Colombo (Agencia Fides) - "Es realmente triste y desgarrador haber visto la devastación que se produjo en un día santo como el Domingo de Pascua de 2019: es nuestro Domingo Negro. Los fieles católicos participaron en la sagrada eucaristía en las iglesias y fueron sorprendidos: antes de que se dieran cuenta de lo que estaba sucediendo, sus vidas ya estaban en manos del Señor. Murieron en la iglesia, todos son bendecidos por Dios y llamados justamente mártires de la Iglesia católica. Las puertas del cielo están abiertas para ellos. Debemos rezar incesantemente por la pronta recuperación de las otras víctimas que ahora están siendo atendidas en los hospitales de Colombo, Negombo y Batticaloa". Así se expresó Basil Rohan Fernando, director nacional de las Obras Misionales Pontificias en Sri Lanka, pocos días después de los atentados que devastaron la nación el día de Pascua.
En el testimonio enviado a Fides, el director de las OMP dijo: "Con todo el dolor del corazón y de la mente, visité los lugares de los ataques, los hospitales donde se trata a los heridos y hablar con ellos fue realmente un momento dramático y angustioso, tanto para mí como para ellos. Muchos de los heridos que milagrosamente escaparon de la muerte yacen en camas de hospital, sin saber que algunas de sus familias han perdido la vida. Los que pueden hablar quieren saber qué pasó con los otros miembros de la familia que los acompañaron a la iglesia. Algunos están ciertamente muertos, pero ¿cómo se comunica la noticia a los supervivientes? Desafortunadamente, algunos cuerpos no fueron identificados. Partes de los restos humanos están dispersos en la zona del atentado y por el momento no es posible saber a quién pertenecen".
El padre Fernando mencionó, en particular, a "cinco miembros de una familia, un padre, una madre y tres hijos de entre 6 y 4 años de edad, y un hijo de solo 11 meses de edad, que murieron instantáneamente.
"El arzobispo de Colombo, cardenal Malcolm Ranjith, participó en el funeral especial en Negombo con sus obispos auxiliares. También participaron muchos sacerdotes y monjas. Yo también estuve presente y lo que experimenté es algo que nunca quise ver en mi vida; algo tan triste y lamentable que no hay palabras para describirlo", afirmó Fernando.
El directivo de las OMP concluyó: "Hay algunas casas en las cercanías de la iglesia que fueron cerradas el domingo de Pascua. Se supone que las familias que vivían allí murieron en los ataques y siguen desaparecidas. Probablemente se encuentren entre los cuerpos que no pueden ser identificados. Familias enteras han sido exterminadas; en varias familias algunos miembros han escapado de la muerte mientras que otros han sido víctimas. La situación en estas zonas es tan grave y lamentable que no puede ser aceptada. Pedimos a los fieles cristianos de todo el mundo que oren sin cesar por nuestro país, por los católicos y por la Iglesia católica de Sri Lanka". (Agencia Fides 26/4/2019).
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