solución, al contrario, termina por favorecer los tráficos criminales. La única vía de solución es aquella de la solidaridad con los migrantes, solidaridad con los forasteros…”

El compromiso de los cristianos en este campo es urgente hoy como en el pasado, remarcó el Obispo de Roma y exhortó a no caer en la trampa de encerrarnos en nosotros mismos, indiferentes a las necesidades de los hermanos y preocupados sólo de nuestros intereses. Es justamente en la medida en la cual nos abrimos a los demás – explicó – que la vida se hace fecunda, la sociedad consigue la paz y las personas recuperan su plena dignidad.

Y en la última audiencia jubilar de noviembre 2016 Francisco habló de misericordia e inclusión y dirigió un pensamiento especial a los cristianos perseguidos en Oriente Medio. Citando el pasaje del Evangelio de Mateo que dice “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, Francisco afirmó que Dios en su designio de amor no quiere excluir a nadie sino incluir a todos. Y nosotros estamos llamados a usar el mismo criterio de misericordia –  afirmó el Papa. La misericordia es el estilo con el que buscamos incluir en nuestras vidas a los otros, evitando de encerrarnos en nosotros mismos y en nuestras seguridades egoístas, sin clasificar a los demás en base a la condición social, el idioma, la raza, la cultura, la religión: porque delante de nosotros, hay solamente una persona para amar “como la ama Dios”.

En la última audiencia general del mes de junio, antes de la pausa de verano, Francisco invitó a que se sentara a su lado, en el palco, un grupo de refugiados de la Cáritas de Florencia. "Hoy me acompañan estos chicos – dijo el Papa. Muchos piensan que era mejor si se quedaban en su tierra, pero allí sufrían tanto". Y agregó: "Son nuestros refugiados, pero muchos les consideran excluidos. Por favor, son nuestros hermanos. El cristiano no excluye a nadie, deja sitio a todos, dejémosles venir a todos".

En esa ocasión, el Papa dedicó su catequesis al encuentro de Jesús con el leproso y expuso la necesidad de rechazar "todos los prejuicios humanos" invitando a "no tener miedo de acercarnos y tocar al pobre y al excluido, porque en ellos está el mismo Cristo".

(María Cecilia Mutual – RV)

 


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