REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
La educación se convierte en sabiduría cuando, en contacto con «Aquel que lo trasciende y con cuanto lo rodea», el hombre saca lo mejor de sí, dijo el Papa. Como “el Papa de la Paz en un Egipto de paz” Francisco hizo pie para el diálogo con los musulmanes en la cultura y civilización que surgió en las orillas del Nilo, desde la antigüedad. Explicó que “la educación se convierte de hecho en sabiduría de vida cuando consigue que el hombre, en contacto con «Aquel que lo trasciende y con cuanto lo rodea», saque lo mejor de sí mismo, adquiriendo una identidad no replegada sobre sí misma…”
Es una sabiduría que rechaza el miedo al otro: “Esta sabiduría –insistió-, rechazando toda ansia de injusticia, se centra en la dignidad del hombre, valioso a los ojos de Dios, y en una ética que sea digna del hombre, rechazando el miedo al otro y el temor de conocer a través de los medios con los que el Creador lo ha dotado”.
El Obispo de Roma en el Cairo confirmó que precisamente en el campo del diálogo, especialmente interreligioso, “estamos llamados a caminar juntos con la convicción de que el futuro de todos depende también del encuentro entre religiones y culturas. En este sentido, el trabajo del Comité mixto para el Diálogo entre el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y el Comité de Al-Azhar para el Diálogo representa un ejemplo concreto y alentador”.
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