Solo Benedicto XVI podía renunciar y proyectar la Iglesia al futuro

(ZENIT – Roma, Abr. 2017).- Solo un papa como Benedicto XVI podía abrir la posibilidad de renuncia de un pontífice, lo que trajo confusión sea en sus ‘adversarios’ que en los ‘sostenendores’ y proyectó a la institución bimilenaria de la Iglesia hacia la modernidad. Su objetivo de fondo fue invitar a la sociedad a interrogarse. Sabiendo que no iba a encontrar un coro de aplausos, pero con el deseo de tirar una piedra en el estaño y mover las aguas. Las preguntas que planteó son aún válidas.

Lo indicó el periodista vaticanista de la Radio y televisión italiana (RAI), Giovan Battista Brunori, autor del libro “Benedetto XVI. Fede e profezia del primo papa emerito della storia”, en un desayuno de trabajo con embajadores y periodistas, en el marco del reciente 90 cumpleaños del Papa emérito.

El título del encuentro organizado por el observatorio sobre América Latina: “El desafío del Papa emérito Benedicto XVI para la Iglesia y la sociedad”, se realizó este jueves en Roma en el hotel NH.

En la lucha contra la pedofilia, cambió el rumbo indicando que lo principal no era el prestigio de la Iglesia sino las víctimas. También por lo que se refiere al IOR, con él la Iglesia decidió cambiar página,“un gran papa reformador”, concluyó y reformas de las cuales “Francisco está en entera continuidad”.

Un papa, dijo Brunori, que “combatió la pretensión de la sociedad contemporánea, según la cual no existen convicciones sólidas. Porque una sociedad líquida, permeada del relativismo”.

Un Pontífice calificado por muchos de ‘triunfalista’ que entretanto supo admitir delante del mundo que no tenía las fuerzas para ir hacia adelante. Y tras haber visto de cerca el calvario de la enfermedad vivido por san Juan Pablo II, Ratzinger quiso marcar un cambio previsto por el derecho canónico, pero que fue cambio histórico. E instituyó el camino de los papas eméritos.

Con una prensa que lo calificó de ‘panzer Ratzinger’, que no tuvo apoyo de los medios. Reiteró con gran simplicidad y fuerza que la Iglesia no es gobernada por fuerzas humanas de un líder, pero que hay algo más, Dios que guía la historia.

Recordó también que el cardenal Ratzinger rechazó la primera oferta de ir al dicasterio para la Doctrina de la Fe. Y cuando aceptó fue por insistencia del san Juan Pablo II.

Quiso decir que el Jesús histórico coincide con el de la fe. O sea defender la fe de los simples, redefinir el tesoro de patrimonio de fe de la Iglesia, contra una serie de teorías que durante décadas había llevado a deformar esta figura histórica, en libros que son verdaderos best-seller.

Su desafío fue el de estimular preguntas en una sociedad que se mueve rápido, donde la gente se adapta al cambio de las situaciones. Como profesor universitario colaboró con personas adversas a su pensamiento como Hans Kung, para quien pidió una cátedra de teología, o sea que nunca le asustó la diversidad de opiniones.e

Precisó que la religión católica se apoya en la razón e invitó al mundo laico a no perder confianza en la razón. Él discute como intelectual europeo, estimulando un debate con el mundo laico además de hacerlo con el mundo católico. Porque la búsqueda es posible como una plataforma común de valores eternos para evitar que el mudo termine en ruinas.

En Alemania indicó al parlamento de ese país, que la mayoría parlamentaria no garantiza el futuro de una sociedad, subrayando que las mayorías son positivas pero no bastan, es necesario la defensa del hombre y de la persona humana.

Y cuando en Ratisbona citó la frase sobre Mahoma, era invitando al debate sobre la violencia, invitando almundo de la cultura a no perder la confianza en la razón, porque la violencia va contra la razón y contra Dios. Y baste pensar a su primera encíclica: ‘Deus Cáritas Est’.

Al inicio de pontificado Benedicto XVI quitó la tiara triregnum del escudo y puso la mitra y el palio, indicando que se volvía a los orígenes, al servicio, demostrando la gran continuidad del actual pontificado de Francisco, no una Iglesia del poder, pero que va al servicio del hombre.

Fue un Papa que en la lucha contra la pedofilia, cambió el rumbo indicando que lo principal no era el prestigio de la Iglesia sino las víctimas. También por lo que se refiere al IOR, fueron los pasos de una Iglesia que decidió cambiar página, un gran Papa y un gran reformador.

Sobre la contraposición que se quiere hacer entre los papas Francisco y Ratzinger, en la simplificación exagerada de los medios de comunicación, se presenta al actual pontífice como diciendo lo contrario de lo que en realidad dice. Por ejemplo, el papa Francisco ha dicho contra el aborto cosas mucho más pesadas de las que había dicho Benedicto XVI, señaló el vaticanista RAI.

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