En los jardines del Palacio Presidencial en Jerusalén, el Santo Padre ha pedido que se eviten los actos que contradicen la declarada voluntad de alcanzar un verdadero acuerdo
Ciudad del Vaticano, 26 de mayo de 2014 (Zenit.org) Redacción | 29 hits
El Santo Padre y el presidente de Israel, Shimon Peres han salido a los jardines del Palacio Presidencial de Jerusalén para plantar juntos el olivo de la paz. Allí han podido dar un pequeño paseo por los jardines, mientras el presidente le explicaba algunos detalles del lugar a Francisco.
Un coro de niños de distintos credos han cantando animados un Aleluya cuando el Papa y el presidente llegaron al escenario. Al finalizar la música, el presidente israelí pronunció su discurso en el que ha afirmado que "tenemos que renovar lo pasado e ir hacia lo nuevo. Pedimos poder caminar en esto camino de paz verdadero”. Así como ha indicado que "queremos trabajar juntos cristianos, judíos, hebreos y musulmanes. Y construir un mundo donde haya hermandad".
Tras un abrazo entre ambos, el Santo Padre ha pronunciado su discurso.
Francisco, ha comenzado observado que "los Lugares Santos no son museos o monumentos para turistas, sino lugares donde las comunidades de creyentes viven su fe, su cultura, sus obras de caridad". Por eso, "se deben salvaguardar para siempre en su sacralidad, tutelando así no sólo el legado del pasado, sino también a las personas que los visitan hoy y que los visitarán en el futuro". Y ha deseado que Jerusalén sea verdaderamente la Ciudad de la paz. "Que resplandezca plenamente su identidad y su carácter sagrado, su valor universal religioso y cultural, como tesoro para toda la humanidad", ha pedido.
El Papa ha manifestado su reconocimiento y admiración hacia Peres por ser "hombre de paz y artífice de paz".
La construcción de la paz -ha afirmado el Santo Padre- exige sobre todo el respeto a la libertad y a la dignidad de la persona humana, que judíos, cristianos y musulmanes consideran igualmente creada por Dios y destinada a la vida eterna. Asimismo, ha querido renovar el deseo "de que se eviten, por parte de todos, las iniciativas y los actos que contradicen la declarada voluntad de alcanzar un verdadero acuerdo y de que no nos cansemos de perseguir la paz con determinación y coherencia".
El Pontífice ha señalado que se debe "rechazar firmemente todo lo que se opone al logro de la paz y de una respetuosa convivencia entre judíos, cristianos y musulmanes"; como lo son el recurso a la violencia y al terrorismo, la discriminación racial o religiosa, la pretensión de imponer el propio punto de vista en perjuicio de los derechos del otro, el antisemitismo, la violencia o las manifestaciones de intolerancia contra personas o lugares de culto judíos, cristianos y musulmanes.
A continuación, el Santo Padre ha recordado que los fieles cristianos que viven en el Estado de Israel "desean ofrecer, desde su propia identidad, su aportación al bien común y a la construcción de la paz, como ciudadanos de pleno derecho que, rechazando todo extremismo, se esfuerzan por ser artífices de reconciliación y de concordia".
Al concluir, el Papa ha asegurado al presidente su constante súplica a Dios "por la consecución de la paz y con ella de los bienes inestimables que la acompañan, como la seguridad, la tranquilidad de vida, la prosperidad, la fraternidad". Y ha dirijido su pensamiento "a todos aquellos que sufren las consecuencias de las crisis aún abiertas en la región medio-oriental, para que lo antes posible sean aliviadas sus penalidades mediante la honrosa resolución de los conflictos".
El encuentro ha concluido nuevamente con música. Un pequeño concierto ofrecido por un joven cantando en hebreo y una joven cantando en español el 'Gracias a la vida' al ritmo de una guitarra española, acompañados también por el coro de los niños.
(26 de mayo de 2014) © Innovative Media Inc.
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