(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Dios llora por la humanidad que no entiende “la paz que Él nos ofrece, la paz del amor”. Así lo ha indicado el Santo Padre en la homilía de la misa celebrada esta mañana en Santa Marta. Dios llora “frente a las calamidades naturales, a las guerras hechas por adorar al dios dinero, a los niños asesinados”.
En el Evangelio del día, ha recordado el Papa, Jesús define a Herodes como “zorro”, después de que algunos fariseos le dicen que quiere matarlo. Y dice lo que sucederá: “se prepara para morir”. Jesús se dirige a la “Jerusalén cerrada”, que mata a los profetas que le han enviado. Entonces cambia el torno y “comienza a hablar con ternura”, “la ternura de Dios”, ha explicado Francisco. Jesús “mira a su pueblo, mira a la ciudad de Jerusalén”. Y ese día “lloró sobre Jerusalén”. De este modo, el Santo Padre ha explicado que es Dios que llora aquí en la persona de Jesús. “¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos bajo las alas!”.
Además, ha observado que “alguno ha dicho que Dios se ha hecho hombre para poder llorar, llorar lo que habían hecho sus hijos. El llanto delante de la tumba de Lázaro es el llanto del amigo. Este es el llanto del Padre”.
El Pontífice ha recordado al padre hijo pródigo, que no fue a lamentarse de lo sucedido con sus vecinos. Quizá –ha precisado– se fue a llorar solo a su habitación. “El padre continuamente subía a la terraza mirar el camino para ver si el hijo volvía”, ha indicado. Y un padre que hace esto es un padre que vive en el llanto, esperando que el hijo vuelve. “Este es el llanto de Dios Padre. Y con este es el llanto el Padre recrea en su Hijo toda la creación”, ha señalado Francisco.
Por otro lado, el Santo Padre ha explicado que en el momento en el que Jesús va con la cruz al calvario, Jesús le dice a las mujeres que lloraban, que no llorasen por Él, sino por sus hijos. Por lo tanto, “un llanto de padre y de madre que Dios también hoy continúa haciendo”.
También hoy –ha aseverado– delante de las calamidades, de las guerras que se hacen para adorar al dios dinero, a muchos inocentes asesinados por las bombas que lanzan los adoradores del ídolo dinero, también hoy el Padre llora. “Jerusalén, Jerusalén, ¿qué estás haciendo?”. El Padre dice también hoy esto “a las pobres víctimas y también a los traficantes de armas y a todos los que venden la vida de la gente”.
Finalmente ha asegurado que “nos hará bien” pensar que “nuestro Padre Dios se ha hecho hombre para poder llorar y nos hará bien pensar que nuestro Padre Dios hoy llora”. Llora “por esta humanidad que no termina de entender la paz que Él nos ofrece, la paz del amor”.
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