(RV).- San Florián de Lorch fue un oficial del ejército romano, responsable de la brigada de bomberos, martirizado por su fe en tiempos de Diocleciano; es patrono de los bomberos, limpiadores de chimeneas, entre otros. A este santo que recordamos el 4 de mayo se le suele representar con una cubeta de agua en la mano, porque según una leyenda detuvo un incendio con tan solo un balde de agua, y Jorge Díaz Díaz de Radio Paz de Miami 830 AM entrevistó, tras la misa celebrada en la Parroquia de San Patricio por el Arzobispo Thomas Wenski con motivo del Día internacional del Bombero, a Virgil Fernández, Jefe del Cuerpo de Bomberos de Miami Beach, a quien entre otras cosas le preguntó qué significa para él ser católico y bombero:
"Yo tengo un primo que es sacerdote y una vez le pregunté: ¿Cómo te diste cuenta que querías ser sacerdote? y él me dijo, ¿cómo te diste cuenta de que querías ser bombero? Pues ahí me di cuenta que él sirve al Señor como sacerdote, pues yo lo hago como bombero", cuenta el Jefe del Cuerpo de Bomberos de Miami Beach, y añade: "Para mí es un honor ser bombero, ser católico, siento que cuando voy a trabajar y me pongo el uniforme, la diferencia que se puede hacer puede ser de vida o de muerte para una persona".
"Entre las cosas más difíciles del ser bombero, las tragedias que uno ve en el curso de los años, que le van afectando a uno. Para mí como jefe, lo que más me gustaría dejarles a los muchachos que entran nuevos es la importancia de la fe: de saber que aunque cosas malas suceden siempre estamos protegidos por nuestro Dios".
(Griselda Mutual – Radio Vaticano)
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