El Santo Padre recordó la importancia de los Sacramentos, de la Misa y de lo que hacemos en nuestra vida para encontrar a Jesús:
«Cuando hacemos obras buenas, cuando visitamos a los enfermos, cuando ayudamos a un pobre, cuando pensamos en los demás, cuando no somos egoístas, cuando somos amables ... en estas cosas encontramos siempre a Jesús».
Una vez más, el Papa invitó a no desalentarse por nuestras debilidades y a confiar en la misericordia sanadora de Jesús:
Pero tú sabes que las personas que más quería encontrar Jesús eran los más pecadores. Por eso lo reprochaban y la gente - las personas que se crían justas – decían: ¡pero éste no es un verdadero profeta! ¡Mira qué buena compañía que tiene! Él estaba con los pecadores ... y decía: Yo he venido para los necesitan la salud, necesitan sanación. Y Jesús sana nuestros pecados. ¡Sean valientes, no tengan miedo. La vida es este camino. Y el regalo más hermoso es encontrar a Jesús! ¡Adelante y ánimo!
Al final de esta visita pastoral, en un clima familiar, el Papa agradeció de corazón el afecto que recibió, pidió que se rece por él y que disculparan si había habido algún exceso en la organización. Sus palabras fueron recibidas con un gran aplauso:
«¡Muchas gracias por este tramo de camino que hemos hecho juntos!. Gracias por su acogida, por su bondad, por su alegría. Y les pido que recen por mí, porque lo necesito. Y si algo en la organización de esta visita les ha molestado, tal vez un exceso de seguridad o de miedo, sepan que no estoy de acuerdo con eso: yo estoy con ustedes.
(CdM - RV)
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