«Leo allí, un escrito grande: los pobres no pueden esperar. ¡Es hermoso esto! Y me hace pensar que Jesús nació en un establo, no nació en una casa. Después tuvo que escapar, huir a Egipto para salvar su vida. Finalmente, regresó a su casa en Nazaret. Y pienso hoy, leyendo esto, en tantas familias sin casa, ya sea porque nunca la tuvieron, ya sea porque la han perdido por muchos motivos. La familia y la casa van de la mano. Es muy difícil llevar adelante una familia sin poder vivir en una casa. En estos días de Navidad, les invito a todos -personas, entidades sociales, autoridades – para que hagan todo lo posible para asegurar que cada familia pueda tener un hogar».
En su forma tradicional de diálogo, el Obispo de Roma, que conoce las dificultades y realidad del momento actual también en Italia, donde se están viviendo manifestaciones callejeras y conflictos, con personas que invocan su derecho a un trabajo digno, que permita una vida digna y todas las seguridades sociales, que parecen alejarse cada vez más, el Papa Francisco, se dirigió a un grupo de estas personas, con palabras de aliento, invitando al diálogo y nunca la violencia para defender sus derechos legítimos:
«A todos los que en Italia se reunieron hoy para manifestar su compromiso social, deseo que den una contribución constructiva, rechazando las tentaciones de la confrontación y la violencia y siempre siguiendo el camino del diálogo y defendiendo los derechos.
¡Les deseo a todos un buen domingo y una Navidad de esperanza, de justicia y fraternidad!»
(CdM - RV)
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