«No hubo ningún incidente en todo Río de Janeiro, en estos días y todo fue espontáneo. Con menos medidas de seguridad, tuve la oportunidad de estar con la gente, abrazarla, saludarla, sin coches blindados ... Es la seguridad de la confiar en un pueblo. Es verdad, que siempre hay peligro de que haya un loco ... eh, sí, un loco que haga algo, pero también está el Señor, ¿eh? Aunque crear un espacio en el blindaje que distancia al obispo de la gente sea una locura, yo prefiero esta locura».
El Papa Francisco agradeció a los organizadores y a los que trabajan en los medios de información por la valiosa contribución al contar las vivencias de esta XXVIII JMJ. «La bondad y el sufrimiento del pueblo brasileño», dijo, son los aspectos que particularmente lo han impactado en este viaje, refiriéndose también a su conmovedora visita a la favela de Varginha, en contacto con la pobreza extrema y el dolor de tantas familias:
«La bondad, el corazón del pueblo brasileño es tan grande, de verdad, es un pueblo tan amable, un pueblo que ama la fiesta, que incluso en el sufrimiento siempre encuentra una manera buscar el bien en todas partes. Y eso hace bien: es un pueblo alegre y un pueblo que ha sufrido mucho».
Quedó gratamente sorprendido también ante la participación de más de tres millones de jóvenes de 178 países en la Misa de clausura en Copacabana, así como por la oración, que fue – dijo - el hilo conductor de esta Jornada mundial de la Juventud, como el día de su visita al Santuario de Nuestra Señora de Aparecida. «Aparecida, para mí, es una experiencia religiosa fuerte», aseguró, recordando lo que este lugar, tan querido para los brasileños, significa para el Papa Bergoglio y para la Iglesia en América Latina, habiendo sido la sede de la V Conferencia del CELAM, en mayo de 2007.
Entre los temas muy importantes abordados por el Papa Francisco, en su diálogo con los periodistas, también el de la próxima canonización de los dos Papas Juan XXIII y el Papa Juan Pablo II: serán proclamados santos en la misma celebración, cuya fecha se está estudiando aún para favorecer la llegada de los numerosos fieles que anhelan llegar a Roma participar.
Sobre su opción de vivir de una manera sencilla en Santa Marta, respondió:
«¡No puedo vivir solo o con un grupo pequeño! Necesito gente, encontrar gente, hablar con la gente ... Cada uno tiene que vivir como el Señor le pida vivir. Sin embargo, la austeridad - una austeridad general - creo que es necesaria para todos los que trabajamos al servicio de la Iglesia».
Luego, con la característica ironía y sencillez del Papa Bergoglio quedó resuelto también, el gran "misterio" del maletín negro, que llevó personalmente en su viaje a Brasil:
«¡No tenía la llave de la bomba atómica! Sino que lo llevaba porque yo siempre lo hice ... Y ¿qué había dentro? Bueno lo necesario para afeitarse, el breviario, la agenda, un libro para leer – me traje uno sobre Santa Teresita de la que soy muy devoto... Yo siempre llevé mi maletín cuando viajo: es normal. Y debemos que ser normales».
Hablando también de temas más delicados, como la reforma del IOR, respondió que no sabe qué será del Instituto, si un banco o un fondo de ayuda, pero "la transparencia y la honestidad" deben ser siempre los criterios que inspiren el organismo. El problema del IOR es "cómo reformarlo, cómo sanar lo que hay que sanar, y qué se necesita para sanar." Expresó su pesar por el escándalo creado por un monseñor que recientemente terminó en la cárcel. Sin embargo, "hay santos en la Curia - añadió – y aunque haya alguien que no es tan santo, estos son los que hacen más ruido: como ustedes saben hace más ruido un árbol cae que en un bosque que crece.
En lo que respecta a cuestiones éticas como el aborto y el matrimonio gay, el Papa dijo que no se trataba de cuestiones sobre las que era necesario hablar en Río, porque la posición de la Iglesia es muy clara. Sobre monseñor. Ricca, respondiendo a una pregunta sobre un presunto lobby gay en el Vaticano, dijo:
«Bueno ... se escribe tanto del lobby gay. Todavía no he encontrado a alguien que me dé su carnet de identidad que digan 'gay'. Dicen que hay alguno. Yo creo que cuando uno se encuentra con una persona gay, hay que distinguir el hecho de que sea una persona gay, con el que se haga un lobby gay, porque todos los lobbies no son buenos. Eso es lo malo. Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgar?».
Sobre el problema de la Comunión de los divorciados vueltos a casar, explicó que se trata de un problema "complejo" sobre el cual hablará también el Consejo de los 8 cardenales en octubre, y recordó asimismo lo que decía el cardenal Quarracino, que pensaba que la mitad de los matrimonios eran nulos por falta de madurez. En respuesta a un periodista sobre el papel de la mujer en la Iglesia dijo que cree «que hay que seguir adelante explicitando el papel y el carisma de la mujer» en la Iglesia, y que «todavía no hemos hecho una profunda teología de la mujer en la Iglesia». Luego habló de los movimientos eclesiales «son necesarios ... Son una gracia del Espíritu» y de la espiritualidad oriental: «Necesitamos ... de este aire fresco de Oriente, de esta luz de Oriente». Sobre la presencia de Benedicto XVI en el Vaticano respondió:
«Es como tener en casa al abuelo, pero el abuelo sabio. Cuando en una familia el abuelo es venerado, amado, escuchado. Él es un hombre de gran prudencia, que no se inmiscuye. Le dije muchas veces: «Pero, santidad, usted reciba, haga su vida, venga con nosotros .... Vino para la inauguración y bendición de la estatua de San Miguel ... Para mí, es como tener al abuelo en casa: a mi papá. Si tuviera una dificultad o una cosa que yo no entendiera, lo llamaría por teléfono: para que me diga qué puedo hacer. Y cuando fui a hablar sobre el gran problema de Vatileaks, me dijo con una sencillez ‘al servicio’».
(CdM – RV)
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